En cierto momento, el Buddha se encontraba en las tierras de Kosala cerca de la aldea brahmín de Ekasālā. En ese momento el Buddha estaba impartiendo la Enseñanza, rodeado por una gran asamblea de laicos.
Entonces el Māra pensó: «el asceta Gotama está impartiendo la Enseñanza, rodeado por una gran asamblea de laicos. Iré a tomarles el pelo».
Entonces, Māra el Malvado se acercó al Buddha y se dirigió a él en verso:
«No es apropiado para ti
que instruya a los demás.
No te dejes atrapar por argumentos a
favor o en contra mientras hace esto».
El Buddha le respondió:
«El Buddha instruye a otros
por misericordia por su bienestar.
El Tathāgata no se deja
atrapar en discusiones».
Entonces el Māra el Malvado, pensando: «¡el Buddha me conoce! ¡el Maestro me conoce!», miserable y triste, desapareció allí mismo.