MN 122: Gran discurso sobre el vacío

Esto he oído.

Hubo un tiempo en que el Buddha se encontraba en la tierra de los sākkas, cerca de Kapilavatthu en el Monasterio del Baniano.

Luego, el Buddha se vistió por la mañana y, tomando su cuenco y su túnica, entró en Kapilavatthu para pedir limosna. Deambuló por limosna en Kapilavatthu. Después de la comida, a su regreso de la ronda de limosnas, fue a la morada de Kāḷakhemaka, el sākka, para descansar durante el calor.

En ese momento, varios lugares de descanso se habían colocado en la vivienda de Kāḷakhemaka. El Buddha vio esto y se preguntó: «Se han colocado varios lugares de descanso, ¿hay varios bhikkhus viviendo aquí?».

En ese momento, el venerable Ānanda, junto con otros bhikkhus, estaba confeccionando túnicas en la vivienda de Ghaṭa, el sākka. Luego, al final de la tarde, el Buddha salió del retiro y fue a la morada de Ghaṭa, donde se sentó en el asiento extendido y le dijo al venerable Ānanda:

—Se han colocado varios lugares de descanso en la morada de Kāḷakhemaka, ¿Hay varios bhikkhus viviendo allí?

—De hecho los hay, señor. En este momento están confeccionando túnicas.

—Ānanda, no brilla un bhikkhu que disfrute de la compañía y de los grupos, que los ame y le guste disfrutarlos. Simplemente no es posible que un bhikkhu así obtenga el placer de la renuncia, el placer del retiro, el placer de la paz, el placer del despertar cuando lo desee, sin problemas ni dificultades. Pero debes esperar que un bhikkhu que vive solo, apartado del grupo, obtenga el placer de la renuncia, el placer del retiro, el placer de la paz, el placer del despertar cuando quiera, sin problemas ni dificultades. Eso es posible.

De hecho, Ānanda, no es posible que un bhikkhu que disfrute de la compañía entre y permanezca en la liberación de la conciencia, ya sea forma temporal y placentera, o irreversible e inquebrantable. Pero es posible que un bhikkhu que vive solo, apartado del grupo, entre y permanezca en la liberación de la conciencia, ya sea de forma temporal y placentera, o irreversible e inquebrantable.

Ānanda, no veo ni una sola qualia que, con su descomposición y su desaparición, no dé lugar a dolor, aflicción, preocupación, tristeza y angustia en alguien que la ansíe y la desee.

Sin embargo, Ānanda, existe esta contemplación que fue descubierta por el Tathāgata: entrar y permanecer en el vacío subjetivamente sin enfocarse en ningún objeto. Ahora, supongamos que mientras el Tathāgata está practicando esta contemplación, los bhikkhus, bhikkhunīs, laicos, laicas, gobernantes y sus ministros, fundadores de sectas religiosas y sus discípulos van a visitarlo. En ese caso, con una mente que tiende al recogimiento, el retiro y la renuncia, invariablemente le da a cada uno de ellos una charla enfatizando el tema de la liberación.

Por tanto, si un bhikkhu quisiera: «¡Quiero entrar y permanecer en el vacío!». Entonces debe afirmar internamente su mente, calmarla, fijarla, concentrarla.

—¿Y cómo un bhikkhu afirma internamente su mente, la calma, la fija, y la concentra?

—Es cuando un bhikkhu, totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entra y se sumerge en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirige la mente y la mantiene concentrada… la segunda jhāna… la tercera jhāna… la cuarta jhāna. Así es como un bhikkhu afirma internamente su mente, la calma, la fija, y la concentra.

Se enfoca en el vacío subjetivamente, pero su mente no está deseosa, confiada, resuelta y decidida. En ese caso, entiende: «Me estoy enfocando en el vacío subjetivamente, pero mi mente no está deseosa, confiada, resuelta y decidida». De esta forma es consciente de la situación.

Se enfoca en el vacío objetivamente, pero su mente no está deseosa, confiada, resuelta y decidida. En ese caso, entiende: «Me estoy enfocando en el vacío objetivamente, pero mi mente no está deseosa, confiada, resuelta y decidida». De esta forma es consciente de la situación.

Se enfoca en el vacío subjetiva y objetivamente, pero su mente no está deseosa, confiada, resuelta y decidida. En ese caso, entiende: «Me estoy enfocando en el vacío subjetiva y objetivamente, pero mi mente no está deseosa, confiada, resuelta y decidida». De esta forma es consciente de la situación.

Se enfoca en lo imperturbable, pero su mente no está deseosa, confiada, resuelta y decidida. En ese caso, entiende: «Me estoy enfocando en lo imperturbable subjetivamente, pero mi mente no está deseosa, confiada, resuelta y decidida». De esta forma es consciente de la situación.

Entonces debe afirmar internamente su mente, calmarla, fijarla, concentrarla.

Se enfoca en el vacío subjetivamente, y su mente está deseosa, confiada, resuelta y decidida. En ese caso, entiende: «Me estoy enfocando en el vacío subjetivamente, y mi mente está deseosa, confiada, resuelta y decidida». De esta forma es consciente de la situación.

Se enfoca en el vacío objetivamente, y su mente está deseosa, confiada, resuelta y decidida. En ese caso, entiende: «Me estoy enfocando en el vacío objetivamente, y mi mente está deseosa, confiada, resuelta y decidida». De esta forma es consciente de la situación.

Se enfoca en el vacío objetiva y subjetivamente, y su mente está deseosa, confiada, resuelta y decidida. En ese caso, entiende: «Me estoy enfocando en el vacío objetiva y subjetivamente, y mi mente está deseosa, confiada, resuelta y decidida». De esta forma es consciente de la situación.

Se enfoca en lo imperturbable, y su mente está deseosa, confiada, resuelta y decidida. En ese caso, entiende: «Me estoy enfocando en lo imperturbable subjetivamente, y mi mente está deseosa, confiada, resuelta y decidida». De esta forma es consciente de la situación.

Mientras un bhikkhu está practicando tal concentración, si su mente se inclina a caminar, camina pensando: «Mientras camino, los malos y perjudiciales defectos del ansia y la aversión no me abrumarán». De esta forma es consciente de la situación.

Mientras un bhikkhu está practicando tal concentración, si su mente se inclina a ponerse de pie, se pone de pie pensando: «Mientras estoy de pie, los malos y perjudiciales defectos del ansia y la aversión no me abrumarán». De esta forma es consciente de la situación.

Mientras un bhikkhu está practicando tal concentración, si su mente se inclina a sentarse, se sienta y piensa: «Mientras estoy sentado, los malos y perjudiciales defectos del ansia y la aversión no me abrumarán». De esta forma es consciente de la situación.

Mientras un bhikkhu está practicando tal concentración, si su mente se inclina a acostarse, se acuesta pensando: «Mientras estoy acostado, los malos y perjudiciales defectos de ansia y aversión no me abrumarán». De esta forma es consciente de la situación.

Mientras un bhikkhu está practicando tal concentración, si su mente se inclina a hablar, piensa: «No me involucraré en el tipo de discurso que es bajo, crudo, ordinario, innoble y no tiene sentido. Tal discurso no conduce a la desilusión, al desapasionamiento, a la cesación, a la paz, a la comprensión, al despertar y a Nibbāna. A saber: hablar de reyes, bandidos y ministros, hablar de ejércitos, amenazas y guerras, hablar sobre comida, bebida, ropa y camas, hablar de guirnaldas y fragancias, hablar sobre la familia, los vehículos, las aldeas, los pueblos, las ciudades y los países, hablar de mujeres y héroes, hablar en la calle y hablar bien, hablar de los difuntos, charlas variopintas, cuentos de tierra y mar, y hablar de renacer en tal o cual estado de existencia». De esta forma es consciente de la situación.

Piensa: «Por el contrario hablaré sobre la inactividad que ayuda a abrir la mente y es lo único que conduce a la desilusión, al desapasionamiento, la cesación, la paz, la comprensión, el despertar y a Nibbāna. Es decir, hablaré sobre el agotamiento del ansia, el contentamiento, el recogimiento, el alejamiento, la energía que despierta, la ética, la contemplación, la episteme, la liberación y el conocimiento de la liberación». De esta forma es consciente de la situación.

Mientras un bhikkhu está practicando tal concentración, si su mente se inclina a pensar, piensa: «No pensaré en el tipo de pensamiento que es bajo, crudo, ordinario, innoble y no tiene sentido. Tales pensamientos no conducen a la desilusión, al desapasionamiento, a la cesación, a la paz, a la comprensión, al despertar y a Nibbāna. Es decir, pensamientos sensoriales, maliciosos o crueles». De esta forma es consciente de la situación.

Piensa: «Por el contrario pensaré en el tipo de pensamiento que es noble y emancipador, y que lleva a quien lo practica al final completo del sufrimiento. Es decir, pensamientos pacíficos de renuncia y benevolencia». De esta forma es consciente de la situación.

Existen estos cinco tipos de estimulación sensorial.

—¿Qué cinco?

—Imágenes conocidas por el ojo que son atractivas, deseables, agradables, placenteras, sensuales y excitantes. Sonidos conocidos por el oído… Olores conocidos por la nariz… Gustos conocidos por la lengua… Tactos conocidos por el cuerpo que son atractivos, deseables, agradables, placenteros, sensuales y excitantes. Estos son los cinco tipos de estimulación sensorial.

Por lo tanto, debe revisar su propia mente con regularidad: «¿Se interesa mi mente en alguno de estos cinco tipos de estimulación sensorial?». Supongamos que, al comprobarlo, un bhikkhu sabe esto: «Mi mente se interesa». En ese caso, entiende: «No he renunciado a la aversión y el ansia por los cinco tipos de estimulación sensorial». De esta forma es consciente de la situación. Pero supongamos que, al comprobarlo, un bhikkhu sabe esto: «Mi mente no se interesa». En ese caso, entiende: «He abandonado el ansia y la aversión por los cinco tipos de estimulación sensorial». De esta forma es consciente de la situación.

Un bhikkhu debería entrenar observando el surgir y el cesar de los cinco factores del aferramiento a la existencia: «Tales son las qualia, tal es el origen de las qualia, tal es el fin de las qualia. Tal es la reacción emocional… Tal es la percepción… Tal es la situación condicional… Tal es la cognición, tal es el origen de la cognición, tal es el fin de la cognición». Al hacerlo, renuncia a la personificación con respecto a los cinco factores del aferramiento a la existencia. En ese caso, entiende: «He renunciado a la creencia de un “yo” con respecto a los cinco factores del aferramiento a la existencia». De esta forma es consciente de la situación.

Estos principios son completamente saludables, con resultados saludables, son nobles, trascendentes e inaccesibles para el Maligno.

¿Qué opinas, Ānanda? ¿Por qué razón un discípulo valoraría seguir al Maestro, incluso si es rechazado?

—Para nosotros, las cosas tienen tu base en ti, Maestro. Eres nuestro guía y nuestro refugio. Sería bueno si pudieras explicarnos esto, ¡entonces recordaremos lo que digas! Eres nuestro guía y nuestro refugio. Señor, que el propio Buddha aclare el significado de esto. Los bhikkhus te escucharán y recordarán la Enseñanza que les des.

—Un estudiante no debe seguir a un maestro solo para escuchar interpretaciones de textos en verso y prosa.

—¿Por qué es eso?

—Porque durante mucho tiempo ha aprendido las enseñanzas, recordándolas, recitándolas, escudriñándolas mentalmente y entendiéndolas con la creencia correcta. Pero un discípulo debe valorar seguir al maestro, incluso si es rechazado, por palabras que inspiran un duro entrenamiento, que ayudan a abrir la mente y conducen a la desilusión, al desapasionamiento, a la cesación, a la paz, a la comprensión, al despertar y a Nibbāna. Es decir, hablar sobre el agotamiento del ansia, del contentamiento, del recogimiento, del alejamiento, de la energía que despierta, la ética, la contemplación, la sabiduría, la liberación y la episteme de la liberación.

Siendo esto así, Ānanda, existe un peligro para el maestro, un peligro para el estudiante y un peligro para un practicante.

—¿Y cómo hay peligro para el maestro?

—Es cuando algún maestro frecuenta un alojamiento apartado: un bosque, la raíz de un árbol, una colina, un barranco, una cueva de montaña, un cementerio, la jungla, el aire libre, un montón de paja. Mientras contempla retirado, es visitado por una corriente de brahmanes y cabezas de familia de la ciudad y el campo. Cuando esto sucede, disfruta de la fama, cae en el ansia e incurre en la complacencia. Se dice que este maestro está en peligro por el peligro del maestro. Está arruinado por cualidades malas y perjudiciales que están corrompidas, conduciendo a vidas futuras, hirientes, resultando en sufrimiento y futuro renacimiento, vejez y muerte. Así es como existe un peligro para el maestro.

—¿Y cómo hay peligro para el estudiante?

—Es cuando el discípulo de un maestro, emulando el fomento del retiro de su maestro, frecuenta un alojamiento apartado: un bosque, la raíz de un árbol, una colina, un barranco, una cueva de montaña, un osario, un bosque, el aire libre, un montón de paja. Mientras contempla retirado, es visitado por una corriente de brahmanes y cabezas de familia de la ciudad y el campo. Cuando esto sucede, disfruta de la fama, cae en el ansia e incurre en la complacencia. Se dice que este estudiante está en peligro por el peligro del estudiante. Está arruinado por cualidades malas y perjudiciales que están corrompidas, conduciendo a vidas futuras, hirientes, resultando en sufrimiento y futuro renacimiento, vejez y muerte. Así es como existe un peligro para el estudiante.

—¿Y cómo hay peligro para un practicante?

—Es cuando un Tathāgata surge en el mundo, un Buddha, un Digno, plenamente despierto, logrado en conocimiento y conducta, santo, conocedor del mundo, guía incomparable para los que deben ser entrenados, Maestro de devas y humanos, despierto, bendecido. Frecuenta un alojamiento apartado: un bosque, la raíz de un árbol, una colina, un barranco, una cueva de montaña, un cementerio, la jungla, el aire libre, un montón de paja. Mientras contempla retirado, es visitado por una corriente de brahmanes y cabezas de familia de la ciudad y el campo. Cuando esto sucede, no disfruta de la fama, ni cae en el ansia y tampoco incurre en la complacencia.

Pero un discípulo de este Maestro, imitando el fomento del retiro de su Maestro, frecuenta un alojamiento apartado: un bosque, la raíz de un árbol, una colina, un barranco, una cueva de montaña, un cementerio, la jungla, al aire libre, un montón de paja. Mientras contempla retirado, es visitado por una corriente de brahmanes y cabezas de familia de la ciudad y el campo. Cuando esto sucede, disfruta de la fama, cae en el ansia e incurre en la complacencia. Se dice que este practicante está en peligro por el peligro del practicante. Está arruinado por cualidades malas y perjudiciales que están corrompidas, conduciendo a vidas futuras, hirientes, resultando en sufrimiento y futuro renacimiento, vejez y muerte. Así es como existe un peligro para el practicante. Y en este contexto, Ānanda, en comparación con el peligro del maestro o del estudiante, el peligro del practicante tiene resultados más dolorosos, amargos e incluso conduce al inframundo. Entonces, Ānanda, trátame como a un amigo, no como a un enemigo. Eso te traerá alegría y felicidad durante mucho tiempo.

