AN 4.49: Perversiones

—Bhikkhus, existen estas cuatro perversiones de la percepción, del pensamiento y de la creencia.

—¿Qué cuatro?

—Tomar lo perecedero como imperecedero. Tomar el sufrimiento como felicidad. Tomar lo que «no es mío, no soy yo, sobre esto no tengo control» como lo que «es mío, soy yo, sobre esto tengo control», y tomar lo repulsivo como agradable.

Estas son las cuatro perversiones de la percepción, del pensamiento y de la creencia.

Existen estas cuatro rectitudes en la percepción, en el pensamiento y en la creencia.

—¿Qué cuatro?

—Tomar lo perecedero como perecedero. Tomar el sufrimiento como sufrimiento. Tomar lo que «no es mío, no soy yo, sobre esto no tengo control» como lo que «no es mío, no soy yo, sobre esto no tengo control», y tomar lo repulsivo como repulsivo.

Estas son las cuatro rectitudes en la percepción, en el pensamiento y en la creencia.

Percibiendo lo perecedero como imperecedero,

el sufrimiento como felicidad,

lo que «no es mío, no soy yo, sobre esto no tengo control»

como lo que «es mío, soy yo, sobre esto tengo control»

y lo repulsivo como agradable,

los seres están perdidos

por una creencia incorrecta,

trastornados, con la percepción distorsionada.

Esta gente, unida por el yugo del Māra,

no encuentra amparo de ese yugo.

Los seres continúan transmigrando,

pasando de la muerte a un nuevo renacimiento.

Pero cuando los Buddhas surgen en el mundo,

derramando resplandor,

arrojan luz sobre esta enseñanza,

que conduce a aquietar el sufrimiento.

Cuando una persona sabia los escucha,

adquiere una mente sana por esto mismo,

ve lo perecedero como perecedero,

el sufrimiento como sufrimiento,

lo que «no es mío, no soy yo,

sobre esto no tengo control»

como «no es mío, no soy yo,

sobre esto no tengo control»,

y lo repulsivo como repulsivo,

desde la perspectiva correcta,

se ha elevado por encima

de todo sufrimiento.

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