MN 112: Las seis purificaciones

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en Bosquecillo de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Tomemos el caso de un bhikkhu que declara la iluminación: «Entiendo: el renacimiento ha terminado, la vida de renuncia se ha completado, lo que tenía que hacerse se ha hecho, no hay retorno a ningún estado de existencia». No debe aprobar ni rechazar la declaración de ese bhikkhu. Más bien, se le debería cuestionar así:

—Venerable, estos cuatro tipos de expresión han sido correctamente explicados por el Bendito, que conoce y ve, el Digno, el Buddha plenamente despierto.

—¿Qué cuatro?

—Se habla de lo comprendido como comprendido, lo escuchado como escuchado, lo percibido sensorialmente como percibido sensorialmente y lo reconocido como reconocido. Estos son los cuatro tipos de expresión correctamente explicados por el Bendito, que conoce y ve, el Digno, el Buddha plenamente despierto. ¿Cómo sabes, cómo ves, en relación con estos cuatro modos de expresión, que tu mente está libre de tendencias subyacentes sin dejar ningún residuo?

Un bhikkhu que ha terminado con las tendencias subyacentes, que ha completado la vida ascética, que hizo lo que tenía que hacer, dejó la carga, logró su propia meta, puso fin por completo a la adicción al renacimiento y se liberó correctamente a través de la episteme, que está en línea con la enseñanza, responderá:

«Venerable, vivo sin atracción ni aversión por lo que se ve, independiente, desatado, liberado, desapegado, mi mente está libre de límites. Vivo sin atracción ni aversión por lo que se escucha… se piensa… o se conoce, independiente, desatado, liberado, desapegado, mi mente está libre de límites. Así es como sé, como veo en relación con estos cuatro modos de expresión, que mi mente está libre de tendencias subyacentes sin dejar ningún residuo».

Decidle:

—¡Bien! —y deberíais aplaudir y animar la declaración de ese bhikkhu.

Luego hacedle una pregunta adicional:

—Venerable, el Buddha ha explicado correctamente estos cinco factores del aferramiento a la existencia.

—¿Qué cinco?

—Es decir, los factores del aferramiento a la existencia de las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional y la cognición. Estos son los cinco factores del aferramiento a la existencia que el Buddha ha explicado correctamente.

—¿Cómo sabe y ve el venerable respecto a estos cinco factores del aferramiento a la existencia para que su mente se libere de las tendencias subyacentes al aferramiento?

—Un bhikkhu con las tendencias subyacentes en la conciencia erradicadas, que está en línea con la enseñanza, responderá:

«Venerable, sabiendo que las qualia son impotentes, se desvanecen y no son confiables, entiendo que mi mente se libera a través del final, el desvanecimiento, la cesación, la entrega y el abandono de la atracción, el aferramiento, la fijación mental, la insistencia y la tendencia subyacente a las qualia. Conociendo esa reacción emocional… percepción… situación condicional… la cognición es impotente, se desvanece y no es confiable, entiendo que mi mente se libera a través del final, desvanecimiento, cesación, entrega y abandono de la atracción, aferramiento, fijación mental, insistencia y tendencia subyacente a la cognición. Así es como conozco y veo con respecto a estos cinco factores del aferramiento a la existencia, de modo que mi mente se libera de las tendencias subyacentes al aferramiento».

—Decidle:

—¡Bien! —y deberíais aplaudir y animar la declaración de ese bhikkhu

Luego hacedle una pregunta adicional:

—Venerable, estos seis elementos han sido explicados correctamente por el Buddha.

—¿Qué seis?

—Los elementos de la tierra, el agua, el fuego, el aire, el espacio y la vida. Estos son los seis elementos que el Buddha explicó correctamente. ¿Cómo sabe y ve el venerable respecto a estos a estos seis elementos para que su mente se libere de las tendencias subyacentes al aferramiento?

Un bhikkhu con las tendencias subyacentes en la conciencia erradicadas, que está en línea con la enseñanza, responderá:

«Venerables, no he tomado el elemento tierra como “yo”, ni hay un quién basado en el elemento tierra. Y entiendo que mi mente se libera a través del final, el desvanecimiento, la cesación y el abandono de la atracción, el aferramiento, la fijación mental, la insistencia y la tendencia subyacente basada en el elemento tierra. No he tomado el elemento agua… el elemento fuego… el elemento aire… el elemento espacio… el elemento vida como “yo”, ni hay un quién basado en el elemento vida. Y entiendo que mi mente se libera mediante el fin de la atracción basada en el elemento vida. Así es como conozco y veo estos seis elementos para que mi mente se libere de las tendencias subyacentes al aferramiento».