—¿Y cómo tratan los discípulos a su Maestro como un enemigo, no como un amigo?

—Es cuando el Maestro imparte la Enseñanza con bondad y misericordia: «Esto es por tu bienestar. Esto es por tu felicidad». Pero sus discípulos no le quieren escuchar, no reflexionan ni aplican su mente para comprender. Proceden alejándose de la instrucción del Maestro. Así es como los discípulos tratan a su Maestro como un enemigo, no como un amigo.

—¿Y cómo tratan los discípulos a su Maestro como un amigo, no como un enemigo?

—Es cuando el Maestro imparte la Enseñanza con bondad y misericordia: «Esto es por tu bienestar. Esto es por tu felicidad». Y sus discípulos lo quieren escuchar. Reflexionan y aplican sus mentes para comprender, no proceden alejándose de la instrucción del Maestro. Así es como los discípulos tratan a su Maestro como un amigo, no como un enemigo.

Entonces, Ānanda, trátame como a un amigo, no como a un enemigo. Eso te traerá alegría y felicidad durante mucho tiempo. No te mimaré como un alfarero mima sus vasijas húmedas y sin cocer. Y te hablaré, empujándote una y otra vez, presionándote una y otra vez. El que tenga un núcleo sólido resistirá la prueba.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfecho, el venerable Ānanda estaba feliz con lo que dijo el Buddha.

MN 121: Discurso breve sobre el vacío

Así lo escuché:

En ese momento el Buddha se estaba quedando cerca de Sāvatthī en el Monasterio Oriental, en la casa comunal sobre pilotes de la madre de Migāra.

Una tarde, el venerable Ānanda salió de su retiro y fue donde estaba el Buddha. Lo recibió al llegar y se sentó correctamente. Una vez sentado, el venerable Ānanda le dijo al Buddha:

—Cuando te estabas quedando con los sākkas, cerca del pueblo sākka llamado Nagaraka allí, escuché de tu boca, aprendí en tu presencia: «En la actualidad, Ānanda, permanezco en un estado vacío de ansia, de aversión y de ignorancia». ¿He escuchado correctamente, Maestro? ¿Lo entendí correctamente? ¿Presté atención? ¿Me acordé bien?

—Ciertamente, Ānanda, lo escuchaste bien, lo entendiste bien, prestaste atención y lo recordaste bien. Anteriormente, como ahora, permanecía en un estado vacío de ansia, de aversión y de ignorancia.

Es como esta casa comunal de la madre de Migāra que está vacía, desprovista de elefantes, de vacas, caballos y yeguas, está vacía de oro y plata, vacía de asambleas de mujeres y hombres. Sin embargo, no está vacía, ya que está aquí la comunidad de bhikkhus.

Del mismo modo, el bhikkhu que aspira a este estado, no tiene en cuenta la imagen de «la Aldea», no considera la imagen de «la Gente», sino que solo considera la imagen de «la Selva». Su mente penetra en esa percepción de «la Selva», la disfruta, se queda ahí y permanece ahí.

Admite con claridad que la ansiedad causada por la imagen de «la Aldea» ya no existe, que la ansiedad causada ​​por la imagen de «la Gente» ya no existe, pero que sigue quedando un resto de desasosiego, debido únicamente a la imagen de «la Selva».

Reconoce con acierto que este tipo de imagen está vacía de la imagen de «la Aldea», vacía de la imagen de «la Gente», pero que sigue existiendo algo que no está vacío, es decir, la imagen de «la Selva». Y por eso lo considera vacío de lo que no está allí, pero en cuanto a lo que queda, entiende que está presente. Así surge en él este estado: genuino, sin distorsiones y puro.

Entonces, Ānanda, el bhikkhu tampoco considera la imagen de «la Gente», tampoco considera la imagen de «la Selva», solo considera la imagen de «la Tierra». Su mente penetra en la imagen de «la Tierra», la disfruta, se queda ahí y permanece ahí.

Como una piel de res, bien estirada y fijada por medio de cien estacas, pierde todos sus pliegues del mismo modo, si el bhikkhu no considera las prominencias y a las cavidades de la Tierra, a los arroyos y a los pasajes difíciles, a los tocones y a las espinas, a las colinas y a las irregularidades, y solo considera la imagen, su mente penetra en la imagen de «la Tierra», la disfruta, se queda ahí y permanece ahí.

Admite con claridad que la ansiedad causada ​​por la imagen de «la Gente» ya no existe, que la ansiedad causada ​​por la imagen de «la Selva» ya no existe, pero que sigue quedando un resto de desasosiego, debido únicamente a la imagen de «la Tierra».

Reconoce con acierto que este tipo de imagen está vacía de la imagen de «la Gente», vacía de la imagen de «la Selva», pero que sigue existiendo algo que no está vacío, es decir, la imagen de «la Tierra». Y por eso lo considera vacío de lo que no está allí, pero en cuanto a lo que queda, entiende que está presente. Así surge en él este estado: genuino, sin distorsiones y puro.

Entonces, Ānanda, el bhikkhu tampoco considera la imagen de «la Selva», ya no considera la imagen de «la Tierra», solo considera la imagen de un Lugar Vacío. Su mente penetra en esta imagen, la disfruta, se queda ahí y permanece ahí.

Admite con claridad que la ansiedad causada ​​por la imagen de «la Selva» ya no existe, que la ansiedad causada ​​por la imagen de «la Tierra» ya no existe, pero que sigue existiendo un resto de agitación, debido únicamente a la imagen de «un Lugar Vacío».

Reconoce con acierto que este tipo de imagen está vacía de la imagen de «la Selva», vacía de la imagen de «la Tierra», pero que sigue existiendo algo que no está vacío, es decir, la imagen de «un Lugar Vacío». Y por eso lo considera vacío de lo que no está allí, pero en cuanto a lo que queda, entiende que está presente. Así surge en él este estado: genuino, sin distorsiones y puro.

Entonces, Ānanda, el bhikkhu tampoco considera la imagen «la Tierra», ya no considera la imagen de «un Lugar Vacío», solo considera «un Lugar Sin Límites Conocidos». Su mente penetra en esta imagen, la disfruta, se queda ahí y permanece ahí.

Admite con claridad que la ansiedad causada ​​por la imagen de «la Tierra» ya no existe, que la ansiedad causada ​​por la imagen de «un Lugar Vacío» no existe, pero que queda un resto de agitación, debido únicamente a la imagen de «un Lugar Sin Límites Conocidos».

Reconoce con acierto que este tipo de imagen está vacía de la imagen «la Tierra», vacía de la imagen de «un Lugar Vacío», pero que sigue habiendo un no vacío, debido únicamente a la imagen de «un Lugar Sin Límites Conocidos». Y por eso lo considera vacío de lo que no está allí, pero en cuanto a lo que queda, entiende que está presente. Así surge en él este estado: genuino, sin distorsiones y puro.

Entonces, Ānanda, el bhikkhu tampoco considera la imagen de «un Lugar Vacío», ya no considera la imagen de «un Lugar Sin Límites Conocidos», solo considera la imagen de «Ningún Lugar». Su mente penetra en esta imagen, la disfruta, se queda ahí y permanece ahí.

Admite con claridad que la ansiedad causada ​​por la imagen de «un Lugar Vacío» ya no existe, que la ansiedad causada ​​por la imagen de «un Lugar Sin Límites Conocidos», ya no existe, pero que sigue quedando un resto de desasosiego debido únicamente a la imagen de «Ningún Lugar».

Reconoce con acierto que este tipo de imagen está vacía de la imagen de «un Lugar Vacío», vacía de la imagen de «un Lugar Sin Límites Conocidos», pero que sigue habiendo un vacío, debido únicamente a la imagen de «Ningún Lugar». Y por eso lo considera vacío de lo que no está allí, pero en cuanto a lo que queda, entiende que está presente. Así surge en él este estado: genuino, sin distorsiones y puro.

A continuación, Ānanda, el bhikkhu tampoco considera la imagen de «un Lugar Sin Límites Conocidos», ya no considera la imagen de «Ningún Lugar», solo considera la imagen de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia». Su mente penetra en esta imagen, la disfruta, se queda ahí y permanece ahí.

Admite con claridad que la ansiedad causada ​​por la imagen de «un Lugar Sin Límites Conocidos» ya no existe, que la ansiedad causada ​​por la imagen de «Ningún Lugar» ya no existe, pero que queda un resto de agitación debido únicamente imagen de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia».

Reconoce con acierto que este tipo de imagen está vacía de la imagen de «un Lugar Sin Límites Conocidos», vacía de la imagen de «Ningún Lugar», pero que sigue existiendo algo que no está vacío, es decir, la imagen de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia». Y por eso lo considera vacío de lo que no está allí, pero en cuanto a lo que queda, entiende que está presente. Así surge en él este estado: genuino, sin distorsiones y puro

Entonces, Ānanda, el bhikkhu tampoco considera la imagen de «Ningún Lugar», ya no considera la imagen de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia», solo considera la contemplación de la mente sin tendencias subyacentes. Su mente penetra en esta imagen, su mente penetra en esta imagen, la disfruta, se queda ahí y permanece ahí.

Admite con claridad que la ansiedad provocada ​​por la imagen de «Ningún Lugar» ya no existe, que la ansiedad provocada ​​por la imagen de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia» ya no existe, pero que todavía queda un resto de agitación debido al propio cuerpo formado por los cuatro elementos y asociado con las seis bases de los sentidos y relacionado con el proceso vital, mientras dure la vida.

Reconoce con acierto que este tipo de imagen está vacía de la imagen de «Ningún Lugar», vacía de la imagen de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia», pero que sigue habiendo una ausencia vacío debido a este cuerpo asociado con las seis bases de los sentidos y relacionado con el proceso vital.

Así contempla el vacío de acuerdo con lo que está ausente, y lo que queda, reconoce como existente: «Esto está». Así encuentra un acceso a este estado tal como está, sin malentendidos, bien purificado.

Entonces, Ānanda, el bhikkhu tampoco considera la imagen de «Ningún Lugar», ya no considera la imagen de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia», solo considera la contemplación de la mente sin tendencias subyacentes. Su mente penetra en esta imagen, la disfruta, se queda ahí y permanece ahí.

Reconoce con acierto que esta concentración de la mente sin tendencias subyacentes se crea y se concibe, y que todo lo que se crea y se concibe es temporal y está sujeto a la desaparición.

Cuando él sabe esto y ve así, su mente es liberada de las tendencias subyacentes de los objetos de los sentidos, liberada de las tendencias subyacentes de la existencia, liberada de las tendencias subyacentes de la ignorancia. Cuando se libera, sabe que está liberado.

Reconoce con acierto que destruyó el nacimiento, que vivió la vida santa, que hizo lo que se debía hacer y nada más queda por hacer.

Admite con claridad que la ansiedad causada por las tendencias subyacentes por los objetos de los sentidos ya no existe aquí, que el desasosiego causado por las tendencias subyacentes por el ansia de existencia ya no existe, que el desasosiego de las tendencias subyacentes de la ignorancia ya no existe aquí, pero todavía hay una agitación debida a las seis bases de los sentidos dependientes de este cuerpo y condicionada por la vida.

Reconoce con acierto que este tipo de percepción está vacía de contaminación por los sentidos, vacía de contaminación por existencia, vacía de contaminación por la ignorancia, pero que sigue habiendo una ausencia de vacío, debido a las seis bases de los sentidos dependientes de este cuerpo y condicionado por la vida.

Así contempla el vacío de acuerdo con lo que está ausente, y lo que queda, reconoce como existente: «Esto está». Así encuentra un acceso a este estado tal como está, sin malentendidos, bien purificado.

Todos los ascetas, Ānanda, y los brahmanes del pasado que han accedido a este estado totalmente puro, supremo y sublime y han permanecido allí, han accedido precisamente a la Dimensión del Cese de los Factores de Aferramiento a la Existencia, totalmente pura, suprema y sublime, y se mantienen allí.

Todos los ascetas y brahmanes del tiempo futuro que alcancen este estado libre de ansia, de aversión y de ignorancia totalmente puro, supremo y sublime y permanezcan allí, alcanzarán y permanecerán en este estado totalmente puro, supremo y sublime. Y todos los ascetas y brahmanes del presente que alcancen este estado totalmente puro, supremo y sublime y permanecen allí, alcanzan con precisión y permanecen en un vacío totalmente puro, supremo y sublime.

Por lo tanto, Ānanda, se debe practicar de esta manera: «alcanzaremos ese estado que es totalmente puro, supremo y sublime, y nos quedaremos allí».

Así habló el Buddha. Los bhikkhus estaban satisfechos y regocijados en las palabras del Bendito.

MN 120: Renacimiento por una determinada disposición

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en Bosquecillo de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Os enseñaré el renacimiento por una determinada disposición. Escuchad y prestad mucha atención, yo hablaré.

—Sí, señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Tomemos el caso de un bhikkhu dotado de fe, de ética, de formación, de frugalidad y de sabiduría. Piensa: «¡Si, al menos, cuando mi cuerpo se desintegre, después de la muerte, renaciera en compañía de chatrias acomodados!».

Se asienta en esa disposición, la estabiliza y la desarrolla. Esa disposición y ese entrenamiento suyos, desarrollados y cultivados así, conducen al renacimiento allí. Este es el camino y la práctica que lleva al renacimiento allí.

Además, tomemos el caso de un bhikkhu dotado de fe, de ética, de formación, de frugalidad y de sabiduría. Piensa: «Si, al menos, cuando mi cuerpo se desintegre, después de la muerte, renaciera en compañía de brahmanes acomodados… cabezas de familia acomodados».

Se asienta en esa disposición, la estabiliza y la desarrolla. Esa disposición y ese entrenamiento suyos, desarrollados y cultivados así, conducen al renacimiento allí. Este es el camino y la práctica que lleva al renacimiento allí.

Además, tome un bhikkhu que tenga fe, ética, preparación, generosidad y sabiduría. Escuchó: «Los Devas de los Cuatro Grandes Reyes son longevos, hermosos y muy felices». Piensa: «¡Si, al menos, cuando mi cuerpo se desintegre, después de la muerte, renaciera en la compañía de los Devas de los Cuatro Grandes Reyes!».

Se asienta en esa disposición, la estabiliza y la desarrolla. Esa disposición y ese entrenamiento suyos, desarrollados y cultivados así, conducen al renacimiento allí. Este es el camino y la práctica que lleva al renacimiento allí.

