SN 35.69: Upasena y la víbora

Hubo un tiempo en que los venerables Sāriputta y Upasena se alojaban cerca de Rājagaha en el Bosque Fresco, bajo la Gruta de la Caperuza de la Serpiente. En ese momento, una víbora se le cayó encima a Upasena, y éste se dirigió a los bhikkhus:.

—Venid, venerables, levantad este cuerpo sobre un catre y sacadlo afuera antes de que se desparrame aquí mismo como un puñado de paja.

Cuando dijo esto, Sāriputta le dijo:.

—Pero no vemos ningún deterioro en tu cuerpo ni deterioro de tus facultades. Sin embargo, dices: «Venid, venerables, levantad este cuerpo sobre un catre y sacadlo afuera antes de que se desparrame aquí mismo como un puñado de paja».

—Venerable Sāriputta, puede haber un deterioro en el cuerpo o deterioro de las facultades para alguien que piensa: «yo soy el ojo» o «el ojo es mío». O «Soy el oído… la nariz… la lengua… el cuerpo…» o «soy el intelecto» o «el intelecto es mío». Pero yo no pienso así. Entonces, ¿por qué habría un deterioro en mi cuerpo o deterioro de mis facultades?

—Eso debe ser porque Venerable Upasena hace mucho tiempo que erradicó totalmente la creencia en el “yo”, la posesividad y la tendencia subyacente a creer en el “yo”. Por eso no se te ocurre: «yo soy el ojo» o «el ojo es mío». O «Yo soy el oído… la nariz… la lengua… el cuerpo…» o «yo soy el intelecto» o «el intelecto es mío».

Entonces esos bhikkhus levantaron el cuerpo de Upasena sobre un catre y lo llevaron afuera. Y su cuerpo quedó desparramado allí mismo como un puñado de paja.

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