En Sāvatthī. La deidad estaba al lado del Maestro. Mientras estaba allí, dijo:
«No hay amor como ese para un niño,
no hay riqueza igual al ganado,
no hay luz como la del sol,
y de las aguas el océano es primordial».
El Buddha contestó:
«No hay amor así para uno mismo,
no hay riqueza igual al grano,
no hay luz como la de la sabiduría,
y de las aguas, la lluvia es primordial».