Esto he oído.
En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Rājagaha, en el bosque de bambú, en el Comedero de las Ardillas.
En ese momento, varios ascetas muy conocidos residían en el monasterio de los ascetas en el comedero de los pavos reales. Entre ellos, Annabhāra, Varadhara, Sakuludāyī y otros ascetas muy conocidos.
Luego, el Buddha se vistió por la mañana y, tomando su cuenco y su túnica, entró en Rājagaha para pedir limosna. Entonces se le ocurrió: «es demasiado temprano para deambular por limosnas en Rājagaha. ¿Por qué no visito al asceta Sakuludāyī en el monasterio de los ascetas en el comedero de los pavos reales?».
Entonces el Buddha fue al monasterio de los ascetas. En ese momento, Sakuludāyī estaba sentado junto a una gran asamblea de ascetas haciendo un alboroto, un alboroto espantoso. Se entregaban a todo tipo de charlas indignas, como hablar de reyes, bandidos y ministros, hablar de ejércitos, amenazas y guerras, hablar sobre comida, bebida, ropa y camas, hablar de guirnaldas y fragancias, hablar sobre la familia, los vehículos, las aldeas, los pueblos, las ciudades y los países, hablar de mujeres y héroes, hablar en la calle y hablar bien, hablar de los difuntos, charla variopinta, cuentos de tierra y mar, y hablar de renacer en tal o cual estado de existencia.
Sakuludāyī vio al Buddha que se acercaba a lo lejos y silenció a su propia asamblea: «Callad, buenos señores, no hagan ningún ruido. Aquí viene el asceta Gotama. Al venerable le gusta el silencio y alaba el silencio. Con suerte, si ve que nuestra asamblea está en silencio, considerará oportuno acercarse». Entonces esos ascetas se quedaron en silencio.
Entonces el Buddha se acercó a Sakuludāyī, quien le dijo:
—¡Ven, Bendito! ¡Bienvenido, Bendito! Ha pasado mucho tiempo desde que aprovechaste la oportunidad para venir aquí. Por favor, señor, Siéntate, este asiento está listo.
El Buddha se sentó en el asiento extendido, mientras que Sakuludāyī tomó un asiento bajo y se sentó a un lado.
El Buddha le dijo:
—Udāyī, ¿de qué estabas sentado hablando hace un momento? ¿Qué conversación quedó inconclusa?
—Señor, deja de lado de lo que estábamos sentados hablando hace un momento. No será difícil para ti escuchar eso más tarde.
Señor, hace unos días varios ascetas y brahmanes que siguen otros varios caminos estaban sentados juntos en la sala de debate, y esta discusión surgió entre ellos: «¡La gente de Aṅga y Magadha es tan afortunada, tan afortunada! Porque existen estos ascetas y brahmanes que dirigen una orden y una comunidad, y enseñan a una comunidad. Son fundadores de órdenes bien conocidos y famosos, considerados santos por muchas personas. Y han venido para la residencia de la temporada de lluvias en Rājagaha. Entre ellos se incluyen Purāṇa Kassapa, Makkhali Gosāla, Ajita Kesakambala, Pakudha Kaccāyana, Sañjaya Belaṭṭhiputta y Nigaṇṭha Nāṭaputta. Este asceta Gotama también dirige una orden y una comunidad, y enseña a esa comunidad. Es el fundador de una orden muy conocido y famoso, considerado santo por muchas personas. Y él también ha venido a pasar la residencia de lluvias en Rājagaha. ¿Cuál de estos ascetas y brahmanes es honrado, respetado, reverenciado y venerado por sus discípulos? ¿Y cómo sus discípulos, después de honrarlos y respetarlos, permanecen leales?».
Algunos de ellos dijeron:
—Este Purāṇa Kassapa dirige una orden y una comunidad, y enseña a esa comunidad. Es el fundador de una orden muy conocido y famoso, considerado santo por muchas personas. Pero no es honrado, respetado, reverenciado, venerado y estimado por sus discípulos. Y sus discípulos, sin honrarlo y respetarlo, no le son leales. Una vez sucedió que estaba enseñando a una asamblea de muchos cientos. Entonces uno de sus discípulos gritó: «Mis buenos señores, no le pregunten a Purāṇa Kassapa sobre eso. Él no sabe eso. Lo sé. Preguntadme y os responderé». Sucedió que Purāṇa Kassapa no se salió con la suya, aunque gritó con los brazos en alto: «Callad, buenos señores, no hagáis ningún ruido. ¡No te preguntan a ti, me preguntan a mí! ¡Os responderé!».
De hecho, muchos de sus discípulos lo han abandonado después de refutar su doctrina: «No entiendes esta enseñanza y este código de disciplina. Entiendo esta enseñanza y este código de disciplina. ¿Entiendes esta enseñanza y este código de disciplina? Estás practicando mal. Estoy practicando bien. Me atengo al caso, tú no. Dijiste al final lo que debiste haber dicho primero. Primero dijiste lo que deberías haber dicho al final. Lo que tanto has pensado ha sido refutado. Tu doctrina es refutada. ¡Adelante, salva tu doctrina! Estás atrapado, sal de esto, ¡si puedes!».