Decid:

—¡Bien! —y deberíais aplaudir y animar la declaración de ese bhikkhu

Luego hacedle una pregunta adicional:

—Venerable, estos seis campos de los sentidos subjetivos y objetivos han sido explicados correctamente por el Buddha.

—¿Qué seis?

—El ojo y las imágenes, el oído y los sonidos, la nariz y los olores, la lengua y los gustos, el cuerpo y el tacto, el intelecto y las ideas. Estos son los seis campos de los sentidos subjetivos y objetivos que el Buddha ha explicado correctamente. ¿Cómo sabe y ve el venerable con respecto a estos seis campos de los sentidos subjetivos y objetivos para que su mente se libere de las tendencias subyacentes al aferramiento?

Un bhikkhu con las tendencias subyacentes en la conciencia erradicadas, que está en línea con la enseñanza, responderá:

«En cuanto al ansia, al placer o a la atracción que pueda surgir en conexión con el ojo, las imágenes, la cognición del ojo y las cosas cognoscibles por la cognición del ojo, veo que mi mente ha erradicado por completo el ansia y ha soltado los anhelos apasionados por esto y por las tendencias subyacentes a aferrarme a ello. Lo he abandonado, lo solté y me liberé por completo de ello.

En cuanto al ansia, al placer o a la atracción que pueda surgir en conexión con el oído… la nariz… la lengua… el cuerpo… el intelecto, las ideas, la cognición mental y las cosas cognoscibles por la cognición mental. Así es como conozco y veo respecto a estos seis campos de los sentidos subjetivos y objetivos, de modo que mi mente se libera de las tendencias subyacentes al aferramiento».

—Decidle:

—¡Bien! —y deberíais aplaudir y animar la declaración de ese bhikkhu.

Luego hacer una pregunta adicional:

—¿Cómo sabes, cómo ves que todas las tendencias a creer que «soy yo quien hace esto», o «esto me hacen a mí», fueron erradicadas en este cuerpo con su conciencia y los fenómenos objetivos asociados?

Un bhikkhu con las tendencias subyacentes en la conciencia erradicadas, que está en línea con la enseñanza, responderá:

«Antes, venerables, cuando todavía era un laico, era ignorante. Entonces el Tathāgata o uno de sus discípulos me impartió la Enseñanza. Gané fe en el Tathāgata y reflexioné: “Vivir en una casa es estrecho y sucio, pero la vida de quien ha renunciado es muy abierta. No es fácil para alguien que vive en casa llevar una vida de renuncia completamente plena y pura, como una cáscara pulida. ¿Por qué no me corto el pelo y la barba, me visto con túnicas de color rojo amarillento y paso de la vida hogareña a la vida sin hogar?”.

Después de algún tiempo entregué una fortuna grande o pequeña, y un círculo familiar grande o pequeño. Me afeité el cabello y la barba, me vestí con túnicas de color rojo amarillento y pasé de la vida hogareña a la vida sin hogar. Una vez que salí, asumí la Disciplina y el sustento de los bhikkhus. Dejé de matar seres vivos, renuncié a la vara y a la espada. Fui escrupuloso y amable, viviendo lleno de misericordia por todos los seres vivos. Dejé de robar. Solo tomé lo que me dieron y esperé solo lo que me dieron. Me mantuve limpio al no robar. Renuncié a la falta de castidad. Me volví célibe, apartado, evitando la práctica habitual del sexo. Dejé de mentir. Dije la verdad y me apegué a la verdad. Fui honesto y digno de confianza, no engañando al mundo con mis palabras. Dejé el discurso divisivo. No repetí en un lugar lo que escuché en otro para dividir a las personas entre sí. En cambio, reconcilié a aquellos que están divididos, apoyando la unidad, deleitándome en la armonía, amando la armonía, hablando palabras que promueven la armonía. Dejé de hablar cruelmente. Hablé de una manera suave, agradable al oído, encantadora, conmovedora, cortés, seductora y agradable para la gente.

