Esto he oído.
En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en Bosquecillo de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:
—¡Bhikkhus!
—Venerable señor —respondieron.
El Buddha dijo esto:
—Sāriputta es inteligente, bhikkhus. Tiene gran sabiduría, sabiduría generalizada, sabiduría risueña, sabiduría rápida, sabiduría aguda y sabiduría penetrante. Durante quince días practicó la observación los fenómenos ininterrumpidamente con una profunda percepción. Tal es la visión ininterrumpida de Sariputta sobre los fenómenos, bhikkhus:
Totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entró y permaneció en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirigió la mente y la mantuvo concentrada.
Y distinguió los fenómenos en la primera jhāna uno por uno: direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, el placer, la felicidad y concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.
A medida que desparecía el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entró y permaneció en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que nace de la contemplación, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, sin direccionar de la mente sobre las formas en movimiento.
Y distinguió los fenómenos en la segunda jhāna uno por uno: la confianza interna, el placer, la felicidad y concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.
Además, con el desvanecimiento del placer, entró y permaneció en la tercera jhāna, donde contempló con impasibilidad, diligente y decidido y sintió el bienestar corporal del que los nobles declaran: «impasible y decidido, uno permanece en la felicidad».
Y distinguió los fenómenos en la tercera jhāna uno por uno: la felicidad y concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.
Además, abandonando el placer y el dolor, y poniendo fin a la felicidad y la tristeza anteriores, entró y permaneció en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis.
Y distinguió los fenómenos en la cuarta jhāna uno por uno: la impasibilidad, la reacción emocional indiferente, la despreocupación mental debido a la tranquilidad y la impasibilidad pura y la concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.
Además, dejando atrás las qualia, superando la percepción sensorial, abandonando las distracciones, consciente de que «es un Lugar Vacío» entró y permaneció en un Lugar Vacío.
Y distinguió los fenómenos de la dimensión de «un Lugar Vacío» uno por uno: la percepción de la dimensión de un Lugar Vacío y la concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.
Además, yendo totalmente más allá de un Lugar Vacío, consciente de que «es un Lugar Sin Límites Conocidos» entró y permaneció en un Lugar Sin Límites Conocidos.
Y distinguió los fenómenos la dimensión de «un Lugar Sin Límites Conocidos» uno por uno: la percepción de la dimensión de un Lugar Sin Límites Conocidos y la concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.
Además, yendo totalmente más allá de un Lugar Sin Límites Conocidos, consciente de que «no hay Ningún Lugar», entró y permaneció en Ningún Lugar.
Y distinguió los fenómenos de la dimensión de «Ningún Lugar» uno por uno: la percepción de la dimensión de Ningún Lugar y la concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.
Además, yendo totalmente más allá de Ningún Lugar, entró y permaneció en la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia.
Y emergió de ese logro con impasibilidad. Luego contempló los fenómenos en ese logro que había pasado, cesado y perecido: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión por esos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.
Además, yendo totalmente más allá de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia, entró y permaneció en el cese de los factores de aferramiento a la existencia. Y habiendo visto con episteme, sus tendencias subyacentes llegaron a su fin.
Y emergió de ese logro con impasibilidad. Luego contempló los fenómenos en ese logro que había pasado, cesado y perecido: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión por esos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, su mente libre de límites. Entendió: «No hay escapatoria más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que no la hay.
Y si hay alguien de quien se puede decir correctamente que ha alcanzado el dominio y la perfección en la noble ética, la contemplación, la sabiduría y la liberación, ese es Sāriputta.
Y si hay alguien de quien se pueda decir con razón que es el verdadero hijo del Buddha, nacido de su boca, nacido de la enseñanza, creado por la enseñanza, heredero de la enseñanza, no heredero de las cosas materiales, ese es Sāriputta.
Sāriputta sigue haciendo rodar correctamente la Rueda de la Enseñanza que puso en marcha el Tathāgata.
Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.