Así es como Purāṇa Kassapa no es honrado, respetado, reverenciado, venerado y estimado por sus discípulos. Por el contrario, sus discípulos, al no honrarlo y respetarlo, no le son leales. Más bien, está vilipendiado, y con razón: «estoy practicando bien. Me atengo al caso, tú no. Dijiste al final lo que debiste haber dicho primero. Primero dijiste lo que deberías haber dicho al final. Lo que tanto has pensado ha sido refutado. Tu doctrina es refutada. ¡Adelante, salva tu doctrina! Estás atrapado, sal de esto, ¡si puedes!».
Así es como Purāṇa Kassapa no es honrado, respetado, reverenciado, venerado y estimado por sus discípulos. Por el contrario, sus discípulos, al no honrarlo y respetarlo, no le son leales. Más bien, está vilipendiado, y con razón.
Otros decían: «este Makkhali Gosāla… Ajita Kesakambala… Pakudha Kaccāyana… Sañjaya Belaṭṭhiputta… Nigaṇṭha Nāṭaputta dirige una orden y una comunidad, y enseña a esa comunidad. Es el fundador de una orden muy conocido y famoso, considerado santo por muchas personas». Pero no es honrado, respetado, reverenciado y venerado por sus discípulos. Y sus discípulos, sin honrarlo y respetarlo, no le son leales. Una vez sucedió que estaba enseñando a una asamblea de muchos cientos. Entonces uno de sus discípulos gritó: «Mis buenos señores, no le pregunten a Nigaṇṭha Nātaputta sobre eso. Él no sabe eso. Lo sé. Preguntadme y os responderé». Sucedió que Nigaṇṭha Nātaputta no se salió con la suya, aunque gritó con los brazos en alto: «Callad, buenos señores, no hagáis ningún ruido. ¡No te preguntan a ti, me preguntan a mí! ¡Os responderé!».
En efecto, muchos de sus discípulos lo han abandonado después de refutar su doctrina: «No entiendes esta enseñanza y este código de disciplina. Entiendo esta enseñanza y este código de disciplina. ¿Entiendes esta enseñanza y este código de disciplina? Estás practicando mal. Estoy practicando bien. Me atengo al caso, tú no. Dijiste al final lo que debiste haber dicho primero. Primero dijiste lo que deberías haber dicho al final. Lo que tanto has pensado ha sido refutado. Tu doctrina es refutada. ¡Adelante, salva tu doctrina! Estás atrapado, sal de esto, ¡si puedes!».
Así es como Nigaṇṭha Nātaputta no es honrado, respetado, reverenciado y venerado por sus discípulos. Por el contrario, sus discípulos, al no honrarlo y respetarlo, no le son leales. Más bien, está vilipendiado, y con razón. «No entiendes esta enseñanza y este código de disciplina. Entiendo esta enseñanza y este código de disciplina. ¿Entiendes esta enseñanza y este código de disciplina? Estás practicando mal. Estoy practicando bien. Me atengo al caso, tú no. Dijiste al final lo que debiste haber dicho primero. Primero dijiste lo que deberías haber dicho al final. Lo que tanto has pensado ha sido refutado. Tu doctrina es refutada. ¡Adelante, salva tu doctrina! Estás atrapado, sal de esto, ¡si puedes!».
Así es como Nigaṇṭha Nātaputta no es honrado, respetado, reverenciado y venerado por sus discípulos. Por el contrario, sus discípulos, al no honrarlo y respetarlo, no le son leales. Más bien, está vilipendiado, y con razón.
Otros decían: «este asceta Gotama dirige una orden y una comunidad, y enseña a esa comunidad. Es el fundador de una orden muy conocido y famoso, considerado santo por muchas personas. Es honrado, respetado, reverenciado y venerado por sus discípulos. Y sus discípulos, honrándolo y respetándolo, le siguen siendo leales. Una vez sucedió que estaba enseñando a una asamblea de muchos cientos». Entonces uno de sus discípulos se aclaró la garganta. Y uno de sus compañeros renunciantes le dio un codazo con la rodilla, para indicarle: «¡Silencio, venerable, no hagas ruido! ¡Nuestro maestro, el Bendito, está enseñando!».
