«¿Se puede encontrar en el mundo
una persona constreñida por la mente?
¿Quién rehúye la culpa,
como un buen caballo al látigo?
Pocos son los constreñidos por la mente,
que viven siempre prevenidos.
Habiendo llegado al final del sufrimiento,
viven tranquilamente en los terrenos difíciles».