AN 11.4: Condiciones vitales (II)

Allí, el venerable Sāriputta se dirigió a los bhikkhus:

—¡Venerables bhikkhus!

—Venerable —respondieron.

Sāriputta dijo esto:

—Una persona poco ética, que carece de ética, ha destruido una condición necesaria para no tener remordimientos. Cuando hay remordimientos, alguien que tiene remordimientos, ha destruido una condición necesaria para la alegría. Cuando no hay alegría, quien carece de alegría, ha destruido una condición necesaria para el placer. Cuando no hay placer, quien carece de placer, ha destruido una condición necesaria para la tranquilidad. Cuando no hay tranquilidad, quien carece de tranquilidad, ha destruido una condición necesaria para la felicidad. Cuando no hay felicidad, quien carece de felicidad, ha destruido una condición necesaria para la concentración correcta. Cuando no hay una concentración correcta, alguien que carece de una concentración correcta, ha destruido una condición necesaria para la verdadera gnosis. Cuando no hay verdadera gnosis, quien carece de verdadera gnosis, ha destruido una condición necesaria para la desilusión. Cuando no hay desilusión, quien carece de desilusión, ha destruido una condición necesaria para el desapasionamiento. Cuando no hay desapasionamiento, quien carece de desapasionamiento, ha destruido una condición necesaria para la episteme que lleva a la liberación.

Supongamos que hubiera un árbol al que le faltaran ramas y follaje. Sus brotes, corteza, albura y duramen no llegarían a la plenitud.

Del mismo modo, una persona poco ética, que carece de ética, ha destruido una condición necesaria para no tener remordimientos. Cuando hay remordimientos, alguien que tiene remordimientos, ha destruido una condición necesaria para la alegría… Cuando hay desapasionamiento, quien carece de desapasionamiento, ha destruido una condición necesaria para la episteme que lleva a la liberación.

Una persona ética, que tiene una conducta ética, ha cumplido una condición necesaria para no tener remordimientos. Cuando no hay remordimientos, quien no tienen remordimientos, ha cumplido una condición necesaria para la alegría. Cuando hay alegría, quien ha alcanzado la alegría, ha cumplido una condición necesaria para el placer. Cuando hay placer, quien ha alcanzado el placer, ha cumplido una condición necesaria para la tranquilidad. Cuando hay tranquilidad, quien ha alcanzado la tranquilidad, ha cumplido una condición necesaria para la felicidad. Cuando hay felicidad, alguien que ha alcanzado la felicidad, ha cumplido una condición necesaria para la concentración correcta. Cuando hay una concentración correcta, quien ha alcanzado la concentración correcta, ha cumplido una condición necesaria para la verdadera gnosis. Cuando hay verdadera gnosis, quien ha alcanzado la verdadera gnosis, ha cumplido una condición necesaria para la desilusión. Cuando hay desilusión, quien ha alcanzado la desilusión, ha cumplido una condición necesaria para el desapasionamiento. Cuando hay desapasionamiento, quien ha alcanzado con el desapasionamiento, ha cumplido una condición necesaria para la episteme que lleva a la liberación.

Supongamos que hubiera un árbol completo con ramas y follaje. Sus brotes, su corteza, su albura y su duramen crecerían hasta alcanzar la plenitud.

De la misma manera, una persona ética, que tiene una conducta ética, ha cumplido una condición necesaria para no tener remordimientos. Cuando no hay remordimientos, quien no tienen remordimientos, ha cumplido una condición necesaria para la alegría… Cuando hay desapasionamiento, quien ha alcanzado el desapasionamiento, ha cumplido una condición necesaria para la episteme que lleva a la liberación.

Scroll to Top