En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Rājagaha, en la Arboleda de los Bambús, en el comedero de las ardillas.
En ese momento había un cierto bhikkhu llamado Mayor. Vivió solo y elogió vivir solo. Entró a la aldea solo para pedir limosna, regresó solo, se sentó solo en privado y se concentró solo en la caminata.
Más tarde, varios bhikkhus se acercaron al Buddha, se inclinaron, se sentaron a un lado y le dijeron:
—Señor, hay un bhikkhu llamado Mayor que vive solo y alaba vivir solo.
Entonces el Buddha le dijo a un cierto bhikkhu:
—Por favor, bhikkhu, en mi nombre dile al bhikkhu Mayor que el maestro te llama.
—Sí, Maestro —respondió ese bhikkhu. Se dirigió al venerable Mayor y le dijo:
—Venerable Mayor, el maestro te llama.
—Sí, venerable —respondió ese bhikkhu. Se acercó al Buddha, se inclinó y se sentó a un lado. El Buddha le dijo:
—¿Es realmente cierto, Mayor, que vives solo y elogias vivir solo?
—Sí, señor.
—¿Pero de qué manera vives solo y alabas vivir solo?
—Bueno, Maestro, entro a la aldea solo para pedir limosna, regreso solo, me siento solo en privado y me concentro solo en la caminata. Así es como vivo solo y alabo vivir solo.
—Es una forma de vivir solo, no lo niego. Pero en cuanto a cómo vivir solo se cumple en detalle. Escucha y presta mucha atención, hablaré.
—Sí, Maestro —respondió.
—¿Y cómo, Mayor, se cumple en detalle vivir solo?
Es cuando se renuncia a lo que está en el pasado, se renuncia a lo que está en el futuro y se elimina el deseo y el ansia por las encarnaciones presentes. Así es como vivir solo se cumple en detalle.
Eso es lo que dijo el Buddha. Entonces el Señor, el Maestro, continuó diciendo:
—El sabio, el vencedor, el conocedor de todo, está inmaculado en medio de todas las cosas. Él ha renunciado a todo, liberado en el fin del ansia: declaro que ese hombre es uno que vive solo.