Además, tomemos el caso de un bhikkhu dotado de fe, de ética, de formación, de frugalidad y de sabiduría. Escuchó: «Los Devas de los Treinta y Tres… los Devas de Yama… los Devas Gozosos… los Devas que Aman Crear… los Devas que Controlan las Creaciones de Otros son longevos, hermosos y muy felices». Piensa: «¡Si, al menos, cuando mi cuerpo se desintegre, después de la muerte, renaciera en compañía de los Devas que Controlan las Creaciones de los Demás!».

Se asienta en esa disposición, la estabiliza y la desarrolla. Esa disposición y ese entrenamiento suyos, desarrollados y cultivados así, conducen al renacimiento allí. Este es el camino y la práctica que lleva al renacimiento allí.

Además, tomemos el caso de un bhikkhu dotado de fe, de ética, de formación, de frugalidad y de sabiduría. Escuchó: «El Brahma que gobierna sobre mil sistemas mundiales es longevo, hermoso y muy feliz». Ahora el Brahmā que gobierna sobre mil sistemas mundiales contempla decidido a invadir una galaxia de mil sistemas solares, así como a los seres vivos que renacen allí. Así como una persona puede tomar una nuez en su mano y examinarla, así también el Brahmā que gobierna sobre mil sistemas mundiales contempla decidido a invadir una galaxia de mil sistemas solares, así como a los seres vivos que renacen allí. Piensa: «¡Si, al menos, cuando mi cuerpo se desintegre, después de la muerte, renaciera en compañía del Brahmā que gobierna sobre mil sistemas mundiales!».

Se asienta en esa disposición, la estabiliza y la desarrolla. Esa disposición y ese entrenamiento suyos, desarrollados y cultivados así, conducen al renacimiento allí. Este es el camino y la práctica que lleva al renacimiento allí.

Además, tomemos el caso de un bhikkhu dotado de fe, de ética, de formación, de frugalidad y de sabiduría. Escuchó: «El Brahmā de dos mil… el Brahmā de tres mil… el Brahmā de cuatro mil… el Brahmā de cinco mil es longevo, hermoso y muy feliz». Ahora el Brahmā de cinco mil contempla decidido a invadir una galaxia de cinco mil sistemas solares, así como a los seres vivos que renacen allí. Así como una persona puede tomar cinco nueces en la mano y examinarlas, así también el Brahmā de cinco mil contempla decididos a invadir una galaxia de cinco mil sistemas solares, así como a los seres vivos que renacen allí. Piensa: «¡Si, al menos, cuando mi cuerpo se desintegre, después de la muerte, renaciera en compañía del Brahmā de cinco mil!».

Se asienta en esa disposición, la estabiliza y la desarrolla. Esa disposición y ese entrenamiento suyos, desarrollados y cultivados así, conducen al renacimiento allí. Este es el camino y la práctica que lleva al renacimiento allí.

Además, tomemos el caso de un bhikkhu dotado de fe, de ética, de formación, de frugalidad y de sabiduría. Escuchó: «El Brahmā de diez mil es longevo, hermoso y muy feliz». Ahora el Brahmā de diez mil contempla decidido a invadir una galaxia de diez mil sistemas solares, así como a los seres vivos que renacen allí. Supongamos que hubiera una gema de berilo que fuera naturalmente hermosa, de ocho facetas y bien trabajada. Cuando se coloca sobre una alfombra de color crema, resplandecerá y brillará e irradiará. De la misma manera, el Brahmā de diez mil contempla decidido a penetrar una galaxia de diez mil sistemas solares, así como a los seres vivos que renacen allí. Piensa: «¡Si, al menos, cuando mi cuerpo se desintegre, después de la muerte, renaciera en compañía del Brahmā de diez mil!».

Se asienta en esa disposición, la estabiliza y la desarrolla. Esa disposición y ese entrenamiento suyos, desarrollados y cultivados así, conducen al renacimiento allí. Este es el camino y la práctica que lleva al renacimiento allí.

Además, tomemos el caso de un bhikkhu dotado de fe, de ética, de formación, de frugalidad y de sabiduría. Escuchó: «El Brahmā de cien mil es longevo, hermoso y muy feliz». Ahora el Brahmā de cien mil contempla decidido a penetrar una galaxia de cien mil sistemas solares, así como a los seres vivos que renacen allí. Supongamos que hubiera un adorno de oro raro, elaborado por un experto herrero, bien trabajado en la forja. Cuando se coloca sobre una alfombra de color crema, resplandecerá y brillará e irradiará. De la misma manera, el Brahmā de cien mil contempla decidido a invadir una galaxia de cien mil sistemas solares, así como a los seres vivos que renacen allí. Piensa: «¡Si, al menos, cuando mi cuerpo se desintegre, después de la muerte, renaciera en compañía del Brahmā de cien mil!».

Se asienta en esa disposición, la estabiliza y la desarrolla. Esa disposición y ese entrenamiento suyos, desarrollados y cultivados así, conducen al renacimiento allí. Este es el camino y la práctica que lleva al renacimiento allí.

Además, tomemos el caso de un bhikkhu dotado de fe, de ética, de formación, de frugalidad y de sabiduría. Escuchó: «Los Devas Radiantes… los Devas del Resplandor Limitado… los Devas del Resplandor Ilimitado… los Devas Brillantes… los Devas de la Gloria Limitada… los Devas de la Gloria Ilimitada… los Devas de la Belleza Refulgente… los Devas de los Resultados Abundantes… los Devas Vehapphala… los Devas Aviha… los Devas Atappa… los Devas Sudassa… los Devas Sudassi… los Devas Akanittha… los Devas de un Lugar Vacío… los Devas de un Lugar Sin Límites Conocidos… los Devas de Ningún Lugar… los Devas de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia son longevos, hermosos y muy felices». Piensa: «¡Si, al menos, cuando mi cuerpo se desintegre, después de la muerte, renaciera en compañía de los devas de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia!».

Se asienta en esa disposición, la estabiliza y la desarrolla. Esa disposición y ese entrenamiento suyos, desarrollados y cultivados así, conducen al renacimiento allí. Este es el camino y la práctica que lleva al renacimiento allí.

Además, tomemos el caso de un bhikkhu dotado de fe, de ética, de formación, de frugalidad y de sabiduría. Piensa: «Si tan solo pudiera lograr la liberación de la conciencia a través de la episteme en esta misma vida, y vivir habiéndolo conseguido con mis propias habilidades paranormales debido a la erradicación de las tendencias subyacentes». Logra la liberación de la conciencia a través de la episteme en esta misma vida. Y vive habiéndolo conseguido con su propia episteme debido a la erradicación de las tendencias subyacentes. Y, bhikkhus, ese bhikkhu no renace en ninguna parte.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.

MN 119: Las instrucciones de la práctica en el cuerpo

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en Bosquecillo de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika.

Luego, después de la comida al regresar de la ronda de limosnas, varios bhikkhus mayores se sentaron juntos en el pabellón y esta discusión surgió entre ellos:

—Es increíble, venerables, es asombroso cómo el Bendito, que sabe y ve, el Digno, el Buddha plenamente despierto ha dicho que las instrucciones de la práctica en el cuerpo, cuando se desarrollan y cultivan, son muy fructíferas y beneficiosas.

Pero su conversación quedó inconclusa cuando el Buddha salió del retiro y se dirigió al pabellón. Se sentó en el asiento extendido y se dirigió a los bhikkhus:

—Bhikkhus, ¿de qué estaban sentados hablando hace un momento? ¿Qué conversación quedó inconclusa?

Entonces los bhikkhus le dijeron de qué estaban hablando cuando llegó Buddha.

El Buddha dijo:

—¿Y cómo, bhikkhus, se desarrollan y cultivan las instrucciones de la práctica en el cuerpo para que sean muy fructíferas y beneficiosas?

Es cuando un bhikkhu se va a la jungla, a la raíz de un árbol o a una choza vacía, se sienta con las piernas cruzadas, con el cuerpo erguido y allí mismo se establece en el recuerdo de las instrucciones de la práctica.

«Conscientemente inhala. Conscientemente exhala…

Cuando inhala profundamente, percibe: “Estoy inhalando profundamente”. Cuando exhala profundamente, percibe: “Estoy exhalando profundamente”. Cuando inhala ligeramente, percibe: “Estoy inhalando ligeramente”. Cuando exhala ligeramente, percibe: “Estoy exhalando ligeramente”.

Practica así: “Inspiraré apreciando la situación condicional del cuerpo”. Practica así: “Expiraré apreciando la situación condicional del cuerpo”. Practica así: “Inspiraré para aquietar los procesos físicos”. Practica así: “Expiraré para aquietar los procesos físicos”».

Mientras entrena así, diligente, entusiasta y decidido, abandona los recuerdos y pensamientos de la vida hogareña. Su mente se aquieta subjetivamente, se asienta, concentra y se sumerge en la absorción completa. Así es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

Además, cuando un bhikkhu camina, sabe «estoy caminando». Cuando está de pie, sabe «estoy de pie». Cuando se sienta, sabe «estoy sentado». Y cuando se acuesta sabe «estoy acostado». Cualquiera que sea la postura en la que se encuentre su cuerpo, lo sabe.

Mientras entrena así, diligente, entusiasta y decidido, abandona los recuerdos y pensamientos de la vida hogareña. Su mente se aquieta subjetivamente, se asienta, se concentra y se sumerge en la concentración. Así también es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

Además, un bhikkhu actúa con conciencia de la situación al ir y al volver, al mirar hacia adelante y hacia un lado, al doblar y extender las extremidades, al llevar la túnica exterior, el cuenco y la túnica, al comer, beber, masticar y probar, al orinar y defecar, al caminar, ponerse de pie, sentarse, dormir, despertarse, hablar y guardar silencio. Así actúa un bhikkhu con conciencia de la situación.

Mientras entrena así, diligente, entusiasta y decidido, abandona los recuerdos y pensamientos de la vida hogareña. Su mente se aquieta subjetivamente, se asienta, se concentra y se sumerge en la contemplación. Así también es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

Además, un bhikkhu examina su propio cuerpo desde las plantas de los pies hacia la punta de los pelos, envuelto en piel y lleno de muchas clases de inmundicias: «En este cuerpo hay pelo, vello corporal, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, médula ósea, riñones, corazón, hígado, diafragma, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, alimentos no digeridos, heces, bilis, flema, pus, sangre, sudor, grasa, lágrimas, saliva, mocos, líquido sinovial y orina».

 Es como si hubiera una bolsa con aberturas en ambos extremos, llena de varios tipos de granos, como arroz fino, trigo, frijoles mungo, guisantes, sésamo y arroz común. Y alguien con buena vista debía abrirlo y examinar su contenido: «Estos granos son arroz fino, estos son trigo, estos son frijoles mungo, estos son guisantes, estos son sésamo y estos son arroz común».

De la misma forma, un bhikkhu examina su propio cuerpo, desde las plantas de los pies y hacia abajo desde la punta de los pelos, envuelto en piel y lleno de muchas clases de inmundicias…

Mientras entrena así, diligente, entusiasta y decidido, abandona los recuerdos y pensamientos de la vida hogareña. Su mente se aquieta subjetivamente, se asienta, se concentra y se sumerge en la contemplación. Así también es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

Además, un bhikkhu examina su propio cuerpo, cualquiera que sea su ubicación o postura, según los elementos: «En este cuerpo está el elemento tierra, el elemento agua, el elemento fuego y el elemento aire».

Es como si un hábil carnicero o un aprendiz de carnicero matara una vaca y se sentara en el cruce de caminos con la carne cortada en porciones. De la misma manera, un bhikkhu examina su propio cuerpo, cualquiera que sea su ubicación o postura, según los elementos: «En este cuerpo está el elemento tierra, el elemento agua, el elemento fuego y el elemento aire».

Mientras entrena así, diligente, entusiasta y decidido, abandona los recuerdos y pensamientos de la vida hogareña. Su mente se aquieta subjetivamente, se asienta, se concentra y se sumerge en la contemplación. Así también es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

Además, supongamos que un bhikkhu viera un cadáver tirado en un osario. Y llevara muerto uno, dos o tres días, hinchado, lívido e inflamado. Lo compararía con su propio cuerpo: «Este cuerpo también es de la misma naturaleza, del mismo tipo, y no puede ir más allá de eso».

Mientras entrena así, diligente, entusiasta y decidido, abandona los recuerdos y pensamientos de la vida hogareña. Su mente se aquieta subjetivamente, se asienta, se concentra y se sumerge en la contemplación. Así también es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

O supongamos que viera un cadáver desechado en un cementerio siendo devorado por cuervos, halcones, buitres, garzas, perros, tigres, leopardos, chacales y muchas clases de pequeñas criaturas. Lo compararía con su propio cuerpo: «Este cuerpo también es de la misma naturaleza, del mismo tipo, y no puede ir más allá de eso». Así también es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

Además, supongamos que viera un cadáver desechado en un cementerio, un esqueleto con carne y huesos, unido por los tendones… Un esqueleto sin carne pero manchado de sangre y que se mantiene unido por los tendones… Un esqueleto limpio de carne y sangre, unido por los tendones… Huesos sin tendones esparcidos en todas direcciones: «aquí un hueso de la mano, allí un hueso del pie, aquí un hueso de la espinilla, allí un hueso del muslo, aquí un hueso de la cadera, allí una costilla, aquí una espina dorsal, allí un hueso del brazo, aquí un hueso del cuello, hay una mandíbula, aquí un diente, allí el cráneo…».

Huesos blancos, del color de las conchas… Huesos decrépitos, amontonados en una pila… Los huesos que ya se pudrieron y se convirtieron en polvo. Lo compararía con su propio cuerpo: «Este cuerpo también es de la misma naturaleza, del mismo tipo, y no puede ir más allá de eso». Mientras entrena así, diligente, entusiasta y decidido, abandona los recuerdos y pensamientos de la vida hogareña. Su mente se aquieta subjetivamente, se asienta, se concentra y se sumerge en la contemplación. Así también es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

Además, un bhikkhu, totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entra y se sumerge en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirige la mente y la mantiene concentrada. Empapa, riega, llena y colma su cuerpo con placer y felicidad surgida del retiro. No hay parte del cuerpo que no se extienda por el placer y la felicidad surgida del retiro.

Es como cuando un hábil asistente de baño o su aprendiz vierte polvo de baño en un plato de bronce, rociándolo poco a poco con agua. Lo amasa hasta que la bola de polvo de baño esté empapada y saturada de humedad, esparcida por dentro y por fuera. Sin embargo, no sale humedad. De la misma manera, empapa, riega, llena y colma su cuerpo con placer y felicidad surgida del retiro. No hay parte del cuerpo que no se extienda por el placer y la felicidad surgida del retiro.

Mientras entrena así, diligente, entusiasta y decidido, abandona los recuerdos y pensamientos de la vida hogareña. Su mente se aquieta subjetivamente, se asienta, se concentra y se sumerge en la contemplación. Así también es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

Además, a medida que desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entra y se sumerge en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen de la concentración, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento. Empapa, riega, llena y colma su cuerpo con placer y felicidad nacida de la contemplación. No hay parte del cuerpo que no se extienda por el placer y la felicidad nacida de la contemplación.

