Un día el rey Ajātasattu Vedehiputta de Māgadha reunió a todo su ejército e invadió el reino del rey Pasenadi de Kosala. Avanzó hasta Kāsi. Entonces el rey Pasenadi se enteró, reunió sus fuerzas, marchó y se enfrentó a las fuerzas del rey Ajātasattu en una gran batalla en Kāsi. Entonces los dos reyes se encontraron en batalla. Y en esa batalla Pasenadi derrotó a Ajātasattu y lo capturó vivo.
Entonces el rey Pasenadi pensó: «A pesar de que Ajātasattu me ha atacado y lastimado sin provocarlo de ninguna manera, sigue siendo mi sobrino. Debe escapar de esto con vida, pero le quitaré todo su ejército de elefantes, caballos, carros e infantería».
Y eso es lo que hizo. Más tarde, varios bhikkhus le contaron al Buddha lo que había sucedido. Entonces, cuando el Buddha se enteró de esto, recitó estos versos:
«Un hombre continúa saqueando
mientras les sirva a sus fines,
pero tan pronto como otros lo saquean,
el saqueador es saqueado.
Porque el necio piensa que se ha salido
con la suya mientras no madure la maldad,
pero cuando madura la maldad,
cae en sufrimiento.
Un asesino crea un asesino,
un conquistador crea un conquistador,
un abusador crea un abusador
y un matón crea un matón.
Y así, a medida que se desarrolla los hechos,
el saqueador es saqueado».