AN 10.60: Con Girimānanda

En cierta ocasión, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en la arboleda de Jeta, el monasterio de Anāthapiṇḍika. En ese momento el venerable Girimānanda estaba enfermo, sufriendo, gravemente afligido. Entonces el venerable Ānanda se acercó al Buddha, se inclinó, se sentó a un lado y le dijo:

—Señor, el venerable Girimānanda está enfermo, sufriendo, gravemente afligido. Señor, por favor, acude por misericordia a ver al venerable Girimānanda.

—Ānanda, si le recitaras al bhikkhu Girimānanda estas diez percepciones, es posible que después de escucharlas su enfermedad desaparezca en el acto.

—¿Qué diez?

—Las percepciones de lo perecedero, de la impersonalidad, de lo repulsivo, de los inconvenientes, del abandono, del desapasionamiento, del cese, de la insatisfacción con el mundo entero, del no deseo por todos los fenómenos condicionados y la práctica de la respiración.

—¿Y cuál es la percepción de lo perecedero?

—Cuando un bhikkhu se ha ido a un lugar aislado, o a la raíz de un árbol, o a una choza vacía, y reflexiona así: «Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional y la cognición son perecederas». Y entonces permanece observando lo perecederos que son los cinco factores de aferramiento a la existencia. A esto se le llama percepción de perecibilidad.

—¿Y cuál es la percepción de la impersonalidad?

—Cuando un bhikkhu se ha ido a un lugar aislado, o a la raíz de un árbol, o a una choza vacía, y reflexiona así: «El ojo y las imágenes, el oído y los sonidos, la nariz y los olores, la lengua y los gustos, el cuerpo y el tacto, y la mente y los pensamientos no son míos, no soy yo, sobre esto no tengo control».

Y así, permanece observando la impersonalidad en los seis campos de los sentidos subjetivos y objetivos. A esto se le llama percepción de la impersonalidad.

—¿Y cuál es la percepción de lo repulsivo?

—Cuando un bhikkhu examina su propio cuerpo desde las plantas de los pies hacia abajo desde la punta de los pelos, envuelto en piel y lleno de muchas clases de inmundicias. «En este cuerpo hay vello, vello corporal, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, médula ósea, riñones, corazón, hígado, diafragma, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, alimentos no digeridos, heces, bilis, flemas, pus, sangre, sudor, grasa, lágrimas, saliva, mocos, líquido sinovial y orina». Y entonces permanece observando lo repulsivo en este cuerpo. A esto se le llama percepción de lo repulsivo.

—¿Y cuál es la percepción de los inconvenientes?

—Cuando un bhikkhu habiéndose ido a un lugar aislado, o a la raíz de un árbol, o a una choza vacía, y reflexiona así: «Este cuerpo tiene mucho sufrimiento y muchos inconvenientes. Porque este cuerpo está acosado por muchas clases de aflicciones, como las siguientes: Enfermedades del ojo, oído interno, nariz, lengua, cuerpo, cabeza, oído externo, boca, dientes y labios. Tos, asma, catarro, inflamación, fiebre, dolor de estómago, desmayos, disentería, dolor gástrico, cólera, lepra, forúnculos, eccema, tuberculosis, epilepsia, herpes, picazón, costras, viruela, sarna, hemorragia, diabetes, almorranas, granos, y úlceras. Aflicciones derivadas de trastornos de la bilis, las flemas o las flatulencias o todo ello. Aflicciones causadas por cambios en el clima, por no cuidarse, por sobreesfuerzo o como resultado de las acciones pasadas. Frío, calor, hambre, sed, defecación y micción». Y así permanece observando los inconvenientes de este cuerpo. A esto se le llama percepción de inconvenientes.

—¿Y cuál es la percepción del abandono?

—Cuando un bhikkhu no tolera un pensamiento sensorial, malicioso o cruel que le ha surgido, y no tolera ninguno de los defectos malos o perjudiciales que le han surgido, sino que los abandona, se deshace de ellos, los elimina y los borra. A esto se le llama la percepción del abandono.