Es como un lago profundo alimentado por agua de manantial. No hay ensenada al este, oeste, norte o sur, y no hay lluvia para reponerla de vez en cuando. Pero la corriente de agua fría que brota del lago empapa, se inclina, se llena y se extiende por todo el lago. No hay parte del lago que no esté llena de agua fría. Del mismo modo, un bhikkhu empapa, colma, llena, y extiende su cuerpo con placer y felicidad nacida de la contemplación. No hay parte del cuerpo que no se extienda por el placer y la felicidad nacida de la contemplación. Así también es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

Además, con el desvanecimiento del placer, entra y se sumerge en la tercera jhāna, donde contempla con impasibilidad, diligente y decidido y siente el bienestar corporal del que los nobles declaran: «impasible y decidido, uno permanece en la felicidad». Se empapa, riega, llena y colma su cuerpo con una felicidad libre de placer. No hay parte del cuerpo que no se extienda con felicidad sin placer.

Es como un estanque con nenúfares azules o lotos rosados ​​o blancos. Algunos de ellos brotan y crecen en el agua sin elevarse por encima de ella, prosperando bajo el agua. Desde la punta hasta la raíz, están empapados, regados, llenos y colmados de agua fría. No hay ninguna parte de ellos que no esté empapada con agua fría. De la misma manera, un bhikkhu empapa, riega, llena y colma su cuerpo con felicidad libre de placer. No hay parte del cuerpo que no se extienda con felicidad sin placer. Así también es como un bhikkhu desarrolla las instrucciones de la práctica en el cuerpo.

Además, un bhikkhu, abandonando el placer y el dolor, y poniendo fin a la felicidad y la tristeza anteriores, entra y se sumerge en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis. Se sienta extendiendo su cuerpo con una mente pura y brillante. No hay parte del cuerpo que no esté llena de una mente pura y brillante.

Es como alguien sentado envuelto de pies a cabeza con una tela blanca. No hay ninguna parte del cuerpo que no esté cubierta con un paño blanco. De la misma manera, se sienta extendiendo su cuerpo con una mente pura y brillante. No hay parte del cuerpo que no esté llena de una mente pura y brillante. Mientras entrena así, diligente, entusiasta y decidido, abandona los recuerdos y pensamientos de la vida hogareña. Su mente se aquieta subjetivamente, se asienta, se concentra y se sumerge en la contemplación.

Cualquiera que haya desarrollado y cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo incluye todas las buenas cualidades que juegan un papel en la realización. Cualquiera que recuerde el gran océano incluye todos los arroyos que lo desembocan. De la misma manera, cualquiera que haya desarrollado y cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo incluye todas las buenas cualidades que juegan un papel en la realización.

Cuando un bhikkhu no ha desarrollado o cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, el Māra encuentra una vulnerabilidad y se apodera de él.

Suponed que una persona arrojara una bola de piedra pesada sobre un montículo de arcilla húmeda. ¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Encontraría esa pesada bola de piedra una entrada en ese montículo de arcilla húmeda?

—Sí, señor.

—De la misma manera, cuando un bhikkhu no ha desarrollado o cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, el Māra encuentra una vulnerabilidad y se apodera de él.

Supongamos que hay un tronco seco y marchito. Entonces llega una persona con un taladro, pensando en encender un fuego y producir calor. ¿Qué os parece, bhikkhus? Al frotar el palo contra ese tronco seco y marchito en tierra seca lejos del agua, ¿podría encender un fuego y producir calor?

—Sí, señor.

—De la misma manera, cuando un bhikkhu no ha desarrollado o cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, el Māra encuentra una vulnerabilidad y se apodera de él.

Supongamos que se coloca una jarra de agua en un soporte, vacía y hueca. Luego viene una persona con una carga de agua. ¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Esa persona podría verter agua en la jarra?

—Sí, señor.

—De la misma manera, cuando un bhikkhu no ha desarrollado o cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, el Māra encuentra una vulnerabilidad y se apodera de él.

Cuando un bhikkhu ha desarrollado y cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, el Māra no puede encontrar una vulnerabilidad y no se apodera de él.

Supongamos que una persona arrojara una bola ligera de cuerda a un panel de puerta hecho completamente de madera dura. ¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Esa bola ligera de cuerda encontraría una entrada en ese panel de la puerta hecho completamente de madera?

—No, señor.

—De la misma manera, cuando un bhikkhu ha desarrollado y cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, el Māra no puede encontrar una vulnerabilidad y no se apodera de él.

Supongamos que hay un tronco fresco y húmedo. Entonces llega una persona con un taladro, pensando en encender un fuego y producir calor. ¿Qué os parece, bhikkhus? Al frotar el palo contra ese tronco fresco lleno de savia en tierra seca lejos del agua, ¿podría encender un fuego y producir calor?

—No, señor.

—De la misma manera, cuando un bhikkhu ha desarrollado y cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, el Māra no puede encontrar una vulnerabilidad y no se apodera de él.

Supongamos que se coloca una jarra de agua sobre un soporte, llena hasta el borde para que un cuervo pueda beber de ella. Luego viene una persona con una carga de agua. ¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Esa persona podría verter agua en la jarra?

—No, señor.

—De la misma manera, cuando un bhikkhu ha desarrollado y cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, el Māra no puede encontrar una vulnerabilidad y no se apodera de él.

Cuando un bhikkhu ha desarrollado y cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, se vuelve capaz de realizar cualquier cosa que pueda realizarse mediante las habilidades paranormales con las que extiende la mente, en todos y cada uno de los casos.

Supongamos que se coloca una jarra de agua sobre un soporte, llena hasta el borde para que un cuervo pueda beber de ella. Si un hombre fuerte la vertiera por cualquier lado, ¿se derramaría agua?

—Sí, señor.

—De la misma manera, cuando un bhikkhu ha desarrollado y cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, se vuelve capaz de realizar cualquier cosa que pueda realizarse mediante las habilidades paranormales con las que extiende la mente, en todos y cada uno de los casos.

Supongamos que hubiera un estanque de lotos cuadrado y amurallado en un terreno llano, lleno hasta el borde de forma que un cuervo pudiera beber de él. Si un hombre fuerte abriera la pared por cualquier lado, ¿saldría agua?

—Sí, señor.

—De la misma manera, cuando un bhikkhu ha desarrollado y cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, se vuelve capaz de realizar cualquier cosa que pueda realizarse mediante las habilidades paranormales con las que extiende la mente, en todos y cada uno de los casos.

Supongamos que un carro está enganchado a unos purasangres en un cruce de caminos en un terreno llano, con la fusta lista. Entonces, un hábil domador de caballos, un maestro auriga, podía subir al carro, tomar las riendas con la mano derecha y fustigar con la izquierda. Conduce de ida y vuelta a donde quiere, cuando quiere. De la misma manera, cuando un bhikkhu ha desarrollado y cultivado las instrucciones de la práctica en el cuerpo, se vuelve capaz de realizar cualquier cosa que pueda realizarse mediante las habilidades paranormales con las que extiende la mente, en todos y cada uno de los casos.

Se pueden esperar diez beneficios cuando las instrucciones de la práctica en el cuerpo se han cultivado, desarrollado y practicado, se han convertido en un vehículo y una base, se han mantenido, se han consolidado y se han implementado correctamente.

Él prevalece sobre el ansia y el descontento, y vive dominando el ansia y el descontento cada vez que surgen.

Él prevalece sobre el miedo y el pavor, y vive dominando el miedo y el pavor cada vez que surgen.

Soporta el frío, el calor, el hambre y la sed, el tacto de moscas, mosquitos, viento, sol y reptiles, críticas groseras y no deseadas, y soportar el dolor físico: agudo, severo, agudo, desagradable, cruel y potencialmente mortal.

Obtiene las cuatro jhānas cuando lo desea, sin problemas ni dificultades.

Ejerce los diferentes tipos de habilidades paranormales: multiplicarse y volver a ser uno… controla el cuerpo hasta el reino de Brahmā.

Con una clariaudiencia purificada y sobrehumana, escuchan ambos tipos de sonidos, humanos y divinos, cercanos o lejanos…

Entiende las conciencias de otros seres e individuos, habiéndolas comprendido con su propia mente…

Recuerda muchos tipos de vidas pasadas, con sus características y detalles.

Con una clarividencia purificada y sobrehumana, ve a los seres vivos morir y renacer, inferiores y superiores, hermosos y feos, en un buen o mal lugar. Entiende cómo los seres vivos renacen de acuerdo con sus acciones.

Logra la liberación de la conciencia a través de la episteme en esta misma vida. Y vive habiéndolo conseguido con su propia episteme debido a la erradicación de las tendencias subyacentes.

Podéis esperar estos diez beneficios cuando las instrucciones de la práctica en el cuerpo se han cultivado, desarrollado y practicado, se han convertido en un vehículo y una base, se han mantenido, se han consolidado y se han implementado correctamente.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.

MN 118: La Práctica en la respiración

Esto he escuchado. En una ocasión, cuando el Bendito residía en Savatthi en el Parque del Este en el palacio de la madre de Migara, junto con muchos discípulos mayores conocidos: el venerable Sāriputta, Mahāmoggallāna, Mahākassapa, Mahākaccāna, Mahākoṭṭhita, Mahākappina, Mahācunda, Anuruddha, Revata, Ānanda y otros.

En ese momento, los bhikkhus mayores enseñaban y guiaban a los bhikkhus jóvenes. Algunos bhikkhus mayores enseñaron y guiaron a diez bhikkhus jóvenes, algunos bhikkhus mayores enseñaron y guiaron a veinte bhikkhus jóvenes… treinta… cuarenta bhikkhus jóvenes. Y los bhikkhus jóvenes, habiendo recibido entrenamiento e instrucción de los bhikkhus mayores, alcanzaron etapas sucesivas en el más alto logro.

En ese momento, en la celebración del decimoquinto día, en la noche de luna llena de la ceremonia Pavarana, el Buddha estaba sentado al aire libre, rodeado por el Saṅgha de los bhikkhus. Y luego, después de haber examinado al silencioso Saṅgha de los bhikkhus, se dirigió a ellos de la siguiente manera:

—Bhikkhus, estoy complacido con estos éxitos. Mi mente está complacida con estos éxitos. Por lo tanto, esforzaos aún más en lograr lo que todavía no se ha logrado, en alcanzar lo que aún no ha alcanzado y para lograr lo que aún no habéis realizado. Me quedaré aquí en Savatthi hasta la luna llena del día Komudi del cuarto mes.

Y a los bhikkhus del distrito de Savatthi se les dijo: «El Bendito esperará aquí en Savatthi hasta la luna llena en el día Komudi del cuarto mes».

Y los bhikkhus fueron a Savatthi para ver al Bendito. Y los bhikkhus mayores enseñaron y guiaron a los bhikkhus jóvenes de manera aún más persistente. Algunos bhikkhus mayores enseñaron e instruyeron a diez bhikkhus jóvenes… veinte… treinta… cuarenta bhikkhus jóvenes. Y los bhikkhus jóvenes, habiendo recibido entrenamiento e instrucción de los bhikkhus mayores, finalmente lograron buenos resultados.

Un campo de mérito incomparable

En ese momento, en la celebración del festival del loto, el decimoquinto día en la luna llena del día Komudi del cuarto mes, el Bendito estaba sentado al aire libre, rodeado por el Saṅgha de los bhikkhus. Y luego, después de haber examinado el silencioso Saṅgha de los bhikkhus, se dirigió a ellos así:

—Bhikkhus, esta asamblea está libre de charlas y palabrerías. En ella radica el núcleo más puro. Este es el Saṅgha de los bhikkhus, tal es esta asamblea. Tal es la reunión de aquellos que son dignos de obsequios, dignos de hospitalidad, dignos de ofrendas, dignos de saludos respetuosos, un campo de mérito incomparable para el mundo, tal es este Saṅgha de los bhikkhus, tal es esta asamblea. Tal es esta reunión que una pequeña ofrenda que se le da se vuelve grande, y un gran regalo se vuelve aún mayor.

Este es el Saṅgha de los bhikkhus, así es esta asamblea. Una asamblea así rara vez se ve en el mundo, así es este Saṅgha de los bhikkhus, así es esta asamblea. Para ver tal reunión, vale la pena un viaje de muchas leguas cargado de equipaje. Así es este Saṅgha de los bhikkhus, así es esta reunión.

En este Saṅgha de los bhikkhus hay bhikkhus que son Dignos, cuyas tendencias subyacentes han sido destruidas, que han vivido una vida santa, han hecho lo que se debería haber hecho, se han librado de una pesada carga, han logrado su objetivo, han destruido las adicciones de la existencia, se han liberado por completo a través del conocimiento supremo. Tales son los bhikkhus en este Saṅgha de los bhikkhus.

En este Saṅgha de los bhikkhus hay bhikkhus que, con la erradicación de las cinco adicciones menores, renacerán sin padres en los mundos de las Moradas Puras y allí adquirirán el Nibbāna final sin regresar a este mundo. Tales son los bhikkhus en este Saṅgha de los bhikkhus.

En este Saṅgha de los bhikkhus hay bhikkhus que, con la erradicación de las tres adicciones menores y con el debilitamiento del ansia, la aversión y la ignorancia, son los que regresarán una vez, quienes regresarán a este mundo solo una vez más y pondrán fin al sufrimiento. Tales son los bhikkhus en este Saṅgha de los bhikkhus.

En este Saṅgha de los bhikkhus hay bhikkhus que, con la erradicación de las tres adicciones menores, entraron en la corriente, incapaces de caer en los mundos inferiores, y con garantía de encaminarse hacia la iluminación. Tales son los bhikkhus en este Saṅgha de los bhikkhus.

En este Saṅgha de los bhikkhus, hay bhikkhus que entrenan, dedicándose al desarrollo de los cuatro instrucciones de la práctica. Tales son los bhikkhus en este Saṅgha de los bhikkhus. En este Saṅgha de los bhikkhus hay bhikkhus que entrenan, dedicándose al desarrollo de los cuatro esfuerzos correctos… los cuatro bases de las habilidades paranormales… de las cinco facultades… de los cinco poderes… de los siete factores de iluminación… del Noble Óctuple Camino. Tales son los bhikkhus en este Saṅgha de los bhikkhus. En este Saṅgha de los bhikkhus, hay bhikkhus que se dedican al desarrollo de la benevolencia… de la misericordia… de las congratulaciones… de la memoria… meditando sobre la falta de atractivo… sobre percepción de lo perecedero. Tales son los bhikkhus en este Saṅgha de los bhikkhus.

En este Saṅgha de los bhikkhus hay bhikkhus dedicados a la aplicación de las instrucciones de la práctica en la respiración.

