En Sāvatthī. Más tarde, la bhikkhunī Cālā se vistió por la mañana… y se sentó en la raíz de un árbol para descansar del calor del día.
Entonces el Māra el Malvado se acercó a Cālā y le dijo:
—Bhikkhunī, ¿qué es lo que no apruebas?
—No apruebo el renacimiento, señor.
El Māra le dijo:
«¿Por qué no apruebas el renacimiento?
Cuando naces, disfrutas de los placeres sensoriales.
¿Quién puso esta idea en tu cabeza:
“bhikkhunī, no apruebas el renacimiento”?».
Cālā le contestó:
«La muerte llega a los que nacen,
cuando naces pasas sufrimientos,
matar, enjaular, sufrir.
Es por eso por lo que no debes aprobar el renacimiento.
El Buddha me impartió la Enseñanza
para pasar más allá del renacimiento,
para renunciar a todo sufrimiento,
me instaló en la verdad.
Hay seres que han alcanzado forma,
Y otros en la esfera inmaterial.
Sin comprender la cesación,
regresan en vidas futuras».
Entonces el Māra el Malvado, pensando: «¡la bhikkhunī Cālā me conoce!», miserable y triste, desapareció allí mismo.