En Sāvatthī. En ese momento, el Buddha se había retirado para descansar del calor del día.
Entonces los brahmās independientes Subrahmā y Suddhāvāsa fueron al Buddha y se colocaron uno junto a cada poste de la puerta. Pero Subrahmā le dijo a Suddhāvāsa:
—Buen señor, no es el momento adecuado para rendir homenaje al Buddha. Ha ido a un retiro para descansar del calor del día. Pero tal y tal reino de Brahmā es exitoso y próspero, mientras que el Brahmā que vive allí es negligente. ¡Ven, vayamos a ese reino de Brahmā e inspire asombro en ese Brahmā!
—Sí, buen señor —respondió Suddhāvāsa.
Entonces, con la misma facilidad con que una persona fuerte alarga o encoge su brazo, desaparecieron frente al Buddha y aparecieron en ese reino de Brahmā.
Ese Brahmā vio a esos brahmās que se alejaban en la distancia y les dijo:
—Bueno, buenos señores, ¿de dónde han venido?
—Buen señor, venimos de la presencia del Maestro, el Digno, el Buddha completamente despierto. ¿No deberías asistir a ese Maestro?
Cuando hablaron, Brahmā se negó a aceptar su consejo. Se multiplicó mil veces y le dijo a Subrahmā:
—Buen señor, ¿no ve que tengo la capacidad de crear el cuerpo hecho con la mente?
—Ya veo eso, buen señor.
—Ya que tengo este poder la capacidad de crear el cuerpo hecho con la mente y poder, ¿a qué otro asceta o brahmán debo ir y atender?
Entonces Subrahmā se multiplicó dos mil veces y le dijo a ese Brahmā:
—Buen señor, ¿no puede ver que tengo la capacidad de crear el cuerpo hecho con la mente?
—Ya veo eso, buen señor.
—Ese Buddha tiene aún más capacidad de crear el cuerpo hecho con la mente y poder que tú o yo. ¿No deberías asistir a ese Maestro?
Entonces ese Brahmā se dirigió a Subrahmā en verso:
«Trescientos supaṇṇas, y cuatrocientos cisnes,
y también hay quinientos águilas:
en este palacio, Brahmā,
quien hace jhānas brilla, iluminando todo el norte».
Subrahmā le contestó:
«¿Y qué pasa si tu palacio brilla,
iluminando todo el norte?
El sabio logra que las formas
siempre carecen de importancia.
no se complace en él».
Más tarde, después de inspirar asombro en ese Brahmā, los brahmās independientes Subrahmā y Suddhāvāsa desaparecieron allí mismo. Y después de algún tiempo, Brahmā fue a atender al Buddha.