Luego, el cabeza de familia Anāthapiṇḍika, escoltado por unos quinientos seguidores laicos, se acercó al Buddha, se inclinó y se sentó a un lado.
El Buddha le dijo:
—Cabezas de familia, habéis proporcionado al Saṅgha de los bhikkhus túnicas, limosnas, comida, alojamiento, medicinas y suministros para los enfermos. Pero no debéis estar satisfechos con esto. Por tanto, debéis entrenar así: «¿Cómo podemos, de vez en cuando, entrar y morar en el placer del recogimiento?». Así es como debéis entrenar.
Cuando dijo esto, el venerable Sāriputta le dijo al Buddha:
—¡Es increíble, señor, es asombroso! Qué bien habló el Buddha: «Cabezas de familia, habéis proporcionado al Saṅgha de los bhikkhus túnicas, limosnas, comida, alojamiento, medicinas y suministros para los enfermos. Pero no debéis estar satisfechos con esto. Por tanto, debéis entrenar así: “¿Cómo podemos, de vez en cuando, entrar y morar en el placer del recogimiento? Así es como debéis entrenar”».
En un momento en que un discípulo de los nobles entra y habita en el placer del recogimiento, cinco cosas no están presentes en él:
El dolor y la tristeza relacionados con los placeres sensoriales.
El placer y la felicidad relacionados con los placeres sensoriales.
El dolor y la tristeza relacionados con lo perjudicial.
El placer y la felicidad relacionados con lo perjudicial.
El dolor y la tristeza relacionados con lo meritorio.
En el momento en que un discípulo de los nobles entra y habita en el placer del recogimiento, estas cinco cosas no están presentes en él.
—¡Bien, bien, Sāriputta! En el momento en que un discípulo de los nobles entra y habita en el placer del recogimiento, cinco cosas no están presentes en él.
El dolor y la tristeza relacionados con los placeres sensoriales.
El placer y la felicidad relacionados con los placeres sensoriales.
El dolor y la tristeza relacionados con lo perjudicial.
El placer y la felicidad relacionados con lo perjudicial.
El dolor y la tristeza relacionados con lo meritorio.
En el momento en que un discípulo de los nobles entra y habita en el placer del recogimiento, estas cinco cosas no están presentes en él.