Mientras el asceta Gotama está enseñando a una asamblea de muchos cientos, no se oye ningún sonido de sus discípulos tosiendo o aclarando sus gargantas. Esa gran multitud está sentada en el borde de sus asientos, pensando: «Lo que sea que el Buddha enseñe, lo escucharemos». Es como cuando hay una persona en la encrucijada sacando miel pura del árbol del té, y una gran multitud está en el borde de sus asientos. De la misma manera, mientras el asceta Gotama está enseñando a una asamblea de varios cientos, no se oye ningún sonido de sus discípulos tosiendo o carraspeando. Esa gran multitud está sentada en el borde de sus asientos, pensando: «Lo que sea que el Buddha enseñe, lo escucharemos». Incluso cuando un discípulo del asceta Gotama rechaza el entrenamiento y regresa a una vida mundana, habiendo estado demasiado apegado a sus compañeros renunciantes, sólo hablan alabanzas del Maestro, la Enseñanza y el Saṅgha. Se culpan solo a sí mismos, no a los demás: «Tuvimos mala suerte, teníamos poco mérito. Porque incluso después de seguir adelante con una enseñanza y entrenamiento tan bien explicados, no pudimos practicar de por vida la vida de renuncia perfectamente plena y pura». Se convierten en trabajadores del monasterio o seguidores laicos, y continúan cumpliendo los cinco preceptos. Así es como el asceta Gotama es honrado, respetado, reverenciado y venerado por sus discípulos. Y así es como sus discípulos, honrándolo y respetándolo, le siguen siendo leales.
—Pero Udāyī, ¿cuántas cualidades ves en mí, por las cuales mis discípulos me honran, respetan, reverencian y veneran y después de honrarme y respetarme, me siguen siendo leales?
—Señor, veo cinco de esas cualidades en el Buddha.
—¿Qué cinco?
—El Buddha come poco y alaba comer poco. Esta es la primera cualidad de este tipo que veo en el Buddha.
Además, el Buddha se contenta con cualquier tipo de túnica y alaba esa satisfacción. Esta es la segunda cualidad de este tipo que veo en el Buddha.
Además, el Buddha se contenta con cualquier tipo de comida de limosna y alaba esa alegría. Esta es la tercera cualidad de este tipo que veo en el Buddha.
Además, el Buddha se contenta con cualquier tipo de alojamiento y alaba esa satisfacción. Esta es la cuarta cualidad de este tipo que veo en el Buddha.
Además, el Buddha está aislado y elogia el recogimiento. Esta es la quinta cualidad de este tipo que veo en el Buddha.
Estas son las cinco cualidades que veo en el Buddha, por las cuales sus discípulos lo honran, respetan, reverencian y veneran, y después de honrarlo y respetarlo, le siguen siendo leales.
—Supongamos, Udāyī, que mis discípulos me fueran leales porque como poco. Bueno, hay discípulos míos que comen una taza de comida, o media taza, comen un membrillo de Bengala o medio membrillo de Bengala. Pero a veces incluso como este cuenco lleno hasta el borde, o incluso más. Entonces, si mis discípulos me fueran leales porque como poco, entonces aquellos discípulos que comen menos no me serían leales.
Supongamos que mis discípulos me fueran leales porque me contento con cualquier tipo de manto. Bueno, hay discípulos míos que tienen túnicas de harapos, vestidas con túnicas raídas. Recogen sobras de cementerios, basureros y tiendas, las convierten en una túnica de retazos y la usan. Pero a veces uso túnicas que me ofrecen los dueños de casa que son fuertes, pero junto a las cuales el pelo de calabaza blanca es tosco. Entonces, si fuera el caso de que mis discípulos me fueran leales porque estoy contento con cualquier tipo de túnica, entonces esos discípulos que usan túnicas de harapos no me serían leales.
Supongamos que mis discípulos me fueran leales porque me contento con cualquier tipo de la comida de las limosnas. Bueno, hay discípulos míos que solo comen lo que reciben en su cuenco, que caminan para recibir comida de limosna y que están contentos con lo poco que obtienen y que rechazan las invitaciones para comer en las casas de la gente. Pero a veces acepto invitaciones y como el mejor arroz fino hervido con los granos oscuros seleccionados, servido con muchas sopas y salsas. Entonces, si mis discípulos me son leales porque me contento con cualquier tipo de la comida de las limosnas, entonces esos discípulos que solo comen la comida que les echan en el cuenco no me serían leales.
Supongamos que mis discípulos me fueran leales porque me contento con cualquier tipo de alojamiento. Bueno, hay discípulos míos que se quedan a la raíz de un árbol, al aire libre. Durante ocho meses no duermen bajo techo. Pero a veces incluso me quedo en cabañas de techo puntiagudo, enyesadas por dentro y por fuera, sin corrientes de aire, con pestillos y ventanas cerradas. Entonces, si mis discípulos me son leales porque me contento con cualquier tipo de alojamiento, entonces esos discípulos que se quedan en la raíz de un árbol no me serían leales.