—¿Y cuál es la percepción del desapasionamiento?

—Cuando un bhikkhu se ha ido a un lugar aislado, o a la raíz de un árbol, o a una choza vacía, y reflexiona así: «Esto es pacífico, esto es sublime, es decir, la calma de todas las actividades, el abandono de todos los aferramientos, el fin del ansia, la desaparición, el Nibbāna». A esto se le llama percepción del desapasionamiento.

—¿Y cuál es la percepción del cese?

—Cuando un bhikkhu se ha ido a un lugar aislado, o a la raíz de un árbol, o a una choza vacía, y reflexiona así: «Esto es pacífico, esto es sublime, es decir, la calma de todas las actividades, el abandono de todos los aferramientos, el fin del deseo, la cesación, el Nibbāna». A esto se le llama percepción del cese.

—¿Y cuál es la percepción de insatisfacción con el mundo entero?

—Cuando un bhikkhu se abstiene de cualquier involucramiento y aferramiento, de cualquier actitud mental, de cualquier deseo, de toda inclinación oculta hacia el mundo. Los descarta, sin aferrarse a ellos. A esto se le llama percepción de insatisfacción con el mundo entero.

—¿Y cuál es la percepción del no deseo por todos los fenómenos condicionados?

—Cuando un bhikkhu está horrorizado, repelido y disgustado con todos los fenómenos condicionados. A esto se le llama percepción de no deseo por todos los fenómenos condicionados.

—¿Y qué es la contemplación de la respiración?

—Cuando un bhikkhu se ha ido a un lugar aislado, a la raíz de un árbol o a una choza vacía, se sienta con las piernas cruzadas, con el cuerpo erguido y establece su práctica correcta allí mismo.

Concentrado, inhala. Concentrado, exhala.

Inhala prolongadamente, entonces distingue claramente: «Estoy inhalado prolongadamente». Exhala prolongadamente, entonces distingue claramente: «Estoy exhalado prolongadamente».

Inhala sutilmente, entonces distingue claramente: «Estoy inhalado sutilmente». Exhala sutilmente, entonces distingue claramente: «Estoy exhalado sutilmente».

Practica la inhalación experimentando todo el cuerpo. Practica la exhalación experimentando todo el cuerpo. Practica la inhalación para detener el movimiento del cuerpo. Practica la exhalación para detener el movimiento del cuerpo. Practica la inhalación experimentando el placer. Practica la exhalación experimentando placer. Practica la inhalación para experimentar la felicidad. Practica la exhalación experimentando felicidad. Practica la inhalación experimentando estas emociones. Practica la exhalación experimentando estas emociones. Practica la inhalación para aquietar estas emociones. Practica la exhalación para aquietar estas emociones. Practica la inhalación experimentando la mente. Practica la exhalación experimentando la mente. Practica la inhalación para alegrar la mente. Practica la exhalación para alegrar la mente. Practica la inhalación sumergiendo la mente. Practica la exhalación sumergiendo la mente. Practica la inhalación para liberar la mente. Practica la exhalación para liberar la mente. Practica la inhalación al observar lo perecedero. Practica la exhalación al observar lo perecedero. Practica la inhalación observando el desapasionamiento. Practica la exhalación observando el desapasionamiento. Practica la inhalación observando el cese. Practica la exhalación observando el cese. Practica la inhalación al observar el abandono. Practica la exhalación observando el abandono. A esto se le llama la práctica de la respiración.

Si le recitaras al bhikkhu Girimānanda estas diez percepciones, es posible que después de escucharlas, su enfermedad desaparezca en el acto.

Entonces Ānanda, habiendo aprendido estas diez percepciones del propio Buddha, fue a Girimānanda y las recitó. Luego, al escuchar Girimānanda estas diez percepciones, su enfermedad desapareció en el acto. Y así se recuperó de esa enfermedad.

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