Las instrucciones de la práctica en la respiración

—Bhikkhus, cuando se desarrollan y cultivan las cuatro instrucciones de la práctica en la respiración, aportan grandes frutos y beneficios. Cuando se desarrollan y cultivan las instrucciones de la práctica en la respiración, se cumplen los cuatro fundamentos de la práctica.

Cuando se desarrollan y se cultivan los cuatro fundamentos de la práctica en la respiración se cumplen los siete factores de la iluminación. Cuando los siete factores de la iluminación se desarrollan y cultivan, satisfacen el verdadero conocimiento y la liberación.

—¿Y cómo se desarrollan y se cultivan las instrucciones de la práctica en la respiración para que sean muy fructíferas y beneficiosas?

—Es cuando un bhikkhu se va a la jungla, a la raíz de un árbol o a una choza vacía. Se sienta con las piernas cruzadas y el cuerpo erguido y trae el recuerdo de las instrucciones ante él.

«Conscientemente inhala. Conscientemente exhala.

Cuando inhala profundamente, percibe: “Estoy inhalando profundamente”. Cuando exhala profundamente, percibe: “Estoy exhalando profundamente”. Cuando inhala ligeramente, percibe: “Estoy inhalando ligeramente”. Cuando exhala ligeramente, percibe: “Estoy exhalando ligeramente”.

Practica así: “Inspiraré apreciando la situación condicional del cuerpo”. Practica así: “Expiraré apreciando la situación condicional del cuerpo”. Practica así: “Inspiraré tranquilizando la situación condicional del cuerpo”. Practica así: “Expiraré tranquilizando la situación condicional del cuerpo”.

Practica así: “Inspiraré experimentando el placer”. Practica así: “Expiraré experimentando el placer”. Practica así: “Inspiraré experimentando la felicidad”. Practica así: “Expiraré experimentando la felicidad”.

Practica así: “Inspiraré apreciando la situación condicional de la mente”. Practica así: “Expiraré apreciando la situación condicional de la mente”. Practica así: “Inspiraré tranquilizando la situación condicional de la mente”. Practica así: “Expiraré tranquilizando la situación condicional de la mente”.

Practica así: “Inspiraré experimentando la mente”. Practica así: “Expiraré experimentando la mente”. Practica así: “Inspiraré alegrando la mente”. Practica así: “Expiraré alegrando la mente”. Practica así: “Inspiraré sumergiendo la conciencia en la concentración”. Practica así: “Expiraré sumergiendo la conciencia en la concentración”. Practica así: “Inspiraré liberando la mente”. Practica así: “Expiraré liberando la mente”. Practica así: “Inspiraré observando el surgir y el cesar”. Practica así: “Expiraré observando el surgir y el cesar”.

Practica así: “Inspiraré desvaneciendo la observación”. Practica así: “Expiraré desvaneciendo la observación”. Practica así: “Inspiraré cesando la observación”. Practica así: “Expiraré cesando la observación”. Practica así: “Inspiraré abandonando la observación”. Practica así: “Expiraré abandonando la observación”».

Las instrucciones de la práctica en la respiración, cuando se desarrollan y cultivan de esta manera, son muy fructíferas y beneficiosas.

—¿Y cómo las instrucciones de la práctica en la respiración, cuando se desarrollan y cultivan, cumplen las cuatro instrucciones de la práctica?

Contemplación del cuerpo

—Bhikkhus, siempre que un bhikkhu sabe que respira profunda o levemente, o experimentando todo el cuerpo, o aquietando el movimiento del cuerpo, en ese momento, el bhikkhu está aplicando las instrucciones de la práctica del cuerpo en el cuerpo. Es por esto que en ese momento un bhikkhu contempla aplicando las instrucciones de la práctica del cuerpo en el cuerpo, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias subyacentes y suprimiendo, mediante el entrenamiento, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento.

Porque la respiración es un cierto aspecto del cuerpo. Es por esto que en ese momento un bhikkhu contempla aplicando las instrucciones de la práctica del cuerpo en el cuerpo, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias subyacentes y suprimiendo, mediante el entrenamiento, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento.

Contemplación de las Emociones

Siempre que un bhikkhu practica la respiración mientras experimenta el placer o la felicidad, o experimenta estas emociones, o aquieta estas emociones, en ese momento, el bhikkhu está aplicando las instrucciones de la práctica de las emociones en las emociones, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias subyacentes y suprimiendo, mediante el entrenamiento, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento.

Porque el proceso de respiración es una clase de emoción. Por lo tanto, el bhikkhu considera las emociones como emociones.

En ese momento, el bhikkhu está aplicando las instrucciones de la práctica de las emociones en las emociones, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias subyacentes y suprimiendo, mediante el entrenamiento, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento.

Contemplación de la Mente

Hay un momento en el que un bhikkhu practica así: “Inspiraré experimentando la mente”. Practica así: “Expiraré experimentando la mente”. Practica así: “Inspiraré alegrando la mente”. Practica así: “Expiraré alegrando la mente”. Practica así: “Inspiraré sumergiendo la conciencia en concentración”. Practica así: “Expiraré sumergiendo la conciencia en concentración”. Practica así: “Inspiraré liberando la mente”. Practica así: “Expiraré liberando la mente”.

En ese momento, el bhikkhu está aplicando las instrucciones de la práctica de la mente en la mente, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias subyacentes y suprimiendo, mediante el entrenamiento, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento.

Contemplación de los Fenómenos

No hay desarrollo de la concentración mediante las instrucciones de la práctica de la respiración para alguien que es un inconsciente, carente de reflexión. Hay un momento en el que un bhikkhu practica así: “Inspiraré al observar el surgir y el cesar… El desvanecimiento… La cesación… El dejar ir”. Practica así: “Expiraré dejando ir la observación”.

En ese momento, el bhikkhu está aplicando las instrucciones de la práctica de los fenómenos en los fenómenos en el sentido de los factores de aferramiento a la existencia, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias subyacentes y suprimiendo, mediante el entrenamiento, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento. Habiendo visto con episteme el abandono del ansia y la aversión, mira de cerca con impasibilidad.

Así es como se desarrolla y cultiva la concentración mediante las instrucciones de la práctica de la respiración para cumplir con las cuatro instrucciones de la práctica.

Realización de los Siete Factores de la Iluminación

—¿Y cómo se desarrollan y cultivan las cuatro instrucciones de la práctica para cumplir con los siete factores de la iluminación?

—Siempre que un bhikkhu contempla la naturaleza del cuerpo, su episteme se establece y se vuelve lúcida. En ese momento, un bhikkhu ha activado el factor de la iluminación de la práctica, lo desarrolla y lo perfecciona.

Al entrenar conscientemente de esta manera, investiga, explora e indaga ese principio con episteme. En ese momento, el bhikkhu ha activado factor de la iluminación del recogimiento, el desapasionamiento y la cesación que maduran en la renuncia, lo desarrolla y lo perfecciona.

A medida que investiga los fenómenos en el sentido de los factores de aferramiento a la existencia con episteme de esta manera, su esfuerzo se despierta y es incansable. En ese momento, un bhikkhu ha activado el factor de la iluminación del esfuerzo, lo desarrolla y lo perfecciona.

Cuando está lleno de esfuerzo, surge el placer. En ese momento, un bhikkhu ha activado el factor de la iluminación del placer, lo desarrolla y lo perfecciona.

Cuando la mente está llena de placer, el cuerpo y el intelecto se tranquilizan. En ese momento, un bhikkhu ha activado el factor de la iluminación del placer, lo desarrolla y lo perfecciona.

Cuando el cuerpo está tranquilo y uno siente felicidad, la conciencia se sumerge en la concentración. En ese momento, un bhikkhu ha activado el factor de la iluminación de la concentración, lo desarrolla y lo perfecciona.

Vigila de cerca esa conciencia inmersa en la concentración. En ese momento, un bhikkhu ha activado el factor de la iluminación de la impasibilidad, lo desarrolla y lo perfecciona.

Siempre que un bhikkhu contempla las emociones… la mente… los fenómenos en el sentido de los factores de aferramiento a la existencia, su episteme se establece y se vuelve lúcida. En ese momento, un bhikkhu ha activado el factor de la iluminación de la práctica, lo desarrolla y lo perfecciona… de las emociones… de la mente… de la discriminación de los fenómenos… de la energía… del placer… del sosiego… de contemplación… de la impasibilidad.

Así es como las cuatro instrucciones de la práctica cuando se desarrollan y cultivan, cumplen con los siete factores de la iluminación.

Realización de la episteme y la liberación

—¿Y cómo se desarrollan y cultivan los siete factores de la iluminación para alcanzar la emancipación a través de la episteme?

—Es cuando un bhikkhu desarrolla los factores de la iluminación de la práctica, el recogimiento, el desapasionamiento y la cesación que maduran en la renuncia. que se basan en la soledad, en el esfuerzo, en el placer, en la felicidad, en la contemplación y en la impasibilidad. Así es como se desarrollan y cultivan los siete factores de la iluminación para alcanzar la emancipación a través de la episteme.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.

MN 117: Los Cuarenta Grandes

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en Bosquecillo de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Bhikkhus, os enseñaré la noble concentración correcta con sus factores de apoyo y sus requisitos. Escuchad y prestad mucha atención, yo hablaré.

—Sí, señor —respondieron.

El Bendito dijo esto:

—Bhikkhus, ¿qué es la noble concentración correcta, con sus factores de apoyo y sus requisitos, a saber: creencia correcta, disposición correcta, discurso correcto, acción correcta, conducta correcta, esfuerzo correcto y práctica correcta?

La concentración de la mente con estos siete factores como prerrequisitos se denomina noble concentración correcta con sus factores de apoyo y sus requisitos.

Creencia Correcta

De todos estos, la creencia correcta es lo primero.

—¿Y qué significa que la creencia correcta es lo primero?

—El que comprende lo que es una creencia incorrecta y lo que es una creencia correcta, entonces tiene la creencia correcta.

—¿Y cuál es la creencia incorrecta?

—«No tiene sentido dar, sacrificar u ofrecer». «No hay fruto ni resultado de buenas y malas acciones». «No hay otra vida». «No hay obligaciones para con la madre y el padre». «Ningún ser renace sin padres» y «no hay ningún asceta o brahmán en este mundo que tenga la práctica correcta o que esté en el camino correcto, que describa el más allá después de lograrlo con su propia episteme». Esta es una creencia incorrecta.

—¿Y cuál es la creencia correcta?

—Hay dos formas de creencia correcta. Hay una creencia correcta que va acompañada de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, que apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento. Y hay una creencia correcta que es noble, inmaculada, trascendente, un factor del camino.

—¿Y cuál es la creencia correcta que va acompañada de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento?

—«Hay un significado en dar, sacrificar y ofrecer». «Hay frutos y resultados de buenas y malas acciones». «Hay una vida después de la muerte». «Hay deberes para con la madre y el padre». «Hay seres que renacen sin padres». «Y hay ascetas y brahmanes que son Dignos y han alcanzado la perfección, y que han logrado este y el otro mundo con su propia episteme, de modo que tienen algo que enseñar a otros». Esta es la creencia correcta que va acompañada de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento.

—¿Y cuál es la creencia correcta que es noble, inmaculada, trascendente, factor del camino?

—Es la sabiduría, la facultad de la sabiduría, el poder de la sabiduría, el factor de la iluminación de la investigación de los fenómenos y la creencia correcta como un factor del camino, en alguien de mente noble y mente inmaculada, que posee el camino noble y desarrolla el camino noble. A esto se le llama creencia correcta que es noble, inmaculada, trascendente, un factor del camino.

Hace el esfuerzo de abandonar una creencia incorrecta y adopta la creencia correcta: ese es el esfuerzo correcto. Conscientemente, abandona una creencia incorrecta y adopta la creencia correcta: esta es la creencia correcta que es noble. Así que estas tres cosas siguen girando y dando vueltas alrededor de la creencia correcta, a saber: la creencia correcta, el esfuerzo correcto y la práctica correcta.

Disposición correcta

De todos estos, la creencia correcta es lo primero.

—¿Y qué significa que la creencia correcta es lo primero?

—El que comprende lo que es una disposición incorrecta y lo que es una disposición correcta, entonces tiene la creencia correcta.

—¿Y cuál es la disposición incorrecta?

—Disposición hacia la sensorialidad, malicia y crueldad. Estas son disposiciones incorrectas.

—¿Y cuál es la disposición correcta?

—Hay dos formas de disposición correcta. Hay una disposición correcta que va acompañada de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, que apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento. Y hay una disposición correcta que es noble, inmaculada, trascendente, un factor del camino.

—¿Y cuál es la disposición correcta que va acompañada de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento?

—Disposición hacia la abnegación y la benevolencia. Esta es la disposición correcta que va acompañada de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento.

—¿Y cuál es la disposición correcta que es noble, pura, trascendente, factor del camino?

—Es la disposición noble, libre de tendencias subyacentes, que conduce a la episteme, es el razonamiento lógico, es la reflexión, es el sendero noble y el desarrollo del sendero noble. Esta es la disposición correcta que es noble.

Hace el esfuerzo de abandonar una disposición incorrecta y adopta la disposición correcta: ese es el esfuerzo correcto. Conscientemente, abandona una disposición incorrecta y adopta la disposición correcta: esta es la disposición correcta que es noble. Así que estas tres cosas siguen girando y dando vueltas alrededor de la disposición correcta, a saber: la creencia correcta, el esfuerzo correcto y la práctica correcta.

Discurso correcto

En este contexto, la creencia correcta es lo primero.

—¿Y qué significa que la creencia correcta es lo primero?

—El que comprende lo que es un discurso incorrecto y lo que es un discurso correcto, entonces tiene la creencia correcta.

—¿Y cuál es el discurso incorrecto?

—La mentira, la calumnia, el habla cruel, el cotorreo. Este es el discurso incorrecto.

—¿Y cuál es el discurso correcto?

—Hay dos formas de discurso correcto. Hay un discurso correcto que va acompañado de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, que apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento. Y hay un discurso correcto que es noble, inmaculado, trascendente, un factor del camino.

—¿Y cuál es el discurso correcto que va acompañado de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento?

—El abstenerse de mentir, hablar divisivamente, hablar cruelmente y decir tonterías. Este es el discurso correcto que va acompañado de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, que apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento.

—¿Y cuál es el discurso correcto que es noble, puro, trascendente, factor del camino?

—Es cuando alguien que tiene una mente noble sin tendencias subyacentes en la mente, alguien que sigue el camino noble y practica de acuerdo con él, y renuncia por completo a las cuatro formas del discurso incorrecto.

Hace el esfuerzo de abandonar un discurso incorrecto y adopta el discurso correcto: ese es el esfuerzo correcto. Conscientemente, abandona un discurso incorrecto y adopta el discurso correcto: este es el discurso correcto que es noble. Así que estas tres cosas siguen girando y dando vueltas alrededor del discurso correcto, a saber: la creencia correcta, el esfuerzo correcto y la práctica correcta.

