En Sāvatthī.
—Bhikkhus, suponed que hubiera una lanza puntiaguda. Y un hombre se acerca y piensa: «¡Con mi mano o puño doblaré esta lanza afilada, la doblaré hacia atrás y la giraré!».
¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Ese hombre es capaz de hacerlo?
—No, señor.
—¿Por qué no?
—Porque no es fácil doblar esa lanza afilada, doblarla hacia atrás y girarla con la mano o el puño. Ese hombre eventualmente se cansará y se frustrará.
De la misma manera, supongamos que un bhikkhu ha desarrollado la liberación de la conciencia por la benevolencia, lo ha cultivado, lo ha convertido en vehículo y base, lo mantiene, lo consolida y lo implementa adecuadamente. Si algún no humano piensa en derrocar su mente, eventualmente se cansará y frustrará.
Así que debéis entrenar así: «desarrollaremos la liberación de la conciencia por la benevolencia. La cultivaremos, la convertiremos en nuestro vehículo y nuestra base, la mantendremos, la consolidaremos y la implementaremos adecuadamente». Así es como debéis entrenar.