Entonces, el Buddha se encontraba cerca de Rājagaha, en la montaña del Pico del Buitre. Y luego Sakka, el Señor de los Devas, se acercó al Buddha, se inclinó, se hizo a un lado y se dirigió a él en verso:
«Para los humanos, esas criaturas que buscan méritos,
que patrocinan sacrificios,
obteniendo méritos con aferramientos,
¿Dónde es muy fructífera una ofrenda?».
El Buddha contestó:
«Cuatro practicando el camino,
y cuatro establecidos en el fruto.
Este es el Saṅgha recto,
con sabiduría, ética y contemplación.
Para los humanos, esas criaturas que buscan méritos,
que patrocinan sacrificios,
obteniendo méritos con aferramientos,
lo que se le da al Saṅgha es muy fructífero».