Supongamos que mis discípulos me fueran leales porque estoy aislado y alabo el recogimiento. Bueno, hay discípulos míos que viven en el bosque, en paraderos remotos. Habiéndose aventurado profundamente en paraderos remotos en la selva y en la jungla, viven allí, y van donde está el Saṅgha cada quince días para recitar el código monástico. Pero a veces vivo rodeado de bhikkhus, bhikkhunīs, laicos y laicas, por los gobernantes y sus ministros, y los maestros de otros caminos y sus discípulos. Entonces, si fuera el caso de que mis discípulos me fueran leales porque estoy aislado y alabo el recogimiento, entonces esos discípulos que viven en el bosque no me serían leales.
Entonces, Udāyī, no es por estas cinco cualidades que mis discípulos me honran, respetan, reverencian y veneran, y después de honrarme y respetarme, me siguen siendo leales.
Hay otras cinco cualidades por las cuales mis discípulos me honran, respetan, reverencian y veneran, y después de honrarme y respetarme, me siguen siendo leales.
—¿Qué cinco?
—En primer lugar, mis discípulos me estiman por la ética superior: «el asceta Gotama es ético. Posee todo el espectro de conducta ética al más alto grado». Dado que esto es así, esta es la primera cualidad por la cual mis discípulos me son leales.
Además, mis discípulos me estiman por mi excelente episteme: «el asceta Gotama solo afirma saber cuándo de hecho sabe. Solo dice ver cuando realmente ve. Enseña basándose en la episteme, no sin episteme. Enseña basado en la razón, no sin razón. Enseña con una base demostrable, no sin ella». Dado que esto es así, esta es la segunda cualidad por la cual mis discípulos me son leales.
Además, mis discípulos me estiman por mi sabiduría superior: «el asceta Gotama es sabio. Posee todo el espectro de sabiduría en el más alto grado. No es posible que deje de prever motivos para futuras críticas o de refutar legítima y completamente las doctrinas de otros que surjan».
¿Qué opinas, Udāyī? ¿Mis discípulos, sabiendo y viendo esto, me gritarían y me interrumpirían?
—No señor.
—Eso es porque no espero ser instruido por mis discípulos. Invariablemente, mis discípulos esperan instrucción de mí.
Dado que esto es así, esta es la tercera cualidad por la cual mis discípulos me son leales.
Además, mis discípulos se acercan a mí y me preguntan cómo se aplica la noble verdad del sufrimiento al sufrimiento en el que están abrumados y empantanados. Y les doy una respuesta satisfactoria a su pregunta. Preguntan cómo las nobles verdades del origen del sufrimiento, el cese del sufrimiento y la práctica que lleva al cese del sufrimiento se aplican al sufrimiento que los ha abrumado y humillado. Y les doy respuestas satisfactorias a sus preguntas. Dado que esto es así, esta es la cuarta cualidad por la cual mis discípulos me son leales.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para desarrollar las cuatro instrucciones de la práctica. Es cuando un bhikkhu permanece con ahínco aplicando las instrucciones de la práctica del cuerpo en el cuerpo, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias subyacentes y suprimiendo, mediante la disciplina, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento… Permanece con ahínco aplicando las instrucciones de la práctica de las emociones… de la mente… de los fenómenos en el sentido de los factores de aferramiento a la existencia, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias subyacentes y suprimiendo, mediante la disciplina, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para desarrollar los cuatro esfuerzos correctos. Es cuando un bhikkhu genera entusiasmo, lo intenta, se esfuerza, ejercita la mente y se esfuerza por que no surjan cualidades malas y demeritorias. Genera entusiasmo, lo intenta, se empeña, ejercita la mente y se esfuerza por que se abandonen las cualidades malas y demeritorias que han surgido. Genera entusiasmo, lo intenta, hace el esfuerzo, ejercita la mente y se aplica para que surjan buenas cualidades. Genera entusiasmo, lo intenta, hace el esfuerzo, ejercita la mente y se aplica para que las buenas cualidades que han surgido permanezcan y no se pierdan, para que aumenten, maduren y se realicen con el desarrollo. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para desarrollar las cuatro bases de las habilidades paranormales. Es cuando un bhikkhu dotado de la situación condicional del interés en practicar la contemplación aumenta sus habilidades paranormales. Dotado de la situación condicional del esfuerzo en la contemplación aumenta sus habilidades paranormales. Dotado de la situación condicional del pensamiento en la contemplación aumenta sus habilidades paranormales. Dotado de la situación condicional de investigar en la contemplación aumenta sus habilidades paranormales. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para desarrollar las cinco facultades. Es cuando un bhikkhu desarrolla las facultades de la fe, el esfuerzo, el recuerdo de las instrucciones de la práctica, la contemplación y la episteme. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para desarrollar los cinco poderes. Es cuando un bhikkhu desarrolla los poderes de la fe, el esfuerzo, el recuerdo de las instrucciones de la práctica, la contemplación y la episteme, que lo llevan a la paz y al despertar. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para desarrollar los siete factores de la iluminación. Es cuando un bhikkhu desarrolla los factores de la iluminación del recuerdo de las instrucciones de la práctica, del esfuerzo, del placer, de la felicidad, de la contemplación y de la impasibilidad. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para desarrollar el Noble Óctuple Camino. Es cuando un bhikkhu desarrolla la creencia correcta, el pensamiento correcto, el discurso correcto, la acción correcta, la conducta correcta, esfuerzo correcto, el recuerdo correcto de las instrucciones de la práctica y la contemplación correcta. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para desarrollar las ocho liberaciones.
