De pie a un lado, el deva Candana se dirigió al Buddha en verso:
«¿Quién cruza aquí la inundación,
incansable todo el día y la noche?
¿Quién, no parado y sin apoyo,
no se hunde en lo profundo?».
El Buddha contestó:
«Alguien que siempre está dotado de ética,
sabio y sereno,
enérgico y resuelto,
atraviesa la inundación que es difícil de cruzar.
Alguien que desiste de la percepción sensual,
ha superado las ataduras de las qualia
y ha terminado con el placer y el ansia
no se hunde en lo profundo».