Dejé de decir tonterías. Mis palabras fueron oportunas, verdaderas y significativas, en consonancia con la Enseñanza y la Disciplina. Dije cosas en el momento adecuado que son valiosas, razonables, concisas y beneficiosas, seductoras y agradables a la gente.

Evité dañar plantas y semillas. Comí en una parte del día, absteniéndome de comer por la noche y en el momento inadecuado. Evité bailar, cantar, escuchar música y ver espectáculos. Evité embellecerme y adornarme con guirnaldas, perfumes y maquillajes. Evité las camas alzadas y camas amplias. Evité recibir oro y dinero, granos crudos, carne cruda, mujeres y niñas, siervos y esclavas, cabras y ovejas, gallinas y cerdos, elefantes, vacas, caballos y yeguas, campos y tierras. Evité hacer mandados y mensajes, comprar y vender, falsificar pesos, metales o medidas. Evité el soborno, el fraude, el engaño y la doblez. Evité la mutilación, el asesinato, el secuestro, el bandidaje, el saqueo y la violencia.

Me contenté con túnicas para cuidar el cuerpo y la comida de las limosnas para cuidar el vientre. Dondequiera que fui, me dispuse a llevar solo estas cosas. Como un pájaro: dondequiera que vuela, las alas son su única carga. De la misma manera, me contenté con túnicas para cuidar el cuerpo y la comida de las limosnas para cuidar el vientre. Dondequiera que fui, me dispuse a llevar solo estas cosas. Cuando tuve todo este conjunto de ética noble, experimenté una felicidad irreprochable dentro de mí.

Cuando vi una imagen con mis ojos, no me dejé atrapar por las características y los detalles. Si la facultad de la vista se dejara sin restricciones, los malos y perjudiciales defectos del ansia y la aversión se volverían abrumadores. Por esta razón, practiqué la contención, protegiendo la facultad de la vista y logrando su dominio. Cuando escuché un sonido con mis oídos… Cuando olí un olor con mi nariz… Cuando probé un sabor con mi lengua… Cuando sentí un tacto con mi cuerpo… Cuando conocí una idea con mi intelecto, no me dejé atrapar en las características y los detalles. Si la facultad de la mente se dejara sin restricciones, los malos y perjudiciales defectos del ansia y la aversión se volverían abrumadores. Por esta razón, practiqué la moderación, protegiendo la facultad de la mente y logrando su dominio. Cuando tuve este noble sentido de moderación,

Actué con conciencia de la situación al salir y al volver, al mirar hacia adelante y hacia un lado, al doblar y extender las extremidades, al llevar la túnica exterior, el cuenco y la túnica, al comer, al beber, al masticar y al probar, al orinar y al defecar, al caminar, levantarse y sentarse, al dormir y al despertarse, al hablar y al guardar silencio.

Cuando tuve este noble espectro de ética, esta noble moderación de los sentidos y esta noble atención y conciencia de la situación, frecuentaba un alojamiento apartado: un bosque, la raíz de un árbol, una colina, un barranco, una cueva de montaña, un cementerio, la jungla, el aire libre, un montón de paja. Después de la comida, regresé de la ronda de limosnas, me senté con las piernas cruzadas y el cuerpo erguido y establecí la impasibilidad allí mismo.

Abandonando el ansia por el mundo, contemplé con una mente libre de ansia, limpiando la mente de ansia. Abandonando el odio y la malevolencia, contemplé con una mente libre de malevolencia, llena de misericordia por todos los seres vivos, limpiando la mente de la malevolencia. Abandonando el embotamiento y la somnolencia, contemplé con una mente libre de embotamiento y somnolencia, percibiendo luz, consciente y lúcido, limpiando la mente de embotamiento y somnolencia. Abandonando la inquietud y el remordimiento, contemplé sin inquietud, mi mente en paz interior, limpiando la mente de inquietud y remordimiento. Abandonando la duda, contemplé habiendo ido más allá de la duda, no indeciso acerca de las buenas cualidades, limpiando la mente de dudas.

Renuncié a estos cinco obstáculos, tendencias subyacentes de la conciencia que debilitan la sabiduría. Entonces, totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entré y permanecí en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirigí la mente y la mantuve concentrada. A medida que desaparecía el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entré y permanecí en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen de la concentración, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento. Y con el desvanecimiento del placer, entré y permanecí en la tercera jhāna, donde contemplé con impasibilidad, diligente y decidido y sentí el bienestar corporal del que los nobles declaran: «impasible y decidido, uno permanece en la felicidad». Abandonando el placer y el dolor, y poniendo fin a la felicidad y la tristeza anteriores, entré y permanecí en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis.

