En Sāvatthī.
Más tarde, la bhikkhunī Vijayā se vistió por la mañana… y se sentó en la raíz de un árbol para descansar del calor del día.
Entonces el Māra el Malvado, queriendo hacer que la bhikkhunī Vijayā sintiera miedo, terror y que se le pusiera la carne de gallina, queriendo sacarla del recogimiento, se acercó, y se dirigió a ella en verso:
«Eres tan joven y hermosa,
y yo soy un joven en mi mejor momento.
Vamos, mi señora, disfrutemos la música
de una banda de cinco integrantes».
Entonces la bhikkhunī Vijayā pensó: «¿Quién está recitando estos versos, un humano o un no humano?».
Luego pensó: «¡Este es Māra el Malvado, queriéndome hacer sentir miedo, terror y que se me ponga la carne de gallina, queriendo que salga de la contemplación!».
Entonces Vijayā, sabiendo que se trataba del Māra el Malvado, le respondió en verso:
«Imágenes, sonidos, gustos, olores
y tactos tan deliciosos.
Te los entrego de vuelta, Māra,
porque no tengo ningún uso para ellos.
Este cuerpo es repugnante,
en descomposición
y frágil, estoy horrorizada y repelida por él,
y he erradicado el ansia sensual.
Hay seres que han alcanzado forma,
Y otros en la esfera inmaterial,
y también están esos estados de paz:
he destruido la oscuridad con respecto a todos ellos».
Entonces el Māra el Malvado, pensando: «¡la bhikkhunī Vijayā me conoce!», miserable y triste, desapareció allí mismo.