En cierta ocasión, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en la arboleda de Jeta, el monasterio de Anāthapiṇḍika.
Luego, mientras el venerable Mahāmoggallāna estaba en recogimiento, le vino a la mente este pensamiento: «¿Qué devas saben quiénes son los que han entrado en la corriente, que no pueden renacer en el inframundo, y están destinados a la iluminación?».
Para ese momento, un bhikkhu llamado Tissa había fallecido recientemente y había renacido en un reino de Brahmā. Allí le conocieron como el fuerte y poderoso Brahmā Tissa.
Y entonces el venerable Mahāmoggallāna, tan fácilmente como una persona fuerte extendería o contraería su brazo, desapareció de la arboleda de Jeta y reapareció en ese reino de Brahmā.
Tissa vio a Moggallāna acercarse a lo lejos y le dijo:
—¡Ven, mi buen Moggallāna! ¡Bienvenido, mi buen Moggallāna! Ha pasado mucho tiempo desde que aprovechaste la oportunidad para venir aquí. Siéntate, mi buen Moggallāna, este asiento es para ti.
Moggallāna se sentó en el asiento preparado. Luego, Tissa se inclinó ante Moggallāna y se sentó a un lado.
Moggallāna le dijo:
—Tissa, ¿qué devas saben quiénes son los que han entrado en la corriente, que no pueden renacer en el inframundo, y están destinados a la iluminación?
—Los devas de los Cuatro Grandes Reyes lo saben.
—¿Pero todos ellos saben esto?
—No, mi buen Moggallāna, no todos. Aquellos que no están instruidos, enraizados ni afirmados en una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha, y carecen de la ética amada por los nobles, no saben quienes son los que han entrado en la corriente. Pero aquellos que están instruidos, enraizados y afirmados en una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha, y tienen la ética amada por los nobles, saben quienes son los que han entrado en la corriente.
—Pero Tissa, ¿son sólo los devas de los Cuatro Grandes Reyes los que saben quienes son los que han entrado en la corriente, o los devas de los Treinta y Tres… Los Devas de Yama… Los Devas que Disfrutan de las Creaciones… Los Devas que Aman Crear… y Los Devas que Controlan las Creaciones de los Demás saben quiénes son los que han entrado en la corriente, que no pueden renacer en el inframundo, y están destinados a la iluminación?
—Los devas de estas distintas clases lo saben.
—¿Pero todos ellos saben esto?
—No, mi buen Moggallāna, no todos. Aquellos que no están instruidos, enraizados ni afirmados en una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha, y carecen de la ética amada por los nobles, no saben quienes son los que han entrado en la corriente. Pero aquellos que están instruidos, enraizados y afirmados en una fe inquebrantable en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha, y tienen la ética amada por los nobles, saben quienes son los que han entrado en la corriente.
Moggallāna aprobó y estuvo de acuerdo con lo que dijo Tissa el Brahmā. Entonces, tan fácilmente como una persona fuerte extendería o contraería su brazo, desapareció de ese reino Brahmā y reapareció en la arboleda de Jeta.