Hubo un tiempo en que el Buddha se encontraba en la tierra de los sākkas, cerca de Kapilavatthu en el Monasterio del Baniano. Entonces Mahānāma el sākka se acercó al Buddha, se inclinó, se sentó a un lado y le dijo:
—Señor, ¿cómo se define a un seguidor laico?
—Mahānāma, cuando te has refugiado en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha, se te considera un seguidor laico.
—¿Pero cómo se define a un seguidor laico ético?
—Cuando un seguidor laico no mata seres, no roba, no tiene relaciones sexuales con la mujer de otro, no miente ni se embriaga con bebidas alcohólicas, se lo considera un seguidor laico ético.
—Pero, ¿cómo se define a un seguidor laico con fe?
—Es cuando un seguidor laico tiene fe en la iluminación del Tathāgata: «este Maestro es un Digno, un Buddha Plenamente Despierto, perfecto en episteme y ética, Maestro, conocedor del mundo, guía incomparable para los que deben ser entrenados, maestro de devas y humanos, despierto, bendecido». Entonces se les considera un seguidor laico con fe.
—¿Pero cómo se define a un seguidor laico generoso?
—Es cuando un seguidor laico vive en el hogar libre de la sombra de la mezquindad, generoso, liberal, desprendido, apreciando dejar ir, comprometido con la caridad, apreciando dar y compartir. Entonces se les considera un seguidor laico generoso.
—¿Pero cómo se define a un seguidor laico sabio?
—Es cuando un seguidor laico es sabio. Tiene la episteme de comprender plenamente cómo surgen y perecen las cosas, lo cual es noble, penetrante y conduce al final completo del sufrimiento. Entonces se les considera un seguidor laico sabio.