—Bhikkhus, no se os ocurra una idea dañina o inútil. Por ejemplo: El mundo es eterno, o no eterno, o finito o infinito, el alma y el cuerpo son la misma cosa, o son cosas diferentes, después de la muerte, existe un Tathāgata, o no existe, o tanto existe y no existe, o ni existe ni no existe.
—¿Por qué es eso?
—Porque esos pensamientos no son beneficiosos ni relevantes para la vida de renuncia. No conducen a la desilusión, al desapasionamiento, a la cesación, a la paz, a la comprensión, a la iluminación y a Nibbāna.
Cuando piensas en algo, debéis pensar: «Esto es sufrimiento…». «Este es el origen del sufrimiento…». «Este es el cese del sufrimiento…». «Esta es la práctica que lleva al cese del sufrimiento».
—¿Por qué es eso?
—Porque esos pensamientos son beneficiosos y relevantes para la vida de renuncia. Conducen a la desilusión, al desapasionamiento, a la cesación, a la paz, a la comprensión, a la iluminación y a Nibbāna.
Por eso debéis practicar la contemplación.