Al tener qualia, ven figuras visuales. Ésta es la primera liberación.
Al no percibir las qualia subjetivas, ven figuras visuales objetivamente. Ésta es la segunda liberación.
Están enfocados solo en la belleza. Esta es la tercera liberación.
Dejando atrás las qualia, superando la percepción sensorial, abandonando las distracciones, conscientes de que «es un lugar vacío», entra y se sumerge en un lugar vacío. Esta es la cuarta liberación.
Yendo totalmente más allá de un lugar vacío, consciente de que «es un lugar sin límites conocidos», entra y se sumerge en un lugar sin límites conocidos. Esta es la quinta liberación.
Yendo totalmente más allá de un lugar sin límites conocidos, consciente de que «no hay ningún lugar», entra y se sumerge en ningún lugar. Esta es la sexta liberación.
Yendo totalmente más allá de ningún lugar, entra y se sumerge en la ausencia de los factores de aferramiento a la existencia. Esta es la séptima liberación.
Yendo totalmente más allá de la ausencia de los factores de aferramiento a la existencia, entra y se sumerge en el cese de los factores de aferramiento a la existencia. Esta es la octava liberación. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para desarrollar las ocho etapas en la superación de las reacciones a los objetos de los sentidos.
—Teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, limitadas, bonitas y feas. Al dominarlas, percibe: «Yo sé y veo». Ésta es la primera etapa en la superación de las reacciones a los objetos de los sentidos.
Teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, ilimitadas, tanto bonitas como feas. Al dominarlas, percibe: «Yo sé y veo». Ésta es la segunda etapa en la superación de las reacciones a los objetos de los sentidos.
No teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, limitadas, bonitas y feas. Al dominarlas, percibe: «Yo sé y veo». Esta es la tercera etapa en la superación de las reacciones a los objetos de los sentidos.
No teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, ilimitadas, tanto bonitas como feas. Al dominarlas, percibe: «Yo sé y veo». Ésta es la cuarta etapa en la superación de las reacciones a los objetos de los sentidos.
No teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, azules, de color azul, tonalidad azul y tinte azul. Es como una flor de lino que es azul, de color azul, en tono azul y de tinte azul. O un paño de Vārāṇasī alisado por ambos lados, azul, de color azul, en tono azul y de tinte azul. De la misma manera, no teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, azules, de color azul, tonalidad azul y tinte azul. Al dominarlas, percibe: «Yo sé y veo». Ésta es la quinta etapa en la superación de las reacciones a los objetos de los sentidos.
No teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, amarillas, de color amarillo, tonalidad amarilla y tinte amarillo. Es como una flor de la magnolia que es amarilla, de color amarillo, en tono amarillo y de tinte amarillo. O un paño de Vārāṇasī alisado por ambos lados, amarillo, de color amarillo, en tono amarillo y de tinte amarillo. De la misma manera, no teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, amarillas, de color amarillo, tonalidad amarilla y tinte amarillo. Al dominarlas, percibe: «Yo sé y veo». Ésta es la sexta etapa en la superación de las reacciones a los objetos de los sentidos.
No teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, rojas, de color rojo, en tono rojo y de tinte rojo. Es como una flor de malva escarlata que es roja, de color rojo, en tono rojo y de tinte rojo. O un paño de Vārāṇasī alisado por ambos lados, rojo, de color rojo, en tono rojo y de tinte rojo. De la misma manera, no teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, rojas, de color rojo, tonalidad roja y tinte rojo. Al dominarlas, percibe: «Yo sé y veo». Ésta es la séptima etapa en la superación de las reacciones a los objetos de los sentidos.
No teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, blancas, de color blanco, tonalidad blanca y tinte blanco. Es como la estrella de la mañana que es blanca, de color blanco, en tono blanco y de tinte blanco. O un paño de Vārāṇasī alisado por ambos lados, blanco, de color blanco, en tono blanco y de tinte blanco. De la misma manera, no teniendo qualia subjetivamente, ve imágenes externas, blancas, de color blanco, tonalidad blanca y tinte blanco. Al dominarlas, percibe: «Yo sé y veo». Ésta es la octava etapa en la superación de las reacciones a los objetos de los sentidos. Estas son las ocho etapas en la superación de las reacciones a los objetos de los sentidos. Muchos de mis alumnos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, explico el camino de entrenamiento a mis discípulos para que puedan seguirlo y hacer uso de diez objetos de contemplación, Udayi.
