Esto he oído.
En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en la arboleda de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:
—En cierta ocasión, bhikkhus, Sakka, el Señor de los Devas que gobierna a los devas de los Treinta y Tres, recitaba este verso:
«No dejes que la ira sea tu amo, no te enojes con la gente enojada.
La benevolencia y la inocuidad
siempre están presentes en los nobles.
Porque la ira aplasta a los malos como una montaña».