—Bhikkhus, suponed que el agua del océano se seca y se evapora excepto por dos o tres gotas.
—¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Qué es más: el agua del océano que se ha secado y evaporado, o las dos o tres gotas que quedan?
—Señor, el agua del océano que se ha secado y evaporado es ciertamente más. Las dos o tres gotas que quedan son minúsculas. En comparación con el agua del océano que se ha secado y evaporado, no se puede calcular ni comparar, ni siquiera es una fracción.
—De la misma manera, para un discípulo de los nobles…
Por eso debéis practicar la contemplación.