En Sāvatthī.
—¿Qué tienen que hacer, bhikkhus, en qué deben implicarse y aferrarse para que surja esta creencia: «un Tathāgata ni existirá ni no existirá después de la muerte»?
—Para nosotros, las cosas tienen su base en ti, Maestro. Eres nuestro guía y nuestro refugio. Sería bueno si pudieras explicarnos esto, ¡entonces recordaremos lo que digas!
—Cuando las qualia existen, por aferrarse a las qualia y mediante el aferramiento a las qualia, surge esta creencia: «un Tathāgata ni existirá ni no existirá después de la muerte». Cuando las reacciones emocionales… la percepción… la situación condicional… cuando la cognición existe, debido al aferramiento de la cognición y al aferramiento de la cognición, surge esta creencia: «un Tathāgata ni existirá ni no existirá después de la muerte».
¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Son las qualia imperecederas o perecederas?
—Son perecederas, Maestro.
—Y así, cuando el sufrimiento existe, por aferrarse al sufrimiento y mediante el aferramiento al sufrimiento, surge esta creencia: «un Tathāgata ni existirá ni no existirá después de la muerte».
—¿Son las reacciones emocionales… la percepción… la situación condicional… la cognición, imperecederas o perecederas?
—Son perecederas, Maestro.
—¿Pero al no comprender lo que es perecedero, es desagradable y es susceptible de venirse abajo, surgiría una creencia como ésta?
—No, señor.
—Y así, cuando el sufrimiento existe, por aferrarse al sufrimiento y mediante el aferramiento al sufrimiento, surge esta creencia: «un Tathāgata ni existirá ni no existirá después de la muerte».