En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Rājagaha, en la montaña del Pico del Buitre. Allí, el Buddha estaba paseando al aire libre durante la oscuridad de la noche, mientras una suave lluvia caía. Entonces, Māra el Malvado, queriendo hacer que el Buddha sintiera miedo, terror y que se le pusiera la carne de gallina, se acercó a él y aplastó algunas rocas grandes cerca de él.
Entonces el Buddha, sabiendo que se trataba del Māra el Malvado, se dirigió a él en verso:
«Incluso si sacudes
todo este Pico del Buitre,
los liberados correctamente,
los despiertos, no se inmutan».
Entonces el Māra el Malvado, pensando: «¡el Buddha me conoce! ¡el Maestro me conoce!», miserable y triste, desapareció allí mismo.