Acción Correcta

En este contexto, la creencia correcta es lo primero.

—¿Y qué significa que la creencia correcta es lo primero?

—El que comprende lo que es un acción incorrecta y lo que es una acción correcta, entonces tiene la creencia correcta.

—¿Y cuál es una acción incorrecta? Matar seres vivos, robar y tener relaciones sexuales con la mujer de otro. Esta es una acción incorrecta.

—¿Y cuál es la acción correcta?

—Hay dos formas de acción correcta. Hay una acción correcta que va acompañada de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, que apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento. Y hay una acción correcta que es noble, inmaculada, trascendente, un factor del camino.

—¿Y cuál es la acción correcta que va acompañada de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento?

—Abstenerse de matar seres vivos, de robar y de mantener relaciones sexuales con la mujer de otro. Esta es la acción correcta que está acompañada de tendencias subyacentes.

—¿Y cuál es la acción correcta que es noble, inmaculada, trascendente, factor del camino?

—Es cuando alguien que tiene una mente noble sin tendencias subyacentes, alguien que sigue el camino noble y practica de acuerdo con él, renuncia completamente a las tres formas de mal comportamiento corporal.

Hace el esfuerzo de abandonar una acción incorrecta y adopta la acción correcta: ese es el esfuerzo correcto. Conscientemente, abandona una acción incorrecta y adopta la acción correcta: esta es la acción correcta que es noble. Así que estas tres cosas siguen girando y dando vueltas alrededor de la acción correcta, a saber: la creencia correcta, el esfuerzo correcto y la práctica correcta.

Conducta Correcta

En este contexto, la creencia correcta es lo primero.

—¿Y qué significa que la creencia correcta es lo primero?

—Cuando entiende que una conducta es incorrecta como una conducta incorrecta y una conducta correcta como una conducta correcta, esa es la creencia correcta.

—¿Y cuál es una conducta incorrecta?

—El fraude, la adulación, la adivinación, la solicitud de regalos de forma inapropiada y el ansia de ganancias. Esta es una conducta incorrecta.

—¿Y cuál es la conducta correcta?

—Hay dos formas de conducta correcta. Hay una conducta correcta relacionada con la corrupción, conectada con las obras meritorias y conducente al renacimiento. Y hay una conducta correcta que es noble, pura, trascendente, factor del camino.

—¿Y cuál es la conducta correcta que va acompañada de tendencias subyacentes, que tiene las características de las acciones meritorias, apunta a lograr beneficios y que conduce al aferramiento?

—Es cuando alguien abandona una conducta incorrecta y vive con la conducta correcta. Esta es la conducta correcta que va acompañada de tendencias subyacentes.

—¿Y cuál es la conducta correcta que es noble, inmaculada, trascendente, factor del camino?

—Es cuando alguien que tiene una mente noble sin tendencias subyacentes, alguien que sigue el camino noble y practica de acuerdo con él, renuncia por completo a la conducta incorrecta.

Hace el esfuerzo de abandonar una conducta incorrecta y adopta la conducta correcta: ese es el esfuerzo correcto. Conscientemente, abandona una conducta incorrecta y adopta la conducta correcta: esta es la conducta correcta que es noble. Así que estas tres cosas siguen girando y dando vueltas alrededor de la conducta correcta, a saber: la creencia correcta, el esfuerzo correcto y la práctica correcta.

Episteme

—En este contexto, la creencia correcta es lo primero.

—¿Y qué significa que la creencia correcta es lo primero?

—La creencia correcta da lugar a la disposición correcta. La disposición correcta da lugar al discurso correcto. El discurso correcto da lugar a la acción correcta. La acción correcta da lugar a la conducta correcta. La conducta correcta da lugar al esfuerzo correcto. El esfuerzo correcto da lugar la práctica correcta. La práctica correcta da lugar a la concentración correcta. La concentración correcta da lugar a la episteme. La episteme da lugar a la liberación correcta.

De esta forma, el que aún está en formación tiene una práctica de ocho factores, mientras que un digno tiene una práctica de diez factores. Y aquí también, la erradicación de muchas cualidades malas y poco saludables se desarrolla completamente debido a la episteme.

En este contexto, la creencia correcta es lo primero.

—¿Y cómo es que la creencia correcta es lo primero?

—Para quien tiene la creencia correcta, una creencia incorrecta se agota. Y las muchas cualidades malas y perjudiciales que surgen debido a una creencia incorrecta se agotan. Y debido a la creencia correcta, muchas buenas cualidades se desarrollan completamente.

Para alguien con la disposición correcta, una disposición incorrecta se agota… Para alguien de buen discurso, el mal discurso se agota… Para alguien de acción correcta, una acción incorrecta se agota… Para alguien de conducta correcta, una conducta incorrecta se agota… Para alguien de esfuerzo correcto, un esfuerzo incorrecto se agota… Para alguien con la práctica correcta, la práctica incorrecta se agota… Para alguien con concentración correcta, una concentración incorrecta se agota… Para alguien con episteme, un conocimiento incorrecto se agota… Para quien goza de la liberación correcta, una liberación incorrecta se agota.

En uno con episteme, un conocimiento incorrecto es aniquilado, y los muchos estados malos y malsanos que surgen con el conocimiento falso como condición también son aniquilados, y los muchos estados saludables que surgen con la episteme como condición se desarrollan a la perfección.

En uno con la liberación correcta, la falsa liberación es aniquilada, y las muchas condiciones malas y malsanas que surgen con la falsa liberación como condición también son aniquiladas, y los muchos estados saludables que surgen con la correcta liberación como condición se desarrollan a la perfección.

Por lo tanto, bhikkhus, hay veinte factores del lado de lo sano y veinte factores del lado de lo malsano. Este discurso de la Enseñanza sobre los Cuarenta Grandes ha sido puesto en marcha y no puede ser detenido por ningún bhikkhu, Brahmán, Deva, Māra, Brahmā o cualquier otra persona del mundo.

Si algún asceta o brahmán se imagina que puede criticar y rechazar la exposición de la Enseñanza sobre los Cuarenta Grandes, merece ser reprendido y criticado por diez motivos fundados en la vida presente.

Si tal individuo critica la creencia correcta, alaba y honra a los ascetas y brahmanes que tienen creencias incorrectas. Si critican la disposición correcta… el discurso correcto… la acción correcta… la conducta correcta… el esfuerzo correcto… la práctica correcta… la concentración correcta… la episteme… la liberación correcta, alaban y honran a los ascetas y brahmanes que tienen una liberación incorrecta. Si algún asceta o brahmán imagina que puede criticar y rechazar la exposición de la Enseñanza sobre los Cuarenta Grandes, merece reprimenda y crítica sobre estos diez motivos fundados en la vida presente.

Incluso aquellos ascetas del pasado, Vassa y Bhañña de Ukkalā, que enseñaron las doctrinas de la no causa, la inacción y el nihilismo, no imaginaron que los Cuarenta Grandes podrían ser criticados o rechazados.

—¿Por qué es eso?

—Por temor a ser culpados, censurados y criticados.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.

MN 116: En Isigili

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Rājagaha, en la montaña Isigili. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Bhikkhus, ¿veis ese monte Vebhāra?

—Sí, señor.

—Solía tener un nombre y una descripción diferentes. ¿Veis ese monte Paṇḍava?

—Sí, señor.

—También solía tener un nombre y una descripción diferentes. ¿Veis ese monte Vepulla?

—Sí, señor.

—También solía tener un nombre y una descripción diferentes. ¿Veis la montaña del Pico del Buitre ?

—Sí, señor.

—También solía tener un nombre y una descripción diferentes. ¿Veis ese monte Isigili?

—Sí, señor.

—Solía ​​tener exactamente el mismo nombre y descripción.

En una ocasión, quinientos Buddhas Solitarios habitaron durante mucho tiempo en este monte Isigili. Se les vio entrar en la montaña, pero después de entrar no se les vio más. Cuando la gente notó esto, dijeron: «¡Esa montaña se traga a esos videntes!».

Así es como llegó a conocerse como Isigili.

Declararé los nombres de los Buddhas Solitarios. Exaltaré los nombres de los Buddhas Solitarios. Enseñaré los nombres de los Buddhas Solitarios. Escuchad y prestad mucha atención, yo hablaré.

—Sí, señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Los Buddhas que se despertaron por sí mismos y que vivieron durante mucho tiempo en este Isigili se llamaron Ariṭṭha, Upariṭṭha, Tagarasikhin, Yasassin, Sudassana, Piyadassin, Gandhāra, Piṇḍola, Upāsabha, Nītha, Tatha, Sutavā y Bhāvitatta.

MN 115: Los muchos elementos

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en Bosquecillo de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Cualesquiera que sean los peligros, todos proceden de los tontos, no de los sabios. Cualesquiera que sean los problemas, todos proceden de los tontos, no de los sabios. Cualesquiera que sean los accidentes que surjan, todos proceden de los tontos, no de los sabios. Es como un fuego que se extiende desde una choza hecha de juncos o hierba y quema hasta una cabaña de techo puntiagudo, enlucida por dentro y por fuera, sin corrientes de aire, con pestillos cerrados y ventanas cerradas. De la misma forma, cualesquiera que sean los peligros, todos proceden de los tontos, no de los sabios. Cualesquiera que sean los problemas, todos proceden de los tontos, no de los sabios. Cualesquiera que sean los accidentes que surjan, todos proceden de los tontos, no de los sabios.

Un tonto crea peligros, un sabio no los crea. Un tonto da problemas, un sabio no los da. Un tonto causa accidentes, un sabio no los causa. De un sabio no viene ningún peligro, ni problemas ni accidentes. Así que debéis entrenar así: «Seremos inteligentes, seremos prudentes».

Cuando dijo esto, el venerable Ānanda le dijo al Buddha:

—Señor, ¿qué se necesita para que se diga correctamente que un bhikkhu sea «sabio e investigador»?

—Ānanda, es cuando un bhikkhu es hábil en los elementos, en los campos de los sentidos, en el origen dependiente y en lo posible y lo imposible. Así es como un bhikkhu se le puede calificar correctamente como «sabio e investigador».

—Pero señor, ¿qué se necesita para que se diga correctamente que un bhikkhu está «versado en los elementos»?

—Existen, Ānanda, estos dieciocho elementos: los elementos del ojo, las imágenes y la cognición del ojo, el oído, los sonidos y la cognición del oído, la nariz, los olores y la cognición de la nariz, la lengua, los gustos y la cognición de la lengua, el cuerpo, el tacto y la cognición corporal, el intelecto, las ideas y la cognición del intelecto. Cuando un bhikkhu conoce y ve estos dieciocho elementos, se le puede calificar correctamente como «versado en los elementos».

—Pero señor, ¿podría haber otra forma en que se diga correctamente que un bhikkhu está «versado en los elementos»?

—Podría, Ānanda. Existen estos seis elementos: los elementos de la tierra, el agua, el fuego, el aire, el espacio y la vida. Cuando un bhikkhu conoce y ve estos seis elementos, se le puede calificar correctamente como «versado en los elementos».

—Pero señor, ¿podría haber otra forma en que se diga correctamente que un bhikkhu está «versado en los elementos»?

—Podría, Ānanda. Existen estos seis elementos: los elementos de placer, dolor, felicidad, tristeza, impasibilidad e ignorancia. Cuando un bhikkhu conoce y ve estos seis elementos, se le puede calificar correctamente como «versado en los elementos».

—Pero señor, ¿podría haber otra forma en que se diga correctamente que un bhikkhu está «versado en los elementos»?

—Podría, Ānanda. Existen estos seis elementos: los elementos de la sensorialidad y la renuncia, la malicia y la benevolencia, y la crueldad y la afabilidad. Cuando un bhikkhu conoce y ve estos seis elementos, se le puede calificar correctamente como «versado en los elementos».

—Pero señor, ¿podría haber otra forma en que se diga correctamente que un bhikkhu está «versado en los elementos»?

—Podría, Ānanda. Existen estos tres elementos: los elementos del reino sensorial, el reino de las qualia luminosas y el reino sin qualia. Cuando un bhikkhu conoce y ve estos tres elementos, se le puede calificar correctamente como «versado en los elementos».

—Pero señor, ¿podría haber otra forma en que se diga correctamente que un bhikkhu está «versado en los elementos»?

—Podría, Ānanda. Existen estos dos elementos: el elemento condicionado y el elemento incondicionado. Cuando un bhikkhu conoce y ve estos dos elementos, se le puede calificar correctamente como «versado en los elementos».

—Pero señor, ¿qué se necesita para que se diga correctamente que un bhikkhu está «versado en los campos de los sentidos»?

—Existen estos seis campos de los sentidos subjetivos y objetivos: el ojo y las imágenes, el oído y los sonidos, la nariz y los olores, la lengua y el gusto, el cuerpo y el tacto, el intelecto y las ideas. Cuando un bhikkhu conoce y ve estos seis campos de los sentidos subjetivos y objetivos, se le puede calificar correctamente como «hábil en los campos de los sentidos».

—Pero señor, ¿cómo se puede calificar a un bhikkhu para ser llamado «versado en la originación dependiente»?

—Es cuando un bhikkhu entiende: «Cuando esto existe, es decir, debido al surgimiento de esto, aquello surge. Cuando esto no existe, eso no es, debido al cese de esto, aquello cesa. Es decir, la ignorancia es una condición para la condicionalidad. La condicionalidad es una condición para la vida. La vida es una condición para las qualia y la conceptualización. Las qualia y la conceptualización son condiciones para los seis campos de los sentidos. Los seis campos de los sentidos son condiciones para las qualia. Las qualia son una condición para la reacción emocional. La reacción emocional es una condición para el ansia. El ansia es una condición para el aferramiento. El aferramiento es una condición para la existencia. La existencia es una condición para el renacimiento. El renacimiento es una condición para la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la amargura, la tristeza y la angustia por venir. Así es como se origina toda esta masa de sufrimiento.

Cuando ignorancia se desvanece y cesa sin dejar rastro, cesa la condicionalidad. Cuando cesa la condicionalidad, cesa la vida. Cuando cesa la vida, cesan las qualia y la conceptualización. Cuando cesan las qualia y la conceptualización, cesan los seis campos de los sentidos. Cuando cesan los seis campos de los sentidos, cesan las qualia. Cuando cesan las qualia, cesa la reacción emocional. Cuando cesa la reacción emocional, cesa el ansia. Cuando cesa el ansia, cesa el aferramiento. Cuando cesa el aferramiento, cesa la existencia. Cuando cesa la existencia, cesa el renacimiento. Cuando cesa el renacimiento, cesan la vejez y la muerte, el dolor, el lamento, la amargura, la tristeza y la angustia. Así es como cesa toda esta masa de sufrimiento».

Así es como un bhikkhu se le puede calificar correctamente como «versado en la originación dependiente».