Reconocen el objeto tierra arriba, abajo, a través, indiviso e ilimitado. Reconocen el objeto agua arriba, abajo, a través, indiviso e ilimitado. Reconocen el objeto fuego arriba, abajo, a través, indiviso e ilimitado. Reconocen el objeto aire hacia arriba, hacia abajo, a través, indiviso e ilimitado. Reconocen un objeto azul arriba, abajo, a través, indiviso e ilimitado. Reconocen un objeto amarillo arriba, abajo, a través, indiviso e ilimitado. Reconocen un objeto rojo arriba, abajo, a través, indiviso e ilimitado. Reconocen un objeto blanco arriba, abajo, a través, indiviso e ilimitado. Reconocen el espacio como un objeto arriba, abajo, a través, indiviso e ilimitado. Reconocen la vida como un objeto hacia arriba, hacia abajo, a través, indiviso e ilimitado. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para desarrollar las cuatro jhānas.
Es cuando un bhikkhu, totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entra y se sumerge en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirige la mente y la mantiene concentrada. Empapa, riega, llena y colma su cuerpo con placer y felicidad surgida del retiro. No hay parte del cuerpo que no se extienda por el placer y la felicidad surgida del retiro. Es como cuando un hábil asistente de baño o su aprendiz vierte polvo de baño en un plato de bronce, rociándolo poco a poco con agua. Lo amasa hasta que la bola de polvo de baño esté empapada y saturada de humedad, esparcida por dentro y por fuera. Sin embargo, no sale humedad. De la misma manera, un bhikkhu empapa, riega, llena y colma su cuerpo con el placer y la felicidad surgida del retiro.
Además, a medida que desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entra y se sumerge en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen de la concentración, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento. Empapa, riega, llena y colma su cuerpo con placer y felicidad nacida de la contemplación. No hay parte del cuerpo que no se extienda por el placer y la felicidad nacida de la contemplación. Es como un lago profundo alimentado por agua de manantial. No hay ensenada al este, oeste, norte o sur, y no hay lluvia para reponerla de vez en cuando. Pero la corriente de agua fría que brota del lago empapa, se inclina, se llena y se extiende por todo el lago. No hay parte del lago que no esté llena de agua fría. Del mismo modo, un bhikkhu empapa, colma, llena, y extiende su cuerpo con placer y felicidad nacida de la contemplación. No hay parte del cuerpo que no se extienda por el placer y la felicidad nacida de la contemplación.
Además, con el desvanecimiento del placer, entra y se sumerge en la tercera jhāna, donde contempla con impasibilidad, diligente y decidido y siente el bienestar corporal del que los nobles declaran: «impasible y decidido, uno permanece en la felicidad». Se empapa, riega, llena y colma su cuerpo con una felicidad libre de placer. No hay parte del cuerpo que no se extienda con felicidad sin placer. Es como una piscina con nenúfares azules o lotos rosados o blancos. Algunos de ellos brotan y crecen en el agua sin elevarse por encima de ella, prosperando bajo el agua. Desde la punta hasta la raíz, están empapados, regados, llenos y colmados de agua fría. No hay ninguna parte de ellos que no esté empapada con agua fría. De la misma manera, un bhikkhu empapa, riega, llena y colma su cuerpo con felicidad libre de placer.
Además, abandonando el placer y el dolor, y poniendo fin a la felicidad y la tristeza anteriores, entra y se sumerge en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis.
Sin placer ni dolor, con pura impasibilidad. Se sienta extendiendo su cuerpo con una mente pura y brillante. No hay parte del cuerpo que no se propague con una mente pura y brillante. Es como alguien sentado envuelto de pies a cabeza con una tela blanca. No hay ninguna parte del cuerpo que no esté cubierta con un paño blanco. De la misma manera, se sienta extendiendo su cuerpo con una mente pura y brillante. No hay parte del cuerpo que no se propague con una mente pura y brillante. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que usan para entender esto: «este cuerpo mío tiene qualia. Se compone de los cuatro elementos primarios, producidos por la madre y el padre, construidos a partir de arroz y gachas, susceptibles de ser perecedero, desgastarse y erosionarse, romperse y destruirse. Y esta conciencia mía está unida a él, atada a él». Supongamos que hubiera una gema de berilo que fuera naturalmente hermosa, de ocho facetas, bien trabajada, transparente y clara, dotada de todas las buenas cualidades. Y estaba ensartado con un hilo de color azul, amarillo, rojo, blanco o marrón dorado. Y alguien con buena vista debería tomarlo en su mano y comprobarlo: «esta joya de berilo es naturalmente hermosa, de ocho facetas, bien trabajada, transparente y clara, dotada de todas las buenas cualidades». Y está ensartado con un hilo de azul, amarillo, rojo, blanco, o marrón dorado.
