SN 7.11: Con Bhāradvāja el granjero

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba en la tierra de Māgadha en las colinas del sur cerca de la aldea brahmín de Ekanāḷa.

Allí, el brahmín Bhāradvāja el Granjero había enjaezado alrededor de quinientos arados, siendo la temporada de la siembra. Luego, el Buddha se vistió por la mañana y, tomando su cuenco y su túnica, fue al lugar donde trabajaba Bhāradvāja el Granjero.

En ese momento, Bhāradvāja el Granjero estaba distribuyendo comida. Entonces el Buddha fue al lugar donde se estaba llevando a cabo la repartición y se hizo a un lado.

Bhāradvāja el Granjero lo vio pidiendo limosna y le dijo:

—Aro y siembro, asceta, y luego como. Tú también deberías arar y sembrar, luego podrás comer.

—Yo también aro y siembro, brahmán, y luego como.

—No veo al Maestro Gotama con un yugo o arado o reja de arado o rejón o bueyes, pero dices: «yo también aro y siembro, brahmán, y luego como».

Entonces Bhāradvāja el Granjero se dirigió al Buddha en verso:

«Dices que aras,

pero yo no veo ningún arado.

Dime cuál es tu arado

para que podamos ver que es cierto».

El Buddha le contestó:

«La confianza es mi semilla, la austeridad mi lluvia

y la sabiduría es mi yugo y mi arado.

La conciencia es mi vara,

las instrucciones de la práctica son mi correa, y la reja del arado.

Protegido en cuerpo y habla,

restrinjo mi ingesta de comida,

uso la verdad como mi guadaña

y la dulzura es mi alivio.

El esfuerzo es mi bestia de carga,

que me transporta a un lugar de encontrar la paz,

va sin volverse al lugar

donde no hay dolor.

Así es como se hace el cultivo

que tiene como fruto a los Inmortales.

Cuando terminas de cultivar,

te liberas de todo sufrimiento».

—Come, maestro Gotama, eres un verdadero granjero. Porque el Maestro Gotama trabaja en la agricultura que tiene como fruto a lo Inmortal.

El Buddha prosiguió:

«La comida encantada por un hechizo no es apta para mí.

Esa no es la doctrina de los que ven, brahmín.

Los Buddhas rechazan las cosas encantadas con hechizos.

Dado que la naturaleza es real, brahmín, así es como viven.

Sirve con otros alimentos y bebidas al Tathāgata, el gran sabio,

con las tendencias negativas en la conciencia erradicadas

y el remordimiento calmado,

porque él es el campo del buscador de mérito».

Cuando hubo hablado, el brahmín Bhāradvāja el Campesino le dijo al Buddha:

—Excelente, Maestro Gotama… Desde este día en adelante, que el Maestro Gotama me recuerde como un seguidor laico que se ha refugiado de por vida.

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