En Sāvatthī.
Sentado a un lado, un bhikkhu le dijo al Buddha:
—Señor, ¿hay algunas qualia que sean imperecederas, eternas, perpetuas, perennes y que duren por los siglos de los siglos? ¿Hay alguna reacción emocional… percepción… situación condicional… cognición en absoluto que sea imperecedera, eterna, perpetua, perenne y que dure por los siglos de los siglos?
—Bhikkhu, no hay qualia que sean imperecederas, eternas, perpetuas, perennes y que duren por los siglos de los siglos. No hay reacción emocional… percepción… situación condicional… cognición que sea imperecedera, eterna, perpetua, perenne y que dure por los siglos de los siglos.
Entonces el Buddha, recogiendo un poco de suciedad debajo de su uña, se dirigió a ese bhikkhu:
—Ni siquiera hay tales qualia que sean imperecederas, eternas, perpetuas, perennes y que duren por los siglos de los siglos. Si las hubiera, no me encontraría en esta vida de renuncia para erradicar el sufrimiento. Pero como no las hay, me encuentro viviendo esta vida de renuncia para erradicar el sufrimiento.
Ni siquiera hay tal reacción emocional…
Ni percepción…
Ni situación condicional…
Ni cognición que sea imperecedera, eterna, perpetua, perenne y dure por los siglos de los siglos. Si la hubiera, no me encontraría en esta vida de renuncia para erradicar el sufrimiento. Pero como no la hay, me encuentro viviendo esta vida de renuncia para erradicar el sufrimiento.
—¿Qué opinas, bhikkhu? ¿Son las qualia imperecederas o perecederas?
—Son perecederas, Maestro.
—¿Son las reacciones emocionales… la percepción… la situación condicional… la cognición, imperecederas o perecederas?
—Son perecederas, Maestro.
—Así es como realmente deberías ver… Al ver esto, entiendes claramente: «no hay retorno a ningún estado de existencia».