En cierto momento, el venerable Sāriputta se encontraba cerca de Sāvatthī en la arboleda de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Un día, a última hora de la tarde, el venerable Ānanda salió del retiro y le dijo a Sāriputta:.
—Venerable, ¿cuántas cosas tiene que poseer alguien para que el Buddha declare que ha entrado en la corriente, que no puede renacer en los planos de sufrimiento y está destinado a la iluminación?
—Venerable, tiene que poseer cuatro cosas para que el Buddha pueda declarar que es uno que ha entrado en la corriente, que no puede renacer en los planos de sufrimiento y está destinado a la iluminación.
—¿Qué cuatro?
—Es cuando un discípulo de los nobles tiene una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha….
…y tiene la conducta ética amada por los nobles… que conduce a la contemplación. La gente tiene que poseer estas cuatro cosas para que el Buddha pueda declarar que es uno que ha entrado en la corriente, que no puede renacer en los planos de sufrimiento y está destinado a la iluminación.