SN 21.2: Con Upatissa

En Sāvatthī.

Allí, Sāriputta se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable —respondieron. Sāriputta dijo esto:

—Justo ahora, venerables, mientras estaba apartado en un lugar solitario me vino a la mente este pensamiento: «¿hay algo en el mundo cuyo cambio y perecimiento dé lugar a sufrimiento, lamento, dolor, tristeza y angustia en mí?». Se me ocurrió: «no hay nada en el mundo cuyo cambio y perecimiento provoque dolor, lamento, dolor, tristeza y angustia en mí».

Cuando dijo esto, el venerable Ānanda le dijo:

—¿Incluso si el Maestro se pudriera y pereciera? ¿No daría eso lugar a dolor, la lamentación, dolor, tristeza y angustia en ti?

—Incluso si el Maestro se pudriera y pereciera, eso no daría lugar a dolor, la lamentación, dolor, tristeza y angustia en mí. Aun así, pensaría: «¡Ay, el ilustre Maestro, tan fuerte y poderoso, ha desaparecido! Si el Buddha se quedara por mucho tiempo, sería por el bienestar y la felicidad de la gente, por el beneficio, el bienestar y la felicidad de los devas y los humanos».

—Eso debe ser porque el venerable Sāriputta hace mucho tiempo que erradicó totalmente el percibir algo como “yo”, la posesividad y la tendencia a la personificación. Entonces, incluso si el Maestro se pudriera y pereciera, no daría lugar a dolor, ni a lamentación, ni a dolor, ni a tristeza y ni a angustia en él.

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