Entonces el venerable Ānanda se acercó al Buddha, se inclinó, se sentó a un lado y le dijo al Buddha:
—Señor, hablas de «cisma en el Saṅgha». ¿Cómo se define el cisma en el Saṅgha?
—Ānanda, es cuando un bhikkhu explica lo que no es la Enseñanza como la Enseñanza y lo que es la Enseñanza como lo que no es la Enseñanza. Explica lo que no es la Disciplina como disciplina y lo que es la Disciplina como lo que no es la Disciplina. Explica lo que no fue dicho y declarado por el Tathāgata como dicho y declarado por el Tathāgata, y lo que fue dicho y declarado por el Tathāgata como lo que no fue dicho ni declarado por el Tathāgata. Explica lo que no fue practicado por el Tathāgata como lo practicado por el Tathāgata, y lo que fue practicado por el Tathāgata como lo que no fue practicado por el Tathāgata. Explica lo que no fue prescrito por el Tathāgata como lo que prescribe el Tathāgata, y lo que fue prescrito por el Tathāgata como lo que no fue prescrito por el Tathāgata.
En base a estos diez motivos se separaron y siguieron su propio camino. Realizan procedimientos reglamentarios de forma autónoma y recitan el código monástico de forma autónoma.
Así es como se define el cisma en el Saṅgha.
—Pero señor, ¿qué trae sobre sí alguien que ha causado un cisma en un Saṅgha armonioso?
—Trae sobre sí mismo el mal que dura un eón.
—Pero señor, ¿cuál es el mal que dura un eón?
—Arde en el infierno por un eón, Ānanda.
Y el Buddha añadió:
Un cismático permanece por un eón
en un lugar de pérdida, en el infierno.
Se apoya en lo que no es la Enseñanza,
favoreciendo las facciones,
destruye su santuario.
Después de causar un cisma
en un Saṅgha armonioso,
arde en el infierno por un eón.
