AN 4.76: En Kusinārā**

En cierta ocasión, el Buddha estaba entre dos árboles sāl idénticos en el bosque de árboles sāl de los mallas en Upavattana cerca de Kusinārā justo antes de su extinción final. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Quizás haya algún bhikkhu que tenga dudas o incertidumbre con respecto al Buddha, a la Enseñanza, o al Saṅgha, el camino o la práctica. ¡Así que pregunten, bhikkhus! no os arrepintáis más tarde, pensando: «Estábamos en presencia del Maestro y no pudimos hacerle una pregunta al Buddha».

Cuando se dijo esto, los bhikkhus guardaron silencio.

Por segunda vez, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:. Por segunda vez, los bhikkhus guardaron silencio.

Por tercera vez, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:. Por tercera vez, los bhikkhus guardaron silencio.

Entonces el Buddha dijo a los bhikkhus:

—Bhikkhus, tal vez no preguntéis por respeto al Maestro. «Así que deja que un amigo se lo cuente a un amigo».

Cuando se dijo esto, los bhikkhus guardaron silencio. Entonces el venerable Ānanda le dijo al Buddha:

—¡Es increíble, señor, es asombroso! Estoy bastante seguro de que no hay ni un solo bhikkhu en este Saṅgha que tenga dudas o incertidumbre con respecto al Buddha, la Enseñanza, el Saṅgha, el camino o la práctica.

Ānanda, hablas con fe. Pero el Tathāgata sabe que no hay ni un solo bhikkhu en este Saṅgha que tenga dudas o incertidumbre con respecto al Buddha, la Enseñanza, el Saṅgha, el camino o la práctica. Incluso el último de estos quinientos bhikkhus es uno que ha entrado en la corriente, no es susceptible de renacer en el inframundo, con destino al despertar.

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