Esto he oído.
En una ocasión, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en la arboleda de Jeta, el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:
—¡Bhikkhus!
—Venerable señor —respondieron.
El Buddha dijo esto:
—Bhikkhus, un bhikkhu con seis factores es digno de las ofrendas dedicadas a los devas, digno de hospitalidad, digno de limosna, digno de veneración con las palmas unidas, y es el campo de mérito supremo para el mundo.
—¿Qué seis?
—Es un bhikkhu que, cuando ve una imagen con los ojos, no está ni feliz ni triste. Permanece impasible, cuidadoso y consciente.
Cuando escucha un sonido con sus oídos…
Cuando huele un olor con la nariz…
Cuando prueba un sabor con la lengua…
Cuando siente una sensación táctil con su cuerpo…
Cuando conoce una idea con su intelecto, no está feliz ni triste. Permanece impasible, cuidadoso y consciente.
Un bhikkhu con estos seis atributos es digno de las ofrendas dedicadas a los devas, digno de hospitalidad, digno de limosna, digno de veneración con las palmas unidas, y es el campo de mérito supremo para el mundo.
Eso fue lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.