En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Rājagaha, en la Arboleda de los Bambús, el comedero de las ardillas..
En ese momento, el venerable Mahākassapa se estaba quedando en la cueva de Pipphali. Estaba gravemente enfermo con fuertes dolores. Un día, a última hora de la tarde, el Buddha salió del retiro, fue donde el venerable Mahākassapa, se sentó en el asiento preparado y le dijo:.
—Kassapa, espero que estés bien. Y espero que tu dolor disminuya en lugar de aumentar, y que pueda verlo disminuir en lugar de aumentar.
—Maestro, no me estoy sintiendo bien, no estoy bien. El dolor es terrible y va en aumento, no disminuye, su crecimiento es evidente, no disminuye.
—Kassapa, he explicado correctamente estos siete factores de la iluminación. Cuando se desarrollan y se cultivan, conducen a las habilidades paranormales, a la iluminación y a Nibbāna.
—¿Qué siete?
—Los factores de la iluminación de la práctica, del esfuerzo, del entusiasmo, de la tranquilidad, de la contemplación y de la impasibilidad, que se basan en el recogimiento, en el desapasionamiento y en el dejar ir y que maduran en la cesación. Estos son los siete factores de la iluminación que he explicado correctamente. Cuando se desarrollan y se cultivan, conducen a las habilidades paranormales, a la iluminación y a Nibbāna.
—¡De hecho, Maestro, estos son los factores de la iluminación! De hecho, Bendito, ¡estos son los factores de la iluminación!
Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfecho, el venerable Mahākassapa estaba contento con lo que dijo el Buddha. Y así se recuperó de esa enfermedad.