En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Vesāli, en el Gran Bosque, en la sala con el techo puntiagudo.
Allí, el Buddha estaba enseñando, alentando, animando e inspirando a los bhikkhus con una charla sobre la Enseñanza sobre el tema de los seis campos de contacto. Y esos bhikkhus estaban prestos, dispuestos, participando concentrados y prestando oídos.
Entonces el Māra pensó: «este asceta Gotama está enseñando, animando, alentando e inspirando a los bhikkhus con una charla sobre la Enseñanza sobre el tema de los seis campos de contacto. Y esos bhikkhus están prestos, dispuestos, participando concentrados y prestando oídos. Iré a tomarles el pelo».
Entonces, Māra el Malvado se acercó al Buddha e hizo un ruido terriblemente fuerte cerca de él. Parecía como si la tierra se estuviera rompiendo, de modo que uno de los bhikkhus le dijo a otro:
—¡Bhikkhu, bhikkhu, parece que la tierra se está rompiendo!
Cuando se dijo esto, el Buddha le dijo a ese bhikkhu:
—Bhikkhu, eso no es la tierra que se hace añicos. ¡Ese es Māra el Malvado que ha venido a engañarte los ojos!
Entonces el Buddha, sabiendo que se trataba del Māra el Malvado, se dirigió a él en verso:
«Imágenes, sonidos, sabores, olores,
tactos e ideas,
todos ellos: son el terrible cebo
por el que el mundo se enamora.
Pero un discípulo del Buddha
que sea consciente ha trascendido todo eso.
Habiendo ido más allá de la soberanía del Māra,
brilla como el sol».
Entonces el Māra… desapareció allí mismo.