—Bhikkhus, suponed que hubiera un estanque de lotos de cincuenta leguas de largo, cincuenta leguas de ancho y cincuenta leguas de profundidad, lleno hasta el borde de forma que un cuervo pudiera beber de él. Luego, una persona recoge un poco de agua en la punta de una brizna de hierba.
—¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Qué es más: el agua en la punta de la brizna de hierba o el agua en el estanque de lotos?
—Señor, el agua en el estanque de lotos es ciertamente más. El agua en la punta de una brizna de hierba es minúscula. Comparada con el agua del estanque de lotos, no se puede calcular ni comparar, ni siquiera es una fracción.
—De la misma manera, para un discípulo de los nobles…
Por eso debéis practicar la contemplación.