SN 4.6: Una serpiente

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Rājagaha, en la Arboleda de los Bambús, en el comedero de las ardillas.

Allí, el Buddha estaba paseando al aire libre durante la oscuridad de la noche, mientras una suave lluvia caía.

Entonces el Māra el Malvado, queriendo hacer que el Buddha sintiera miedo, terror y que se le pusiera la carne de gallina, se manifestó en la forma de un enorme rey serpiente y se acercó a él. Su cuerpo era como una enorme canoa tallada de un solo tronco. Su capucha era como un gran colador de cerveza. Sus ojos eran como esos grandes platos de bronce de Kosala. Su lengua salía de su boca como un relámpago en una tormenta eléctrica. El sonido de su respiración era como el soplo de los fuelles de un herrero.

Entonces el Buddha, sabiendo que se trataba del Māra el Malvado, le respondió en verso:

«Un sabio autorrealizado

frecuenta cabañas vacías para alojarse.

Es apropiado que una persona así

viva allí después de renunciar.

Aunque hay muchos bichos espeluznantes,

muchas moscas y serpientes,

no moverían ni un pelo de un gran sabio

en esa cabaña vacía.

Aunque el cielo se parta y la tierra tiemble,

y todas las criaturas se sientan aterrorizadas,

e incluso si una flecha apunta a su pecho,

los Buddhas no se refugian en los aferramientos».

Entonces el Māra el Malvado, pensando: «¡el Buddha me conoce! ¡el Maestro me conoce!», miserable y triste, desapareció allí mismo.

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