AN 3.79: Fragancias

Entonces el venerable Ānanda se acercó al Buddha, se inclinó, se sentó a un lado y le dijo:

—Señor, existen estos tres tipos de fragancias que se esparcen solo a favor del viento, pero no en su contra.

—¿Qué tres?

—La fragancia de las raíces, del duramen y de las flores. Estos son los tres tipos de fragancias que se esparcen solo a favor del viento, no en su contra.

—¿Hay algún tipo de fragancia que se difunda a favor del viento, y contra él, y en ambos sentidos?

—Existe, Ānanda, ese tipo de fragancia.

—¿Y cuál, señor, es esa fragancia?

—Es cuando, Ānanda, en algún pueblo o ciudad, una mujer o un hombre se ha refugiado en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha. No mata seres vivos, no roba, no mantiene relaciones sexuales con la mujer de otro, no miente ni toma bebidas alcohólicas que causen negligencia. Es ético, de buen carácter.

Vive en el hogar con una mente libre del defecto de la mezquindad, generoso, abierto, que goza de dejar ir, que permanece entregado a los donativos, gusta de dar y de compartir.

Los ascetas y brahmanes en todas partes los elogian por estas buenas cualidades, incluso los devas los alaban.

Este es el tipo de fragancia que se esparce a favor del viento, y contra él, y ambos.

La fragancia de las flores

no se esparce contra el viento,

ni el sándalo, las flores de molinillo

o el jazmín,

sino la fragancia de la gente buena

se difunde contra el viento,

la ética de una persona buena

se difunde en todas direcciones.

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