Cuando mi mente se sumergió en absorción completa de esta manera, purificada, brillante, impecable, libre de tendencias subyacentes, flexible, funcional, firme e imperturbable, la extendí hacia el conocimiento del fin de las tendencias subyacentes. Realmente entendí: “Esto es sufrimiento”… “Este es el origen del sufrimiento”… “Este es el cese del sufrimiento”… “Esta es la práctica que lleva al cese del sufrimiento”. Realmente entendí: “Estas son las tendencias subyacentes”… “Este es el origen de las tendencias subyacentes”… “Este es el cese de las tendencias subyacentes”… “Esta es la práctica que conduce al cese de las tendencias subyacentes”.

Sabiendo y viendo así, mi conciencia se liberó de las tendencia subyacentes de la sensorialidad, del ansia de renacer y de la ignorancia. Cuando fue liberado, supe que estaba liberado. Entendí: “El renacimiento ha terminado, la vida de renuncia se ha completado, lo que tenía que hacerse se ha hecho, no hay retorno a ningún estado de existencia”. Así es como sé y veo, de modo que he erradicado todas las tendencias a creer que “soy yo quien hace esto”, o “esto me hacen a mí”, fueron erradicadas en este cuerpo con su conciencia y los fenómenos objetivos asociados».

—Decidle: «¡Bien!». Deberíais aplaudir y alegrar la declaración de ese bhikkhu, y luego decidle: «¡Somos afortunados, venerable, muy afortunados de ver a un venerable como tú como uno de nuestros compañeros renunciantes!».

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.

MN 111: Uno por uno

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en Bosquecillo de Jeta, en el monasterio de Anāthapiṇḍika. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Sāriputta es inteligente, bhikkhus. Tiene gran sabiduría, sabiduría generalizada, sabiduría risueña, sabiduría rápida, sabiduría aguda y sabiduría penetrante. Durante quince días practicó la observación los fenómenos ininterrumpidamente con una profunda percepción. Tal es la visión ininterrumpida de Sariputta sobre los fenómenos, bhikkhus:

Totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entró y permaneció en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirigió la mente y la mantuvo concentrada.

Y distinguió los fenómenos en la primera jhāna uno por uno: direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, el placer, la felicidad y concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.

A medida que desparecía el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entró y permaneció en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que nace de la contemplación, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, sin direccionar de la mente sobre las formas en movimiento.

Y distinguió los fenómenos en la segunda jhāna uno por uno: la confianza interna, el placer, la felicidad y concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.

Además, con el desvanecimiento del placer, entró y permaneció en la tercera jhāna, donde contempló con impasibilidad, diligente y decidido y sintió el bienestar corporal del que los nobles declaran: «impasible y decidido, uno permanece en la felicidad».

Y distinguió los fenómenos en la tercera jhāna uno por uno: la felicidad y concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.

Además, abandonando el placer y el dolor, y poniendo fin a la felicidad y la tristeza anteriores, entró y permaneció en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis.

Y distinguió los fenómenos en la cuarta jhāna uno por uno: la impasibilidad, la reacción emocional indiferente, la despreocupación mental debido a la tranquilidad y la impasibilidad pura y la concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.

Además, dejando atrás las qualia, superando la percepción sensorial, abandonando las distracciones, consciente de que «es un Lugar Vacío» entró y permaneció en un Lugar Vacío.

Y distinguió los fenómenos de la dimensión de «un Lugar Vacío» uno por uno: la percepción de la dimensión de un Lugar Vacío y la concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.

Además, yendo totalmente más allá de un Lugar Vacío, consciente de que «es un Lugar Sin Límites Conocidos» entró y permaneció en un Lugar Sin Límites Conocidos.

Y distinguió los fenómenos la dimensión de «un Lugar Sin Límites Conocidos» uno por uno: la percepción de la dimensión de un Lugar Sin Límites Conocidos y la concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.

Además, yendo totalmente más allá de un Lugar Sin Límites Conocidos, consciente de que «no hay Ningún Lugar», entró y permaneció en Ningún Lugar.

