AN 4.67: El Rey Serpiente

En cierta ocasión, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en la arboleda de Jeta, el monasterio de Anāthapiṇḍika. Para ese momento, un bhikkhu en Sāvatthī falleció debido a la mordedura de una serpiente. Luego, varios bhikkhus se acercaron al Buddha, se inclinaron, se sentaron a un lado y le dijeron:

—Señor, un bhikkhu en Sāvatthī ha fallecido debido a la mordedura de una serpiente.

—Bhikkhus, ese bhikkhu no debe haber expandido benevolencia hacia las cuatro familias reales de serpientes. Si lo hubiera hecho, no habría muerto debido a la mordedura de una serpiente.

—¿Cuáles cuatro?

—Las familias de serpientes reales de Virūpakkha, Erāpatha, Chabyāputta y Kaṇhāgotamaka…

Bhikkhus, os insto a esparcir pensamientos de benevolencia hacia las cuatro familias reales de serpientes, para vuestra propia seguridad, defensa y protección.

Amo a los Virūpakkhas,

a los Erāpathas amo,

amo a los Chabyāputtas,

a los Kaṇhāgotamakas amo.

Amo a las criaturas sin pies,

amo a los de dos patas,

amo a los de cuatro patas,

amo a los de muchos pies.

¡Que los que no tienen pies no me hagan daño!

¡Que no me hagan daño los de dos patas!

¡Que los de cuatro patas no me hagan daño!

¡Que no me hagan daño los de muchos pies!

A todos los seres, a todos los seres vivos,

a todas las criaturas y a cada una:

que sólo vean cosas bonitas,

que el mal no le venga a nadie.

El Buddha es inconmensurable,

la Enseñanza es inconmensurable,

el Saṅgha es inconmensurable,

pero limitadas son las cosas que se arrastran

serpientes y escorpiones, ciempiés,

arañas y lagartijas y ratones.

He hecho esta salvaguarda,

he hecho esta protección:

¡Fuera, criaturas!

Y por eso reverenciaré al Bendito,

reverenciare a los siete Buddhas

perfectamente despiertos.

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