De la misma manera, les he explicado a mis discípulos una práctica que usan para entender esto: «este cuerpo mío tiene qualia. Se compone de los cuatro elementos primarios, producidos por la madre y el padre, construidos a partir de arroz y gachas, susceptibles de ser perecederos, desgastarse y erosionarse, romperse y destruirse. Y esta conciencia mía está unida a él, atada a él». Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para crear a partir de este cuerpo otro cuerpo, que consiste en qualia, hecho por la mente, completo en todas sus diversas partes, sin carencia de ninguna facultad. Supongamos que una persona saca una caña de su vaina. Pensarían: «esta es la caña, esta es la vaina». La caña y la vaina son cosas diferentes. Se ha extraído la caña de la vaina. O supongamos que una persona saca una espada de su vaina. Pensaría: «esta es la espada, esta es la vaina». La espada y la vaina son cosas diferentes. La espada ha sido sacada de la vaina. O supongamos que una persona saca una serpiente de su lodazal. Pensaría: «esta es la serpiente, este es el lodazal». La serpiente y el lodazal son cosas diferentes. La serpiente ha sido sacada del lodazal. Del mismo modo, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para crear a partir de este cuerpo otro cuerpo, consistente en qualia, hecho por la mente, completo en todas sus diversas partes, sin carencia de ninguna facultad. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para ejercer los diferentes tipos de habilidades paranormales: multiplicarse y volver a ser uno, aparecer y desaparecer, atravesar sin obstáculos un muro, una muralla o una montaña como si atravesara el espacio, zambullirse dentro y fuera de la tierra como si fuera agua, caminar sobre el agua como si fuera tierra, volando con las piernas cruzadas por el cielo como un pájaro, tocando y acariciando con la mano el sol y la luna, tan fuertes y poderosos. Controlan el cuerpo hasta el reino de Brahmā. Supongamos que un alfarero hábil o su aprendiz tuvieran arcilla bien preparada. Podría producir cualquier tipo de olla que le apetezca. O supongamos que un hábil tallador de marfil o su aprendiz tuvieran un poco de marfil bien preparado. Pueden producir cualquier tipo de artículo de marfil que les apetezca. O supongamos que un hábil orfebre o su aprendiz tuvieran un poco de oro bien preparado. Podrían producir cualquier tipo de artículo de oro que les apetezca. De la misma manera, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para ejercer los diferentes tipos de habilidades paranormales… Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para que, con una clariaudiencia purificada y sobrehumana, escuchen ambos tipos de sonidos, humanos y divinos, sean de cerca o de lejos. Supongamos que hubiera un potente soplador de cuerno. Se haría oír fácilmente en las cuatro direcciones. De la misma forma, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para que, con una clariaudiencia purificada y sobrehumana, escuchen ambos tipos de sonidos, humanos y divinos, sean de cerca o de lejos. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para comprender la mente de otros seres e individuos, habiéndola comprendido con su propia mente. Entienden la mente con ansia como «mente con ansia» y la mente sin ansia como «mente sin ansia», mente con aversión como «mente con aversión» y mente sin aversión como «mente sin aversión», mente con ignorancia como «mente con ignorancia» y mente sin ignorancia como «mente sin ignorancia», la mente constreñida como «mente constreñida» y la mente dispersa como «mente dispersa», la mente expansiva como «mente expansiva» y la mente no expansiva como «mente no expansiva», mente que no es suprema como «mente que no es suprema», y mente que es suprema como «mente que es suprema», mente inmersa en absorción completa como «mente inmersa en absorción completa», y mente no sumergida en absorción completa como «mente no sumergida en absorción completa», mente liberada como «mente liberada» y mente no liberada como «mente no liberada». Supongamos que hubiera una mujer o un hombre joven, lozano y aficionado a los adornos, y miran su propio reflejo en un espejo limpio y brillante o en un cuenco de agua transparente. Si tuviera una mancha, sabría «tengo una mancha», y si no tuviera ninguna mancha, sabrían «no tengo ninguna mancha». De la misma manera, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para comprender la mente de otros seres e individuos, habiéndolos comprendido con su propia mente… Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para recordar los diferentes tipos de vidas pasadas. Es decir: uno, dos, tres, cuatro, cinco, diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, cien, mil, cien mil renacimientos, muchos eones del mundo contrayéndose, muchos eones del mundo expandiéndose, muchos eones del mundo contrayéndose y expandiéndose. «Ahí, me llamaron así, mi clan era aquel, me veía así, y esa era mi comida. Así fue como sentí placer y dolor, y así fue como terminó mi vida. Cuando fallecí en ese lugar, renací en otro lugar. Allí también me llamaron así, mi clan era aquel, me veía así y esa era mi comida. Así fue como sentí placer y dolor, y así fue como terminó mi vida. Cuando fallecí en ese lugar, renací aquí». Y así recuerda sus muchas clases de vidas pasadas, con sus características y detalles.