Y distinguió los fenómenos de la dimensión de «Ningún Lugar» uno por uno: la percepción de la dimensión de Ningún Lugar y la concentración de la mente. Las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional, la cognición, el entusiasmo, la decisión, la energía, la intuición, la impasibilidad y la consideración. Iba conociendo estos fenómenos a medida que surgían, se mantenían y se iban. Él entendió: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión a estos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, con su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.

Además, yendo totalmente más allá de Ningún Lugar, entró y permaneció en la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia.

Y emergió de ese logro con impasibilidad. Luego contempló los fenómenos en ese logro que había pasado, cesado y perecido: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión por esos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, su mente libre de límites. Entendió: «Hay un escape más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que sí.

Además, yendo totalmente más allá de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia, entró y permaneció en el cese de los factores de aferramiento a la existencia. Y habiendo visto con episteme, sus tendencias subyacentes llegaron a su fin.

Y emergió de ese logro con impasibilidad. Luego contempló los fenómenos en ese logro que había pasado, cesado y perecido: «Entonces parece que estos fenómenos, al no haber existido, surgieron, y habiendo surgido, se van volando». Y entrenó sin atracción ni aversión por esos fenómenos, independiente, desatado, liberado, desapegado, su mente libre de límites. Entendió: «No hay escapatoria más allá». Y mediante la práctica repetida supo con certeza que no la hay.

Y si hay alguien de quien se puede decir correctamente que ha alcanzado el dominio y la perfección en la noble ética, la contemplación, la sabiduría y la liberación, ese es Sāriputta.

Y si hay alguien de quien se pueda decir con razón que es el verdadero hijo del Buddha, nacido de su boca, nacido de la enseñanza, creado por la enseñanza, heredero de la enseñanza, no heredero de las cosas materiales, ese es Sāriputta.

Sāriputta sigue haciendo rodar correctamente la Rueda de la Enseñanza que puso en marcha el Tathāgata.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.

MN 110: Discurso breve en la noche de luna llena

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en el Monasterio Oriental, en la casa comunal sobre pilotes de la madre de Migāra.

En ese momento, era la fiesta, la luna llena del decimoquinto día, y el Buddha estaba sentado al aire libre rodeado por el Saṅgha de los bhikkhus. Luego, el Buddha miró alrededor del Saṅgha de los bhikkhus, que estaban muy silenciosos y se dirigió a ellos,

—Bhikkhus, ¿podría una mala persona conocer a una mala persona: «este individuo es una mala persona»?

—No, señor.

—¡Bien, bhikkhus! Es imposible, no puede suceder, que una mala persona pueda conocer a una mala persona: «este individuo es una mala persona».

—Pero, ¿podría una mala persona conocer a una buena persona: «este individuo es una buena persona»?

—No, señor.

—¡Bien, bhikkhus! Eso también es imposible. Una mala persona tiene malas cualidades, se asocia con malas personas y tiene las intenciones, consejos, habla, acciones, creencias y generosidad de una mala persona.

—¿Y cómo es que una mala persona tiene malas cualidades?

—Es cuando una mala persona es infiel, desvergonzada, imprudente, sin educación, perezosa, descuidada y sin sentido. Así es como una mala persona tiene malas cualidades.

—¿Y cómo se asocia una mala persona con la mala gente?

—Es cuando una mala persona es amiga y compañera de ascetas y brahmanes que son infieles, desvergonzados, imprudentes, sin educación, perezosos, descuidados y estúpidos. Así es como una mala persona se asocia con mala gente.

—¿Y cómo una mala persona tiene las intenciones de una mala persona?

—Es cuando una mala persona tiene la disposición de lastimarse a sí misma, lastimar a otros y lastimarse a sí mismo y a otros. Así es como una mala persona tiene las intenciones de una mala persona.

—¿Y cómo una mala persona ofrece el consejo de una mala persona?

—Es cuando una mala persona ofrece un consejo que se hiere a sí misma, hiere a los demás y hiere a sí misma y a los demás. Así es como una mala persona ofrece el consejo de una mala persona.

—¿Y cómo una mala persona tiene el habla de una mala persona?

—Es cuando una mala persona usa un lenguaje falso, divisivo, cruel y sin sentido. Así es como una mala persona tiene el habla de una mala persona.

—¿Y cómo una mala persona tiene la acción de una mala persona?

