En Sāvatthī. Entonces, el bhikkhu Kaḷāra el Chatria se acercó al venerable Sāriputta e intercambió saludos con él. Cuando terminaron los saludos y la conversación de cortesía, se sentó a un lado y le dijo:
—Venerable Sāriputta, el bhikkhu del moño Phagguna ha rechazado la Disciplina Y ha regresado a la vida mundana.
—Ese venerable no debe haber tenido ninguna satisfacción en esta Enseñanza y Disciplina.
—Entonces, ¿el venerable Sāriputta ha encontrado satisfacción en esta Enseñanza y Disciplina?
—Venerable, no estoy confundido.
—Pero, ¿qué hay del futuro?
—No tengo dudas.
Entonces Kaḷāra, el Chatria, se acercó al Buddha, se inclinó, se sentó a un lado y le dijo:
—Señor, el venerable Sāriputta ha declarado la iluminación: «Entiendo: el renacimiento ha terminado, la vida de renuncia se ha completado, lo que tenía que hacerse se ha hecho, no hay retorno a ningún estado de existencia».
Entonces el Buddha le dijo a un cierto bhikkhu:
—Por favor, bhikkhu, en mi nombre dile a Sāriputta que el Maestro le llama.
—Sí, Maestro —respondió ese bhikkhu. Fue a Sāriputta y le dijo:
—Venerable Sāriputta, el Maestro te llama.
—Sí, venerable —respondió Sāriputta.
Se acercó al Buddha, se inclinó y se sentó a un lado. El Buddha le dijo:
—Sāriputta, ¿es realmente cierto que has declarado la iluminación: «Entiendo que el renacimiento ha terminado, la vida de renuncia se ha completado, lo que tenía que hacerse se ha hecho, no hay retorno a ningún estado de existencia»?
—Señor, no lo dije de esa forma.
—Sāriputta, no importa cómo un joven de buena familia declare la iluminación, lo que ha declarado debe considerarse como tal.
—Señor, ¿no dije también que no lo dije de esa forma?
—Sāriputta, supongamos que te preguntaran: «Pero venerable Sāriputta, ¿qué has conocido y has visto para que hayas declarado la iluminación: Entiendo que el renacimiento ha terminado, la vida de renuncia se ha completado, lo que tenía que hacerse se ha hecho, no hay retorno a ningún estado de existencia». Cómo responderías?
—Señor, si me preguntaran esto, yo respondería: «Venerables, debido al final de la fuente del renacimiento, cuando terminó, supe que se terminó». Sabiendo esto: «Entiendo: el renacimiento ha terminado, la vida de renuncia se ha completado, lo que tenía que hacerse se ha hecho, no hay retorno a ningún estado de existencia».
Así es como respondería a esa pregunta.
—Pero Sāriputta, supongamos que te preguntan: «¿Pero, cuál es la fuente, el origen, el lugar donde se origina y la raíz del renacimiento?». ¿Cómo responderías?
—Señor, si me preguntaran esto, les respondería: «La existencia es la fuente, el origen, el lugar donde se origina y la raíz del renacimiento». Así es como respondería a esa pregunta.
—Pero Sāriputta, supongamos que te preguntan: «¿Cuál es la fuente de la existencia?». ¿Cómo responderías?
—Señor, si me preguntaran esto, respondería: «El aferramiento es la fuente de la existencia». Así es como respondería a esa pregunta.
—Pero Sāriputta, supongamos que te preguntan: «¿Cuál es la fuente del aferramiento?»… Pero Sāriputta, supongamos que te preguntan: «¿Cuál es la fuente del ansia?». ¿Cómo responderías?
—Señor, si me preguntaran esto, respondería: «La reacción emocional es la fuente del ansia». Así es como respondería a esa pregunta.
—Pero Sāriputta, supongamos que te preguntaran: «¿Pero, cómo has sabido y visto para que el gusto por las reacciones emocionales ya no esté presente?». ¿Cómo responderías?
—Señor, si me preguntaran esto, respondería: «Venerables, hay tres reacciones emocionales».
—¿Qué tres?
—La reacción emocional agradable, desagradable e indiferente. Estas tres reacciones emocionales son perecederas y lo que es perecedero es sufrimiento. Cuando entendí esto, el gusto por las reacciones emocionales ya no estaba presente. Así es como respondería a esa pregunta.
—¡Bien, bien, Sāriputta! El mismo punto también se puede explicar brevemente de esta manera: «el sufrimiento incluye todas las reacciones emocionales».
Pero Sāriputta, supongamos que le pregunten: «pero Venerable, ¿cómo has sido liberado para que declares la iluminación: «Entiendo: el renacimiento ha terminado, la vida de renuncia se ha completado, lo que tenía que hacerse se ha hecho, no hay retorno a ningún estado de existencia». Cómo responderías?
—Señor, si me preguntaran esto, respondería: «debido a que estoy liberado por dentro, con el fin de todo aferramiento, vivo conscientemente para que las tendencias subyacentes en la conciencia no me contaminen y no me manchen». Así es como respondería a esa pregunta.
—¡Bien, bien, Sāriputta! El mismo punto también puede explicarse brevemente de esta manera: «no tengo ninguna duda con respecto a las tendencias subyacentes en la conciencia de las que habla el asceta. No tengo ninguna duda de que he renunciado a ellas».
Eso es lo que dijo el Buddha. Cuando hubo hablado, el Maestro se levantó de su asiento y entró en su morada.
Más tarde, poco después de que el Buddha se fue, el venerable Sāriputta dijo a los bhikkhus:
—Venerables, la primera pregunta que el Buddha me hizo fue algo que no había considerado previamente, así que dudé. Pero cuando el Buddha estuvo de acuerdo con mi respuesta, pensé: «si el Buddha me preguntara todo el día sobre este asunto con diferentes palabras y formas, podría responder todo el día con diferentes palabras y formas. Si me interrogara toda la noche, todo el día y toda la noche, durante dos días y dos noches, durante tres, cuatro, cinco, seis o siete días y noches, podría responder con diferentes palabras y formas durante siete días y noches».
Entonces Kaḷāra el Chatria se acercó al Buddha, se inclinó, se sentó a un lado y le dijo:
—¡Señor, el venerable Sāriputta ha rugido con el rugido de un león!
Y le dijo al Buddha todo lo que había dicho Sāriputta.
—Bhikkhu, Sāriputta ha comprendido claramente el principio de las Enseñanzas, por lo que pudo responder a cualquier pregunta que pudiera hacerle con diferentes palabras y formas hasta el séptimo día y la séptima noche.