Supongamos que una persona dejara su aldea de origen y se fuera a otra aldea. De ese pueblo irían a otro pueblo más. Y de ese pueblo regresarían a su pueblo natal. Pensaría: «Fui de mi pueblo natal a otro pueblo. Allí me quedé así, me senté así, hablé así o me quedé callado así. De ese pueblo fui a otro pueblo más. Allí también me quedé así, me senté así, hablé así o me quedé callado así. Y de ese pueblo volví a mi pueblo natal».
De la misma manera, les he explicado a mis discípulos una práctica que usan para recordar los diferentes tipos de vidas pasadas. Y de ese pueblo regresarían a su pueblo natal. Pensarían: «Fui de mi pueblo natal a otro pueblo. Allí me quedé así, me senté así, hablé así o me quedé callado así. De ese pueblo fui a otro pueblo más. Allí también me quedé así, me senté así, hablé así o me quedé callado así. Y de ese pueblo volví a mi pueblo natal». De la misma manera, les he explicado a mis discípulos una práctica que usan para recordar los diferentes tipos de vidas pasadas. Y de ese pueblo regresarían a su pueblo natal. Pensarían: «Fui de mi pueblo natal a otro pueblo. Allí me quedé así, me senté así, hablé así o me quedé callado así. De ese pueblo fui a otro pueblo más. Allí también me quedé así, me senté así, hablé así o me quedé callado así. Y de ese pueblo volví a mi pueblo natal». De la misma manera, les he explicado a mis discípulos una práctica que usan para recordar los diferentes tipos de vidas pasadas. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para que, con la clarividencia que es purificada y sobrehumana, ve a los seres morir y renacer, despreciables y excelentes, hermosos y feos, en un buen o mal lugar. Y entienden cómo los seres renacen de acuerdo con sus acciones: «estos seres hicieron cosas malas a través del cuerpo, el habla y el intelecto. Hablaban mal de los nobles, tenían una creencia errónea, y optaron por actuar según esa creencia errónea. Al romperse su cuerpo, después de la muerte, renacen en un lugar de desgracia, un mal lugar, el inframundo, el infierno. Sin embargo, estos seres hicieron cosas buenas a través del cuerpo, el habla y el intelecto. Nunca hablaron mal de los nobles, tenían la creencia correcta, y optaron por actuar desde esa creencia correcta. Cuando su cuerpo se rompa, después de la muerte, renacen en un buen lugar, un reino celestial».
Y así, con una clarividencia purificada y sobrehumana, ve a los seres morir y renacer, despreciables y excelentes, hermosos y feos, en un buen o mal lugar y entienden cómo los seres renacen de acuerdo con sus acciones.
Supongamos que un hombre con la vista intacta se interpusiera entre dos casas. Entonces vería a la gente entrar y salir de una casa y deambular de un lado a otro. De la misma forma, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para que, con una clarividencia purificada y sobrehumana, vean a los seres vivos morir y renacer… en un buen o mal lugar. Entienden cómo los seres vivos renacen de acuerdo con sus acciones. Supongamos que hay dos casas con dos puertas, bhikkhus. En medio de ellas hay un hombre con buena vista. Entonces puede ver a la gente entrando y saliendo de las casas, y puede ver a la gente caminando de un lado a otro y yendo de una casa a otra.
De la misma forma, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para que, con una clarividencia purificada y sobrehumana, vean a los seres vivos morir y renacer… en un buen o mal lugar. Entienden cómo los seres vivos renacen de acuerdo con sus acciones.
Supongamos que un hombre con la vista intacta se interpusiera entre dos casas. Entonces vería a la gente entrar y salir de una casa y deambular de un lado a otro. De la misma forma, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para que, con una clarividencia purificada y sobrehumana, vean a los seres vivos morir y renacer… Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Además, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para realizar la liberación de la conciencia a través de la episteme en esta misma vida. Y viven habiéndolo conseguido con su propia episteme debido al fin de las tendencias subyacentes. Supongamos que hubiera un lago transparente, claro y sin nubes. Una persona con buena vista de pie en la orilla vería conchas de mejillón, grava y guijarros, y bancos de peces nadando o quedándose quietos. Pensaría: «este lago es transparente, claro y sin nubes. Y aquí están las conchas de mejillones, grava y guijarros, y bancos de peces nadando o quedándose quietos».
De la misma manera, les he explicado a mis discípulos una práctica que utilizan para realizar la liberación de la conciencia a través de la episteme en esta misma vida. Y vive habiéndolo conseguido con su propia episteme debido al fin de las tendencias subyacentes. Muchos de mis discípulos han alcanzado la episteme mediante el uso de este método.
Esta es la quinta cualidad por la que mis discípulos me son leales.
Estas son las cinco cualidades por las cuales mis discípulos me honran, respetan, reverencian y veneran, y después de honrarme y respetarme, me siguen siendo leales.
Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfecho, el asceta Sakuludāyī estaba feliz con lo que dijo el Buddha.