—Es cuando una mala persona mata a seres vivos, roba y mantiene relaciones sexuales con la mujer de otro. Así es como una mala persona tiene las acciones de una mala persona.

—¿Y cómo una mala persona ve a una mala persona?

—Es cuando una mala persona tiene una creencia tal como esta: «No tiene sentido dar, sacrificar u ofrecer. No hay fruto ni resultado de buenas y malas acciones. No hay otra vida. No hay ninguna obligación con la madre y el padre. Ningún ser renace sin padres. Y no hay ningún asceta o brahmán en este mundo que tenga la práctica correcta o que esté en el camino correcto, que describa el más allá después de lograrlo con su propia episteme». Así es como una mala persona ve a una mala persona.

—¿Y cómo una mala persona da los dones de una mala persona?

—Es cuando una mala persona da un regalo descuidadamente, no con su propia mano, y sin pensarlo. Da la escoria y da sin tener en cuenta las consecuencias. Así es como una mala persona da los dones de una mala persona. Esa mala persona, que tiene tan malas cualidades, frecuenta a personas malas y tiene las intenciones, consejos, habla, acciones, creencias y entrega de una mala persona, al romperse su cuerpo, después de la muerte, renace en el lugar donde la mala la gente renace.

—¿Y cuál es el lugar donde renacen las personas malas?

—El infierno o el reino animal.

Bhikkhus, ¿podría una buena persona conocer a una buena persona: «este individuo es una buena persona»?

—Sí, señor.

—¡Bien, bhikkhus! Es posible que una buena persona conozca a una buena persona: «este individuo es una buena persona».

—Pero, ¿podría una buena persona conocer a una mala persona: «este individuo es una mala persona»?

—Sí, señor.

—¡Bien, bhikkhus! Eso también es posible. Una buena persona tiene buenas cualidades, se asocia con buena gente y tiene las intenciones, consejos, habla, acciones, creencias y generosidad de una buena persona.

—¿Y cómo una buena persona tiene buenas cualidades?

—Es cuando una buena persona es fiel, concienzuda, prudente, erudita, enérgica, consciente y sabia. Así es como una buena persona tiene buenas cualidades.

—¿Y cómo se relaciona una buena persona con la buena gente?

—Es cuando una buena persona es amiga y compañera de ascetas y brahmanes que son fieles, concienzudos, prudentes, instruidos, enérgicos, atentos y sabios. Así es como una buena persona se asocia con buena gente.

—¿Y cómo una buena persona tiene la disposición de una buena persona?

—Es cuando una buena persona no tiene la disposición de lastimarse a sí misma, lastimar a los demás y lastimarse a sí misma y a otros. Así es como una buena persona tiene la disposición de una buena persona.

—¿Y cómo una buena persona ofrece el consejo de una buena persona?

—Es cuando una buena persona ofrece un consejo que no se lastima a sí misma, ni a los demás ni a sí misma y a los demás. Así es como una buena persona ofrece el consejo de una buena persona.

—¿Y cómo una buena persona tiene el habla de una buena persona?

—Es cuando una buena persona se abstiene de hablar que es falso, divisivo, cruel o sin sentido. Así es como una buena persona tiene el habla de una buena persona.

—¿Y cómo una buena persona tiene la acción de una buena persona?

—Es cuando una buena persona se abstiene de matar seres vivos, robar y mantener relaciones sexuales con la mujer de otro. Así es como una buena persona tiene la acción de una buena persona.

—¿Y cómo una buena persona ve a una buena persona?

—Es cuando una buena persona tiene una creencia tal como esta: «Hay un significado en dar, sacrificar y ofrecer. Hay frutos y resultados de buenas y malas acciones. Hay una vida después de la muerte. Hay deberes para con la madre y el padre. Hay seres que renacen sin padres. Y hay ascetas y brahmanes que son perfectos y han alcanzado la perfección, y que han logrado este y el otro mundo con su propia episteme, de modo que tienen algo que enseñar a otros».

Así es como una buena persona ve a una buena persona.

—¿Y cómo una buena persona da los dones de una buena persona?

—Es cuando una buena persona da un regalo con cuidado, con su propia mano y con consideración. No dan la escoria y dan valorando las consecuencias. Así es como una buena persona da los dones de una buena persona.

Esa buena persona, que tiene tan buenas cualidades, se asocia con nobles y tiene la disposición, consejos, habla, acciones, creencias y generosidad de una buena persona, al romperse su cuerpo, después de la muerte, renace en el lugar donde la gente buena renace.

