En Sāvatthī. Entonces la bhikkhunī Somā se vistió por la mañana y, tomando su cuenco y su túnica, entró en Sāvatthī para pedir limosna. Ella vagaba por limosnas en Sāvatthī. Después de la comida, a su regreso de la ronda de limosnas, fue al Bosque Oscuro, se sumergió profundamente en él y se sentó en la raíz de un árbol para descansar del calor del día.
Entonces el Māra el Malvado, queriendo hacer que la bhikkhunī Somā sintiera miedo, terror y que se le pusiera la carne de gallina, queriendo sacarla del recogimiento, se acercó, y se dirigió a ella en verso:
«Ese estado es muy desafiante,
es para que lo alcancen los sabios.
No es posible para una mujer,
con su sabiduría de dos dedos».
Entonces la bhikkhunī Somā pensó: «¿Quién está recitando estos versos, un humano o un no humano?».
Luego pensó: «¡Este es Māra el Malvado, queriéndome hacer sentir miedo, terror y que se me ponga la carne de gallina, queriendo que salga de la contemplación!».
Entonces Somā, sabiendo que se trataba del Māra el Malvado, le respondió en verso:
«¿Qué diferencia hace la condición de mujer
cuando la mente está serena
y la contemplación está presente?
Tú disciernes correctamente la Enseñanza.
Seguramente alguien que pueda pensar:
“soy una mujer”, o “soy un hombre”,
o “soy cualquier cosa”,
merece que Māra me hable».
Entonces el Māra el Malvado, pensando: «¡la bhikkhunī Somā me conoce!», miserable y triste, desapareció allí mismo.