—Bhikkhus, existen estos cinco poderes.
—¿Qué cinco?
—Los poderes de la fe, del esfuerzo, de la memoria, de la contemplación y de la sabiduría.
—¿Y cuál es el poder de la fe?
—Cuando un discípulo de los nobles tiene fe en el despertar del Tathāgata: «Ese Bendito es un Digno, un Buddha completamente iluminado, realizado en conocimiento y conducta, bienaventurado, conocedor del mundo, guía incomparable para los que deben ser entrenados, maestro de devas y los humanos, despierto, bendecido». A esto se le llama el poder de la fe.
—¿Y cuál es el poder del esfuerzo?
—Cuando un bhikkhu es diligente para renunciar a cualidades perjudiciales y abrazar cualidades meritorias. Es fuerte, incondicionalmente vigoroso, no se afloja cuando se trata de desarrollar cualidades meritorias. A esto se le llama el poder del esfuerzo.
—¿Y cuál es el poder de la memoria?
—Cuando un discípulo de los nobles está atento. Tiene la máxima atención y alerta, y puede recordar y memorizar lo que se dijo y se hizo hace mucho tiempo. A esto se le llama el poder de la memoria.
—¿Y cuál es el poder de la contemplación?
—Cuando un bhikkhu, apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entra y se sumerge en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirige la mente y la mantiene concentrada. A medida que desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entra y se sumerge en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen de la concentración, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento. Y con el desaferramiento del placer, entra y se sumerge en la tercera jhāna, donde contempla con impasibilidad, diligente y decidido y siente el bienestar corporal del que los nobles declaran: «Impasible y decidido, uno permanece en la felicidad». Abandonado el placer y el dolor, y poniendo fin a la felicidad y la tristeza anteriores, entra y se sumerge en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis. A esto se le llama poder de la contemplación.
—¿Y cuál es el poder de la sabiduría?
—Cuando un discípulo de los nobles es sabio. Tiene la sabiduría que distingue entre el surgimiento y el cese, la cual es noble, penetrante y conduce al final completo del sufrimiento. A esto se le llama el poder de la sabiduría.
Estos son los cinco poderes.