—¿Y cuál es el lugar donde renacen los nobles?

—Un estado de grandeza entre devas o humanos.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.

MN 109: Gran discurso en la noche de luna llena

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en el Monasterio Oriental, en la casa comunal sobre pilotes de la madre de Migāra.

En ese momento, era la fiesta de la luna llena del decimoquinto día, y el Buddha estaba sentado al aire libre rodeado por el Saṅgha de los bhikkhus.

Luego, uno de los bhikkhus se levantó de su asiento, se colocó la túnica sobre un hombro, levantó las palmas unidas hacia el Buddha y dijo:

—Me gustaría preguntarle al Buddha sobre cierto punto, si se toma el tiempo contestar.

—Bueno, entonces bhikkhu, tome asiento y pregunte lo que desee.

Ese bhikkhu tomó asiento y le dijo al Buddha:

—Señor, ¿son estos los cinco factores del aferramiento a la existencia: las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional y la cognición?

—Sí, lo son —respondió el Buddha.

Al decir «Bien, señor», ese bhikkhu dio su aprobación y estuvo de acuerdo con lo que dijo el Buddha. Luego hizo otra pregunta:

—Pero señor, ¿cuál es la raíz de estos cinco factores del aferramiento a la existencia?

—Estos cinco factores del aferramiento a la existencia tienen sus raíces en el aferramiento.

—Pero señor, ¿eso es exactamente lo mismo que los cinco factores del aferramiento a la existencia? ¿O es el aferramiento una cosa y los cinco factores del aferramiento a la existencia otra?

—No. Más bien, el ansia y la aversión por ellos es el aferramiento.

—Pero señor, ¿puede haber diferentes tipos de ansia y codicia por los cinco factores del aferramiento a la existencia?

—Puede ser así —dijo el Buddha.

Es cuando alguien piensa: «¡En el futuro, que pueda tener tal forma, tal reacción emocional, tal percepción, tales situación condicional y tal cognición!». Así es como hay diferentes tipos de ansia y codicia por los cinco factores del aferramiento a la existencia.

—Señor, ¿cuál es el alcance del término «factores del aferramiento a la existencia» aplicado a los factores del aferramiento a la existencia?

—Cualquier tipo de qualia: pasadas, futuras o presentes, objetivas o subjetivas, gruesas o finas, inferiores o superiores, lejos o cerca: esto se denomina elemento de qualia. Cualquier tipo de reacción emocional… Cualquier tipo de percepción… Cualquier tipo de situación condicional… Cualquier tipo de cognición: pasada, futura o presente, objetiva o subjetiva, gruesa o fina, inferior o superior, lejos o cerca: esto se llama el elemento vida. Ese es el alcance del término «factores del aferramiento a la existencia» aplicado a los factores del aferramiento a la existencia.

—¿Cuál es la causa, señor, cuál es la razón por la que se encuentre el factor de aferramiento a la existencia de las qualia? ¿Cuál es la causa, cuál es la razón por la cual se encuentre el factor de aferramiento a la existencia de la reacción emocional… la percepción… la situación condicional… la cognición?

—Los cuatro elementos primarios son la razón por la que se encuentra el factor de aferramiento a la existencia de las qualia. Las qualia son la razón por la que se encuentran los factores del aferramiento a la existencia de la reacción emocional… la percepción… y la situación condicional. Estos factores son las razones por las que se encuentra el factor de aferramiento a la existencia de la cognición.

—Pero señor, ¿cómo surge la creencia en la personificación?

—Es cuando una persona común y corriente sin educación no conoce a los nobles y no está capacitada ni entrenada en la Enseñanza de los nobles. No ha conocido a los nobles, ni está capacitada ni entrenada en la Enseñanza de los nobles.

Considera las qualia como su yo, o cree que el yo tiene qualia, que las qualia están en el yo o que el yo está en las qualia. Considera la reacción emocional como su yo, o cree que el yo tiene reacción emocional, que la reacción emocional está en el yo o que el yo está en la reacción emocional. Considera la percepción como su yo, o cree que el yo tiene percepción, que la percepción está en el yo o que el yo está en la percepción. Considera la situación condicional como su yo, o cree que el yo tiene situación condicional, que la situación condicional está en el yo o que el yo está en la situación condicional. Considera la cognición como su yo, o cree que el yo tiene cognición, que la cognición está en el yo o que el yo está en la cognición. Así es como surge la creencia en la personificación.

