SN 35.245: El símil del árbol del acertijo

Más tarde, un bhikkhu se acercó a otro bhikkhu y le preguntó:.

—Venerable, ¿en qué momento está bien establecida la episteme en un bhikkhu?

—Cuando un bhikkhu comprende verdaderamente el origen y el final de los seis campos de los sentidos, en ese punto su episteme se establece.

No contento con esa respuesta, ese bhikkhu se acercó a una serie de otros bhikkhus y recibió las siguientes respuestas:.

—Cuando un bhikkhu comprende verdaderamente el origen y el final de los cinco factores del aferramiento a la existencia, en ese punto su episteme se establece.

—Cuando un bhikkhu comprende verdaderamente el origen y el final de los cuatro elementos primarios, en ese instante su episteme se establece.

—Cuando un bhikkhu entiende verdaderamente que todo lo que tiene un principio tiene un final, en ese punto su episteme se establece.

No contento con ninguna de esas respuestas, ese bhikkhu se acercó al Buddha y le contó lo que había sucedido. Luego preguntó:.

—Maestro, ¿en qué momento está bien establecida la episteme en un bhikkhu?

—Bhikkhu, supongamos que una persona nunca hubiera visto un árbol del acertijo. Se acerca a alguien que haya visto un árbol árbol del acertijoy le pregunta:.

—Señor, ¿cómo es un árbol árbol del acertijo?

La responde:.

­—Un árbol árbol del acertijo es negruzco, como un tocón carbonizado..

Ahora bien, en ese momento un árbol árbol del acertijo bien pudo haber sido tal como lo vio esa persona.

No contento con esa respuesta, esa persona se acerca a una serie de personas y recibe las siguientes respuestas: «un árbol árbol del acertijo es rojizo, como un trozo de carne». «Un árbol árbol del acertijo tiene la corteza descascarada y las vainas reventadas, como una acacia». «Un árbol loro tiene un follaje frondoso y sombreado, como un baniano»..

Ahora bien, en cada uno de esos momentos, un árbol árbol del acertijo bien puede haber sido tal como lo veían esas personas.

De la misma manera, esas buenas personas respondieron de acuerdo a lo que estaban enfocados cuando su episteme estaba bien establecida.

Supongamos que existiera la ciudadela fronteriza de un rey con terraplenes, murallas y arcos fortificados y seis puertas. Y tiene un portero que es sabio, competente e inteligente. Mantiene a los extraños fuera y deja entrar a las personas conocidas.

Llegan un par de mensajeros veloces del este y le dicen al portero:.

—Señor, ¿dónde está el señor de la ciudad?

Les responde:.

—Ahí está, señores, sentado en la plaza central.

Entonces, ese veloz par de mensajeros entregaría un mensaje certificado al señor de la ciudad y se marcharía por donde habían venido.

Un par de mensajeros veloces llegarían del oeste… del norte… del sur… entregarían un mensaje certificado al señor de la ciudad y se irían por donde habían venido.

Me he inventado este símil para exponer una explicación. Y esta es la explicación..

«Ciudad» es un término para este cuerpo compuesto por los cuatro elementos primarios, producido por la madre y el padre, construido a partir de arroz y gachas, susceptible de ser perecedero, deteriorarse y erosionarse, romperse y destruirse. «Seis puertas» es un término para los seis campos de las funciones sensoriales subjetivas. «Portero» es un término para la episteme. «Un par de mensajeros veloces» es un término para la tranquilidad y la intuición. «El señor de la ciudad» es un término para la conciencia. «La plaza central» es un término para los cuatro elementos primarios: Los elementos de tierra, agua, fuego y aire. «Un mensaje certificado» es un término para Nibbāna. «El camino por el que vinieron» es un término para el noble óctuple sendero, es decir, creencia correcta, disposición correcta, discurso correcto, acción correcta, conducta correcta, esfuerzo correcto, práctica correcta y concentración correcta.

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