SN 35.1: Lo imperecedero en lo subjetivo

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en la arboleda de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:.

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:.

—Bhikkhus, el ojo es perecedero. Lo que es perecedero implica sufrimiento, y lo que implica sufrimiento es algo sobre lo que no se tiene control, y eso debería ser visto con episteme: «esto no es mío, esto no soy “yo”, sobre esto no tengo control». La oreja es perecedera… la nariz… la lengua es perecedera. Lo que es perecedero implica sufrimiento, y lo que implica sufrimiento es algo sobre lo que no se tiene control, y eso debería ser visto con episteme: «esto no es mío, esto no soy “yo”, sobre esto no tengo control»….

El cuerpo es perecedero… el intelecto es perecedero. Lo que es perecedero implica sufrimiento, y lo que implica sufrimiento es algo sobre lo que no se tiene control, y eso debería ser visto con episteme: «esto no es mío, esto no soy “yo”, sobre esto no tengo control».

Cuando el discípulo de los nobles ha recibido entrenamiento y lo ve de esta manera, se desengancha de su ojo, se desengancha de su oreja, de su nariz… de su lengua… de su cuerpo, se desengancha de su intelecto. Cuando se desengancha de ellos, su ansia disminuye y se libera. Cuando se libera, sabe que se ha liberado. Y sabe que no viene nada nuevo, que la vida de renuncia ha llegado a su fin, lo hecho, hecho está y no queda nada más por hacer.

Scroll to Top