—Pero señor, ¿qué se necesita para que se diga correctamente que un bhikkhu está «versado en lo posible y lo imposible»?

—Es cuando un bhikkhu entiende: «Es imposible que una persona versada pueda tomar cualquier fenómeno condicionado como imperecedero. Eso no es posible. Pero es posible que una persona común considere algún fenómeno condicionado como imperecedero. Eso es posible».

Entiende: «Es imposible para una persona versada tomar cualquier fenómeno condicionado como agradable. Pero es posible que una persona corriente considere algún fenómeno condicionado como agradable».

Entiende: «Es imposible que una persona lograda pueda tomar algo como un alguien. Pero es posible que una persona común tome un fenómeno condicionado como si fuera un alguien».

Entiende: «Es imposible que un Digno pueda asesinar a su madre. Pero es posible que una persona común asesine a su madre».

Entiende: «Es imposible que un Digno pueda asesinar a su padre… o asesinar a otro Digno. Pero es posible que una persona común asesine a su padre… o a un Digno».

Entiende: «Es imposible que un Digno pueda herir a un Tathāgata dotado de una disposición maliciosa. Pero es posible que una persona común hiera a un Tathāgata dotado de una disposición maliciosa».

Entiende: «Es imposible que un Digno pueda causar un cisma en el Saṅgha. Pero es posible que una persona común cause un cisma en Saṅgha».

Entiende: «Es imposible que una persona dotada de la creencia correcta pueda reconocer a otro Maestro».

Entiende: «Es imposible que dos Buddhas, Dignos, plenamente despiertos, surjan en el mismo sistema solar al mismo tiempo. Pero es posible que solo uno Digno, un Buddha completamente despierto, surja en un sistema solar».

Entiende: «Es imposible que dos monarcas que gobiernan el mundo entero surjan en el mismo sistema solar al mismo tiempo. Pero es posible que surja un solo monarca que gobierna el mundo entero en un sistema solar».

Entiende: «Es imposible que una mujer sea un Buddha, un Digno, plenamente despierto. Pero es posible que un hombre sea un Buddha, un Digno, plenamente despierto».

Entiende: «Es imposible que una mujer sea una monarca que gobierna el mundo entero. Pero es posible que un hombre sea un rey legítimo que gobierne el mundo entero».

Entiende: «Es imposible que una mujer desempeñe el papel de Sākka, Māra o Brahmā. Pero es posible que un hombre desempeñe el papel de Sākka, Māra o Brahmā».

Entiende: «Es imposible que un resultado agradable, deseable y placentero provenga de una mala conducta del cuerpo, el habla y la mente. Pero es posible que un resultado desagradable, indeseable, desagradable provenga de la mala conducta del cuerpo, el habla y la mente».

Entiende: «Es imposible que un resultado desagradable, indeseable y molesto provenga de una buena conducta de cuerpo, habla y mente. Pero es posible que un resultado agradable, deseable y placentero provenga de la buena conducta del cuerpo, el habla y la mente».

Entiende: «Es imposible que alguien que se ha involucrado en una mala conducta de cuerpo, habla y mente, pueda por esa sola razón, al romperse su cuerpo, después de la muerte, renacer en un buen lugar, un reino celestial. Pero es posible que alguien que se ha involucrado en una mala conducta de cuerpo, habla y mente pueda, solo por esa razón, cuando su cuerpo se desintegre, después de la muerte, renazca en un lugar de pérdida, un mal lugar, el inframundo, infierno».

Entiende: «Es imposible que alguien que ha tenido una buena conducta del cuerpo, el habla y la mente pueda, solo por esa razón, al romperse su cuerpo, después de la muerte, renacer en un lugar de pérdida, el inframundo, un reino infernal. Pero es posible que alguien que se ha dedicado a la buena conducta de cuerpo, habla y mente pueda, solo por esa razón, cuando su cuerpo se desintegre, después de la muerte, renazca en un buen lugar, un reino celestial». Así es como un bhikkhu se le puede calificar correctamente como «versado en lo posible y lo imposible».

Cuando dijo esto, el venerable Ānanda le dijo al Buddha:

—¡Es increíble, señor, es increíble! ¿Cuál es el nombre de esta exposición de la Enseñanza?

—En ese caso, Ānanda, puedes recordar esta exposición de la Enseñanza como «Los Muchos Elementos», o bien «Los Cuatro Ciclos», o bien «El Espejo de la Enseñanza», o bien «El Tambor de los Inmortales», o bien «La victoria suprema en la Batalla».

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfecho, el venerable Ānanda estaba feliz con lo que dijo el Buddha.

MN 114: Qué se debe y qué no se debe cultivar

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en Bosquecillo de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Bhikkhus, os enseñaré una exposición de la Enseñanza sobre lo que debe y no se debe cultivar. Escuchad y prestad mucha atención, yo hablaré.

—Sí, señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Digo que hay dos tipos de comportamiento corporal: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar. Y cada uno de estos es un tipo de comportamiento.

Digo que hay dos tipos de comportamiento verbal: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar. Y cada uno de estos es un tipo de comportamiento.

Digo que hay dos tipos de comportamiento mental: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar. Y cada uno de estos es un tipo de comportamiento.

Digo que hay dos formas de dar lugar a una actitud: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de ellas es una forma de dar lugar a una actitud.

Digo que hay dos formas de adquirir percepción: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de ellas es una forma de adquirir percepción.

Digo que hay dos formas de adquirir creencias: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de ellas es una forma de adquirir creencias.

Digo que hay dos formas de renacer: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de estas es una forma de renacer.

Cuando dijo esto, el venerable Sāriputta le dijo al Buddha:

—Señor, así es como entiendo el significado detallado de la breve declaración del Buddha.

«Digo que hay dos tipos de comportamiento corporal: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar. Y cada uno de estos es un tipo de comportamiento corporal». Eso es lo que dijo el Buddha, pero ¿por qué lo dijo?

No se debe cultivar el tipo de comportamiento corporal que hace que los defectos perjudiciales crezcan mientras que declinan las buenas cualidades. Y se debe cultivar el tipo de comportamiento corporal que hace que los defectos disminuyan mientras crecen las buenas cualidades.

—¿Y qué tipo de comportamiento corporal hace que crezcan los defectos mientras que declinan las buenas cualidades?

—Es cuando alguien mata seres vivos. Es violento, con las manos ensangrentadas, un asesino endurecido, despiadado con los seres vivos. Roba. Con el propósito de cometer un robo, toma la riqueza o las pertenencias de otros de la aldea o de la jungla. Tiene relaciones sexuales con la mujer de otro. Mantiene relaciones sexuales con mujeres que tienen como tutor a su madre, a su padre, a su madre y a su padre, a su hermano, a su hermana, a sus parientes o a su clan. Mantiene relaciones sexuales con una mujer que está protegida por la ley, o que tiene marido, o cuya violación es sancionada por la ley, o incluso con una que ha sido ataviada con guirnaldas como señal de compromiso. Ese tipo de comportamiento corporal hace que crezcan los defectos mientras que declinan las buenas cualidades.

—¿Y qué tipo de comportamiento corporal hace que los defectos disminuyan mientras que crecen las buenas cualidades?

—Es cuando alguien deja de matar seres vivos. Renuncia a la vara y a la espada. Es cuidadoso y simpático, vive lleno de misericordia por todos los seres vivos. Deja de robar. No toma la riqueza o las pertenencias de otros de la aldea o el bosque, con la disposición de robar. Renuncia a mantener relaciones sexuales con la mujer de otro. No mantiene relaciones sexuales con mujeres que tengan como tutor a su madre, a su padre, a su madre y a su padre, a su hermano, a su hermana, a sus parientes o a su clan. No tienen relaciones sexuales con una mujer que está protegida por la ley, o que tiene marido, o cuya violación es castigada por la ley, ni siquiera con una que haya sido ataviada con guirnaldas como muestra de compromiso matrimonial. Ese tipo de comportamiento corporal hace que los defectos disminuyan mientras que las buenas cualidades aumenten.

«Digo que hay dos tipos de comportamiento corporal: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar. Y cada uno de estos es un tipo de comportamiento corporal». Eso es lo que dijo el Buddha, y por eso lo dijo.

«Digo que hay dos tipos de comportamiento verbal: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar. Y cada uno de estos es un tipo de comportamiento verbal». Eso es lo que dijo el Buddha, pero ¿por qué lo dijo?

No se debe cultivar el tipo de comportamiento verbal que hace que los defectos perjudiciales crezcan mientras que declinan las buenas cualidades. Y debe cultivar el tipo de comportamiento verbal que hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras crecen las buenas cualidades.

—¿Y qué tipo de comportamiento verbal hace que crezcan los hábitos malsanos mientras que declinan las buenas cualidades?

—Es cuando alguien miente. Se le convoca a un consejo, una asamblea, una reunión familiar, un gremio o la corte real, y se le pide que testifique: «Por favor, señor, di lo que sabes». Sin saberlo, dice: «Lo sé». Sabiendo, dice: «No sé». Al no ver, dice: «Ya veo». Y viendo, dice: «No veo». Así que miente deliberadamente para sí mismo o por el beneficio de otros, o por alguna razón mundana trivial. Habla divisivamente. Repite en un lugar lo que escuchó en otro para dividir a las personas entre sí. Y así divide a los que están en armonía, apoyando la división, deleitándose en la división, amando la división, hablando palabras que promueven la división. Habla con crueldad. Usa el tipo de palabras que son crueles, desagradables, hirientes, ofensivas, rayanas en la ira, que no conducen a la paz interior. Dice tonterías. Su discurso es inoportuno y no es factual ni beneficioso. No tiene nada que ver con la Enseñanza ni la Disciplina. Sus palabras no tienen valor y son inoportunas, irracionales, divagantes y sin sentido. Ese tipo de comportamiento verbal hace que los hábitos malsanos crezcan mientras que declinan las buenas cualidades.

—¿Y qué tipo de comportamiento verbal hace que los defectos disminuyan mientras que crecen las buenas cualidades?

—Es cuando cierta persona deja de mentir. Se le convoca a un consejo, una asamblea, una reunión familiar, un gremio o la corte real, y se le pide que testifique: «Por favor, señor, di lo que sabes». Sin saberlo, dice: «No sé». Sabiendo, dice: «Lo sé». Al no ver, dice: «No veo». Y viendo, dice: «Ya veo». Así que no miente deliberadamente por el beneficio de él mismos o de otros, o por alguna razón mundana trivial. Renuncia al discurso divisivo. No repite en un lugar lo que escuchó en otro para dividir a las personas entre sí. En cambio, reconcilia a los que están divididos, apoyando la unidad, deleitándose en la armonía, amando la armonía, hablando palabras que promueven la armonía. Renuncia al lenguaje cruel. Habla de una manera suave, agradable al oído, encantadora, conmovedora, educada, simpática y agradable para la gente. Deja de decir tonterías. Sus palabras son oportunas, verdaderas y significativas, en consonancia con la Enseñanza y la Disciplina. Dice cosas en el momento adecuado que son valiosas, razonables, concisas y beneficiosas. Ese tipo de comportamiento verbal hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras que crecen las buenas cualidades.

«Digo que hay dos tipos de comportamiento verbal: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar. Y cada uno de estos es un tipo de comportamiento verbal».

Eso es lo que dijo el Buddha, y por eso lo dijo.

«Digo que hay dos tipos de comportamiento mental: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar. Y cada uno de estos es un tipo de comportamiento mental». Eso es lo que dijo el Buddha, pero ¿por qué lo dijo?

No se debe cultivar el tipo de comportamiento mental que hace que los defectos perjudiciales crezcan mientras que declinan las buenas cualidades. Y se debe cultivar el tipo de comportamiento mental que hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras crecen las buenas cualidades.

—¿Y qué tipo de comportamiento mental hace que crezcan los defectos perjudiciales mientras que declinan las buenas cualidades?

—Es cuando alguien es codicioso. Ansía la riqueza y las pertenencias de los demás, piensa: «¡Oh, si tan solo sus pertenencias fueran mías!». Tiene malevolencia e intenciones odiosas: «¡Que estos seres vivos sean asesinados, masacrados, exterminados, destruidos o aniquilados!». Ese tipo de comportamiento mental hace que crezcan los defectos mientras que declinan las buenas cualidades.

—¿Y qué tipo de comportamiento mental hace que los defectos disminuyan mientras crecen las buenas cualidades?

—Es cuando alguien está satisfecho. No ansía la riqueza y las pertenencias de los demás, no piensa: «¡Oh, si tan solo sus pertenencias fueran mías!». Tiene una mente bondadosa y el pensamiento amoroso: «¡Que estos seres vivos vivan libres de enemistad y de malicia, tranquilos y felices!». Ese tipo de comportamiento mental hace que los defectos disminuyan mientras que crecen las buenas cualidades.

«Digo que hay dos tipos de comportamiento mental: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar. Y cada uno de estos es un tipo de comportamiento mental». Eso es lo que dijo el Buddha, y por eso lo dijo.

«Digo que hay dos formas de dar lugar a una actitud: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de estas es una forma de hacer surgir una actitud». Eso es lo que dijo el Buddha, pero ¿por qué lo dijo?

No se debe la manera de dar lugar a una actitud que hace que crezcan los hábitos malsanos mientras que declinan las buenas cualidades. Y se debe cultivar la manera de dar lugar a una actitud que hace que los hábitos malsanos declinen mientras crecen las buenas cualidades.

—¿Y cuál es la manera de dar lugar a una actitud que hace que crezcan los hábitos malsanos mientras que declinan las buenas cualidades?

—Es cuando alguien es codicioso y vive con el corazón lleno de ansia. Es malicioso y vive con el corazón lleno de malevolencia. Es hiriente y vive con la disposición de hacer daño. Esa es la manera de dar lugar a una actitud que hace que crezcan los hábitos malsanos mientras que declinan las buenas cualidades.

—¿Y cuál es la manera de dar lugar a una actitud que hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras crecen las buenas cualidades?

—Es cuando alguien está satisfecho y vive lleno de alegría. Tiene benevolencia y vive lleno de benevolencia. Es amable y vive lleno de bondad. Esa forma de dar lugar a una actitud que hace que los defectos disminuyan mientras que crecen las buenas cualidades.

«Digo que hay dos formas de dar lugar a una actitud: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de estas es una forma de hacer surgir una actitud». Eso es lo que dijo el Buddha, y por eso lo dijo.

«Digo que hay dos formas de adquirir percepción: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de ellas es una forma de adquirir percepción». Eso es lo que dijo el Buddha, pero ¿por qué lo dijo?

No se debe cultivar la forma de adquirir la percepción que hace que los hábitos malsanos crezcan mientras que declinan las buenas cualidades. Y debe cultivar la forma de adquirir la percepción que hace que los hábitos malsanos disminuyan mientras que crecen las buenas cualidades.

—¿Y qué forma de adquirir percepción hace que los hábitos malsanos crezcan mientras que declinan las buenas cualidades?

