AN 8.61: Deseo

—Bhikkhus, hay ocho clases de personas en el mundo.

—¿Qué ocho?

—Primero, cuando un bhikkhu que está en soledad, viviendo separado, le surge el ansia de poseer posesiones materiales. Se esfuerza, se empeña y se afana por conseguirlas. Pero las posesiones materiales no le llegan. Y entonces se siente abrumado y agobiado, amargado y afligido, se golpea el pecho y cae en la confusión, porque no obtiene esas posesiones materiales. A esto se le llama un bhikkhu que vive deseando posesiones materiales. Se esfuerza, se empeña y se afana por conseguirlas. Pero cuando las posesiones no le llegan, se lamenta y se amarga. Ha caído de la verdadera Enseñanza.

Luego, cuando a un bhikkhu que está en soledad, viviendo separado, le surge el ansia de poseer posesiones materiales. Se esfuerza, se empeña y se afana por conseguirlas. Y las posesiones materiales le llegan. Y así se vuelve indulgente y cae en negligencia con respecto a esas posesiones materiales. A esto se le llama un bhikkhu que vive deseando posesiones materiales. Se esfuerza, se empeña y se afana por conseguirlas. Y cuando las posesiones le llegan, se embriaga y se vuelve negligente. Ha caído de la verdadera Enseñanza.

Luego, cuando a un bhikkhu que está en soledad, viviendo separado, le surge el ansia de poseer posesiones materiales. No se esfuerza, ni se empeña ni se afana por conseguirlas. Y las posesiones materiales no le llegan. Y entonces se siente abrumado y agobiado, amargado y afligido, se golpea el pecho y cae en la confusión porque no obtiene esas posesiones materiales. A esto se le llama un bhikkhu que vive deseando posesiones materiales. No se esfuerza, ni se empeña ni se afana por conseguirlas. Y cuando las posesiones no le llegan, se lamenta y se amarga. Ha caído de la verdadera Enseñanza.

Luego, cuando a un bhikkhu que está en soledad, viviendo separado, le surge el ansia de poseer posesiones materiales. No se esfuerza, ni se empeña ni se afana por conseguirlas. Pero las posesiones materiales le llegan. Y así se vuelve indulgente y cae en la negligencia con respecto a esas posesiones materiales. A esto se le llama un bhikkhu que vive deseando posesiones materiales. No se esfuerza, ni se empeña ni se afana por conseguirlas. Pero cuando las posesiones le llegan, se embriaga y se vuelve negligente. Ha caído de la verdadera Enseñanza.

Luego, cuando a un bhikkhu que está en soledad, viviendo separado, le surge el ansia de poseer posesiones materiales. Se esfuerza, se empeña y se afana por conseguirlas. Pero las posesiones materiales no le llegan. Pero no se siente abrumado ni agobiado, ni amargado ni afligido, no se golpea el pecho ni cae en la confusión porque no obtiene esas posesiones materiales. A esto se le llama un bhikkhu que vive deseando posesiones materiales. Se esfuerza, se empeña y se afana por conseguirlas. Pero cuando las posesiones no le llegan, no se lamenta ni se amarga. No ha caído de la verdadera Enseñanza.

Luego, cuando a un bhikkhu que está en soledad, viviendo separado, le surge el ansia de poseer posesiones materiales. Se esfuerza, se empeña y se afana por conseguirlas. Y las posesiones materiales le llegan. Pero no se vuelve indulgente ni cae en la negligencia con respecto a esas posesiones materiales. A esto se le llama un bhikkhu que vive deseando posesiones materiales. Se esfuerza, se empeña y se afana por conseguirlas. Pero cuando las posesiones le llegan, no se embriaga ni se vuelve negligente. No ha caído de la verdadera Enseñanza.

Luego, cuando a un bhikkhu que está en soledad, viviendo separado, le surge el ansia de poseer posesiones materiales. No se esfuerza, ni se empeña ni se afana por conseguirlas. Y las posesiones materiales no le llegan. Pero no se siente abrumado ni agobiado, ni amargado ni afligido, no se golpea el pecho ni cae en la confusión porque no obtiene esas posesiones materiales. A esto se le llama un bhikkhu que vive deseando posesiones materiales. No se esfuerza, ni se empeña ni se afana por conseguirlas. Y cuando las posesiones no le llegan, no se lamenta ni se amarga. No ha caído de la verdadera Enseñanza.

Luego, cuando a un bhikkhu que está en soledad, viviendo separado, le surge el ansia de poseer posesiones materiales. No se esfuerza, ni se empeña ni se afana por conseguirlas. Pero las posesiones materiales le llegan. Pero no se vuelve indulgente ni cae en la negligencia con respecto a esas posesiones materiales. A esto se le llama un bhikkhu que vive deseando posesiones materiales. No se esfuerza, ni se empeña ni se afana por conseguirlas. Y cuando las posesiones le llegan, no se embriaga ni se vuelve negligente. No ha caído de la verdadera Enseñanza.

Estas son las ocho personas que se encuentran en el mundo.

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