SN 2.26: Con Rohitassa

En Sāvatthī. De pie a un lado, el deva Rohitassa le dijo al Buddha:

—Maestro, ¿es posible conocer o ver o llegar al fin del mundo viajando a un lugar donde no se puede nacer, envejecer, morir, fallecer o renacer?

—Venerable, digo que no es posible conocer, ver o llegar al fin del mundo viajando a un lugar donde no se puede nacer, envejecer, enfermar, morir o renacer.

—Es increíble, Maestro, es asombroso, lo bien que dijo el Maestro Gotama.

—En un tiempo, yo era un vidente llamado Rohitassa, hijo de Bhoja. Yo era un caminante del cielo con habilidades paranormales. Era tan rápido como una flecha de luz que un arquero experto bien entrenado con un arco fuerte lanzaba fácilmente a la sombra de una palmera. Mi paso era tal que podía extenderse desde el océano oriental al océano occidental. Este deseo me llegó: «llegaré al fin del mundo viajando». Teniendo tanta velocidad y zancada, viajé durante toda mi vida de cien años, haciendo una pausa solo para comer y beber, ir al baño y dormir para disipar el cansancio, y fallecí en el camino, sin llegar nunca al fin del mundo.

—Es increíble, Maestro, es asombroso, lo bien que dijo esto el Maestro Gotama: «venerable, yo digo que no es posible conocer, ver o llegar al fin del mundo viajando a un lugar donde no hay nacer, envejecer, enfermar, morir o renacer».

—Pero Venerable, también digo que no se puede poner fin al sufrimiento sin llegar al fin del mundo. Porque es en este cadáver de una braza de largo con su percepción y cognición que describo el mundo, su origen, su cese y la práctica que conduce a su cese.

«El fin del mundo nunca

se puede alcanzar viajando,

pero sin llegar al fin del mundo,

no hay liberación del sufrimiento.

Así que una persona inteligente, que comprende el mundo,

ha completado la vida de renuncia

y se ha ido al fin del mundo.

Una persona pacífica,

que conoce el fin del mundo,

no espera por este mundo ni por el próximo».

Scroll to Top