—Es cuando alguien es codicioso y vive con su percepción llena de ansia. Es malicioso y vive con su percepción llena de malevolencia. Es hiriente y vive con su percepción centrada en el daño. Esa forma de adquirir percepción hace que crezcan los hábitos malsanos mientras que declinan las buenas cualidades.

—¿Y qué forma de adquirir percepción hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras crecen las buenas cualidades?

—Es cuando alguien está satisfecho y vive con su percepción llena de satisfacción. Tiene benevolencia y vive con su percepción llena de benevolencia. Es amable y vive con su percepción llena de amabilidad. Esa forma de adquirir percepción hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras que crecen las buenas cualidades.

«Digo que hay dos formas de adquirir percepción: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de ellas es una forma de adquirir percepción». Eso es lo que dijo el Buddha, y por eso lo dijo.

«Digo que hay dos formas de adquirir creencias: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de ellas es una forma de adquirir creencias». Eso es lo que dijo el Buddha, pero ¿por qué lo dijo?

—No se debe cultivar la forma de adquirir creencias que hace que los defectos perjudiciales crezcan mientras que declinan las buenas cualidades. Y debe cultivar la forma de adquirir creencias que hace que los defectos disminuyan mientras que crecen las buenas cualidades.

—¿Y qué forma de adquirir creencias hace que crezcan los defectos mientras que declinan las buenas cualidades?

—Es cuando alguien tiene una creencia tal como esta: «No tiene sentido dar, sacrificar u ofrecer. No hay fruto ni resultado de buenas y malas acciones. No hay otra vida. No hay obligaciones para con la madre y el padre. Ningún ser renace sin padres. Y no hay ningún asceta o brahmán en este mundo que tenga la práctica correcta o que esté en el camino correcto, que describa el más allá después de lograrlo con su propia episteme». Esa forma de adquirir creencias hace que los defectos perjudiciales crezcan mientras que declinan las buenas cualidades.

—¿Y qué forma de adquirir creencias hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras crecen las buenas cualidades?

—Es cuando alguien tiene una creencia tal como esta: «Hay un significado en dar, sacrificar y ofrecer. Hay frutos y resultados de buenas y malas acciones. Hay una vida después de la muerte. Hay deberes para con la madre y el padre. Hay seres que renacen sin padres. Y hay ascetas y brahmanes que son perfectos y han alcanzado la perfección, y que han logrado este y el otro mundo con su propia episteme, de modo que tienen algo que enseñar a otros». Esa forma de adquirir creencias hace que los defectos disminuyan mientras que crecen las buenas cualidades.

«Digo que hay dos formas de adquirir creencias: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de ellas es una forma de adquirir creencias». Eso es lo que dijo el Buddha, y por eso lo dijo.

«Digo que hay dos formas de renacer: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Y cada una de estas es una forma de renacer». Eso es lo que dijo el Buddha, pero ¿por qué lo dijo?

—La forma de renacer que hace que los defectos perjudiciales crezcan mientras declinan las buenas cualidades: no se debe cultivar esa forma de renacer. La forma de renacer que hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras crecen las buenas cualidades: se debe cultivar esa forma de renacer.

—¿Y qué forma de renacer hace que las cualidades malas crezcan mientras que las cualidades buenas declinan?

—Generando renacimiento en una vida dolorosa que, por su falta de preparación, hace que crezcan los hábitos malsanos mientras que declinan las buenas cualidades.

—¿Y qué forma de renacer hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras crecen las buenas cualidades?

—Generando renacimiento en una vida placentera que, debido a su preparación, hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras crecen las buenas cualidades.

«Digo que hay dos formas de renacer: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar». Y cada una de estas es una forma de renacer. Eso es lo que dijo el Buddha, y por eso lo dijo.

Señor, así es como entiendo el significado detallado de la breve declaración del Buddha.

—¡Bien, bien, Sāriputta! Es bueno que comprendas el significado detallado de mi breve declaración de esta manera.

Y el Buddha continuó repitiendo y respaldando la explicación del venerable Sāriputta en su totalidad. Luego pasó a explicar más:

—Yo digo que hay dos tipos de imágenes que el ojo conoce: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Digo que hay dos tipos de sonidos conocidos por el oído… dos tipos de olor conocidos por la nariz… dos tipos de sabor conocidos por la lengua… dos tipos de tactos conocidos por el cuerpo… dos tipos de ideas conocidas por el intelecto: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar.

Cuando dijo esto, el venerable Sāriputta le dijo al Buddha:

—Señor, así es como entiendo el significado detallado de la breve declaración del Buddha.

«Yo digo que hay dos tipos de imagen que conoce el ojo: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar». Eso es lo que dijo el Buddha, pero ¿por qué lo dijo?

No se debe cultivar el tipo de imagen que el ojo conoce que hace que crezcan los hábitos malsanos mientras que declinan las buenas cualidades. Y se debe cultivar el tipo de imagen que conoce el ojo que hace que los hábitos malsanos disminuyan mientras crecen las buenas cualidades.

«Yo digo que hay dos tipos de imagen que conoce el ojo: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar». Eso es lo que dijo el Buddha, y por eso lo dijo. «Yo digo que hay dos tipos de sonidos conocidos por el oído… dos tipos de olor conocidos por la nariz… dos tipos de sabor conocidos por la lengua… dos tipos de tactos conocidos por el cuerpo… dos tipos de ideas conocidas por el intelecto: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar». Eso es lo que dijo el Buddha, pero ¿por qué lo dijo?

No se debe cultivar el tipo de idea conocida por el intelecto que hace que los hábitos malsanos crezcan mientras que declinan las buenas cualidades. Y se debe cultivar el tipo de idea conocida por el intelecto que hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras crecen las buenas cualidades.

«Yo digo que hay dos clases de ideas conocidas por el intelecto: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar». Eso es lo que dijo el Buddha, y por eso lo dijo. Señor, así es como entiendo el significado detallado de la breve declaración del Buddha.

—¡Bien, bien, Sāriputta! Es bueno que comprendas el significado detallado de mi breve declaración de esta manera.

Y el Buddha continuó repitiendo y respaldando la explicación del venerable Sāriputta en su totalidad. Luego pasó a explicar más:

—Digo que hay dos clases de túnicas: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar. Digo que hay dos tipos de limosna, comida… alojamiento… aldea… pueblo… ciudad… campo… persona: la que se debe cultivar y la que no se debe cultivar.

Cuando dijo esto, el venerable Sāriputta le dijo al Buddha:

—Señor, así es como entiendo el significado detallado de la breve declaración del Buddha.

«Digo que hay dos tipos de túnicas… la comida de las limosnas… alojamiento… aldea… pueblo… ciudad… campo… persona: el que se debe cultivar y el que no se debe cultivar». Eso es lo que dijo el Buddha, pero ¿por qué lo dijo?

No se debe cultivar el tipo de persona que hace crecer los hábitos malsanos mientras que declinan las buenas cualidades. Y se debe cultivar el tipo de persona que hace que los defectos perjudiciales disminuyan mientras crecen las buenas cualidades.

«Yo digo que hay dos clases de personas: las que se debe cultivar y las que no se debe cultivar». Eso es lo que dijo el Buddha, y por eso lo dijo.

Señor, así es como entiendo el significado detallado de la breve declaración del Buddha.

—¡Bien, bien, Sāriputta! Es bueno que comprenda el significado detallado de mi breve declaración de esta manera.

Y el Buddha continuó repitiendo y respaldando la explicación del venerable Sāriputta en su totalidad. Luego añadió:

—Si todos los chatrias, brahmanes, comerciantes y trabajadores entendieran el significado detallado de mi breve declaración de esta manera, les traería alegría y felicidad durante mucho tiempo. Si el mundo entero, con sus devas, Māras y Brahmās, con todos sus ascetas y brahmanes, devas y humanos, entendiera el significado detallado de mi breve declaración de esta manera, sería para el bienestar y la felicidad por mucho tiempo del mundo entero.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfecho, el venerable Sāriputta estaba feliz con lo que dijo el Buddha.

MN 113: Una buena persona

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en Bosquecillo de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Bhikkhus, os enseñaré las características de una buena persona y las características de una mala persona. Escuchad y prestad mucha atención, yo hablaré.

—Sí, señor —respondieron.

—¿Y cuáles son esas características?

El Buddha dijo esto:

—Tomemos el caso de una mala persona que ha salido de una familia eminente. Reflexiona: «He salido de una familia eminente, a diferencia de estos otros bhikkhus». Y se glorifica a sí mismo y menosprecia a los demás a causa de eso. Ésta es una característica de una mala persona.

Una buena persona reflexiona: «No es por mi eminente familia que los pensamientos de ansia, aversión o ignorancia llegan a su fin. Incluso si alguien no ha salido de una familia eminente, si practica de acuerdo con la enseñanza, practica correctamente y vive de acuerdo con la enseñanza, es digno de honor y elogio por eso». Se enfoca en la práctica, no se glorifica a sí mismo ni menosprecia a los demás a causa de su eminente familia. Ésta es una característica de una buena persona.

Además, tomemos el caso de una mala persona que ha salido de una gran familia… de una familia rica… de una familia extremadamente rica. Reflexiona: «Yo vengo de una familia extremadamente rica, a diferencia de estos otros bhikkhus». Y se glorifica a sí mismo y menosprecia a los demás a causa de eso. Esta también es una característica de una mala persona.

Una buena persona reflexiona: «No es debido a mi familia extremadamente rica que los pensamientos de ansia, aversión o ignorancia terminan. Incluso si alguien no ha salido de una familia extremadamente rica, si practica de acuerdo con la enseñanza, practica correctamente y vive de acuerdo con la enseñanza, es digno de honor y elogio por eso». Se enfoca en la práctica, no se glorifica a sí mismo ni menosprecia a los demás debido a su familia extremadamente rica.

Además, tomemos el caso de una mala persona que sea conocida y famosa. Reflexiona: «Soy conocido y famoso. Estos otros bhikkhus son oscuros e insignificantes». Y se glorifica a sí mismo y menosprecia a los demás a causa de eso. Esta también es una característica de una mala persona.

Una buena persona reflexiona: «No es por mi fama que los pensamientos de ansia, aversión o ignorancia llegan a su fin. Incluso si alguien no es muy conocido y famoso, si practica de acuerdo con la enseñanza, practica correctamente y vive de acuerdo con la enseñanza, es digno de honor y elogio por eso». Se enfoca en la práctica, no se glorifica a sí mismo ni menosprecia a los demás debido a su fama. Esta también es una característica de una buena persona.

Además, tomemos el caso de una mala persona que reciba túnicas, limosnas, comida, alojamiento, medicinas y suministros para los enfermos. Reflexiona: «Recibo túnicas, limosnas, comida, alojamiento, medicinas y suministros para los enfermos, a diferencia de estos otros bhikkhus». Y se glorifica a sí mismo y menosprecia a los demás a causa de eso. Esta también es una característica de una mala persona.

Una buena persona reflexiona: «No es por mis posesiones materiales que los pensamientos de ansia, aversión o ignorancia llegan a su fin. Incluso si alguien no recibe túnicas, limosnas, comida, alojamiento y medicinas y suministros para los enfermos, si practica de acuerdo con la enseñanza, practica adecuadamente y vive de acuerdo con la enseñanza, es digno de honor y alabanza». Se enfoca en la práctica, no se glorifica a sí mismo ni menosprecia a los demás a causa de sus posesiones materiales. Esta también es una característica de una buena persona.

Además, tomemos el caso de una mala persona que es muy erudita… un experto en los textos sobre la Disciplina monástica… un maestro de la Enseñanza… que habita en el bosque… que se viste de trapos… que come sólo la comida de las limosnas… que permanece en la raíz de un árbol… que reside en un cementerio… que se queda al aire libre… que nunca se acuesta… que duerme dondequiera que extienda su estera… que come en una sola sentada al día. Reflexiona: «Yo como de una vez al día, a diferencia de estos otros bhikkhus». Y se glorifica a sí mismo y menosprecia a los demás a causa de eso. Esta también es una característica de una mala persona.

Una buena persona reflexiona: «No es por comer de una vez al día que los pensamientos de ansia, aversión o ignorancia terminan. Incluso si alguien come en más de una sentada al día, si practica de acuerdo con la enseñanza, practica correctamente, y vive de acuerdo con la enseñanza, es digno de honor y alabanza por eso». Se enfoca en la práctica, no se glorifica a sí mismo ni menosprecia a los demás por comer en una sola sentada al día. Esta también es una característica de una buena persona.

Además, tomemos el caso de una mala persona que, totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entra y se sumerge en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirige la mente y la mantiene concentrada. Reflexiona: «He alcanzado la primera jhāna, a diferencia de estos otros bhikkhus». Y se glorifica a sí mismo y menosprecia a los demás a causa de eso. Esta también es una característica de una mala persona.

Una buena persona reflexiona: «El Buddha ha hablado de no identificarse ni siquiera con el logro de la primera jhāna. Porque no importa lo que pienses que es, resulta ser otra cosa». Por tanto, al poner la no identificación en primer lugar, no se elogia a sí mismo por su estado de consecución de la primera jhāna. Esta también es una característica de una buena persona.

Además, tomemos el caso de una mala persona que, a medida que desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entra y se sumerge en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen de la concentración, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento… la tercera jhāna… la cuarta jhāna. Reflexiona así: «He alcanzado la cuarta jhāna, a diferencia de estos otros bhikkhus». Y se glorifica a sí mismo y menosprecia a los demás a causa de eso. Esta también es una característica de una mala persona.

Una buena persona reflexiona: «El Buddha ha hablado de no identificarse ni siquiera con el logro de la cuarta jhāna. Porque no importa lo que pienses que es, resulta ser otra cosa». Por tanto, al poner la no identificación en primer lugar, no se elogia a sí mismo por su estado de consecución de la primera jhāna. Esta también es una característica de una buena persona.

Además, tomemos el caso de alguien que dejando atrás las qualia, superando la percepción sensorial, abandonando las distracciones, que entre y permanezca en un Lugar Vacío… un Lugar Sin Límites Conocidos… Ningún Lugar… en la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia. Reflexiona: «He alcanzado la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia, a diferencia de estos otros bhikkhus». Y se glorifica a sí mismo y menosprecia a los demás a causa de eso. Esta también es una característica de una mala persona.

Una buena persona reflexiona: «El Buddha ha hablado de no identificarse ni siquiera con el logro de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia. Porque no importa lo que pienses que es, resulta ser otra cosa». Por tanto, al poner la no identificación en primer lugar por haber alcanzado la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia. Esta también es una característica de una buena persona.

Además, tome una buena persona que, yendo totalmente más allá de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia, entra y se sumerge en el cese de los factores de aferramiento a la existencia habiendo visto con episteme, sus tendencias subyacentes llegan a su fin. Este es un bhikkhu que ya no se identifica con nada. Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.

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