En cierto momento, el venerable Ānanda se estaba quedando en un bosque en las tierras de Kosala.
En ese momento Ānanda pasaba demasiado tiempo comunicando la Enseñanza a los laicos. Entonces la deidad que acechaba ese bosque sintió misericordia por Ānanda, deseando lo mejor para él. Entonces se acercó a él queriendo despertarlo y recitó estos versos:
«Te marchaste a la jungla, la raíz de un árbol,
con la saciedad en tu corazón.
¡Practica las jhānas de Gotama, no seas negligente!
¿Qué es esto para ti?».
Impulsado por esa deidad, el venerable Ānanda sintió una sensación de urgencia.