—Pero señor, ¿cómo no surge la creencia en la personificación?

—Es cuando un discípulo de los nobles culto ha conocido a los nobles y está capacitado y entrenado en la Enseñanza de los nobles. No considera las qualia como suyas propias, y no quiere decir que el yo tiene qualia, que las qualia están en el yo ni que el yo está en las qualia, no considera las reacciones emocionales como propias y no considera que las reacciones emocionales tengan qualia, que las reacciones emocionales estén en el yo ni que el yo esté en las reacciones emocionales. No considera la percepción como su yo, y no cree que el yo tenga percepción, que la percepción esté en el yo ni que el yo esté en la percepción. No considera la situación condicional como su yo, y no quiere decir que el yo tiene situación condicional, que la situación condicional están en el yo ni que el yo está en la situación condicional. Y no considera la cognición como su yo, y no quiere decir que el yo tiene cognición, que la cognición está en el yo ni que el yo está en la cognición. Así es como no surge la creencia en la personificación.

—Señor, ¿cuál es la ventaja, el inconveniente y la forma de terminar de las qualia, de la reacción emocional, de la percepción, de la situación condicional y de la cognición?

—El placer y la felicidad que surgen de las qualia son su ventaja. Esas qualia son perecederas y dolorosas son su inconveniente. Eliminar y renunciar a la aversión y al ansia por las qualia es su escape. El placer y la felicidad que surgen de la reacción emocional… de la percepción… de la situación condicional… de la cognición es su ventaja. Esa cognición es perecedera y dolorosa son sus inconvenientes. Eliminar y renunciar a la aversión y al ansia por la cognición es su escape.

—Pero, ¿cómo podemos ver, Maestro, cómo podemos saber que no hay un yo actuando y no hay acciones que sean mías en este cuerpo con su conciencia y los fenómenos externos asociados?

—Uno ve verdaderamente cualquier tipo de qualia: pasadas, futuras o presentes, objetivas o subjetivas, gruesas o finas, inferiores o superiores, lejos o cerca: toda qualia con episteme: «Esto no es mío, esto no soy yo, sobre esto no tengo control». Uno ve verdaderamente cualquier tipo de reacción emocional… percepción… situación condicional… cognición en absoluto: pasada, futura o presente, objetiva o subjetiva, gruesa o fina, inferior o superior, lejos o cerca, toda cognición, con episteme: «Esto no es mío, esto no soy yo, sobre esto no tengo control». Así es como se sabe y se ve para que todas las tendencias a creer que «soy yo quien hace esto», o «esto me hacen a mí», fueron erradicadas en este cuerpo con su conciencia y los fenómenos objetivos asociados.

En ese momento, uno de los bhikkhus pensó: «Entonces parece, que las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional y la cognición no soy yo. Entonces, ¿a qué yo afectarán las acciones realizadas por esto que no soy yo?».

Pero el Buddha, sabiendo lo que estaba pensando ese bhikkhu, se dirigió a los bhikkhus:

—Es posible que alguna persona tonta aquí, inconsciente e ignorante, su mente dominada por el ansia, crea que puede traspasar las instrucciones del maestro. Piensa: «así parece que las qualia, la reacción emocional, la percepción, la situación condicional y la cognición no soy yo. Entonces, ¿a qué yo afectarán las acciones realizadas por esto que no soy yo? Ahora, bhikkhus, les he enseñado a interrogar sobre todas estas cosas en todos esos casos».

¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Son las qualia perecederas o imperecederas?

—Perecederas, señor.

—Pero si son perecederas, ¿son desagradables o agradables?

—Desagradables, señor.

—Pero si son perecedera y desagradables, ¿es apropiado que se las considere así: «Esto es mío, esto soy yo, sobre esto tengo control»?

—No, señor.

—¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Es la reacción emocional… la percepción… la situación condicional… la cognición perecedera o imperecedera?

—Perecedera, señor.

—Pero si es perecedera, ¿es desagradable o agradable?

—Desagradable, señor.

—Pero si es perecedera y desagradable, ¿es apropiado que se le considere así: «Esto es mío, esto soy yo, sobre esto tengo control»?

—No, señor.

—Por lo tanto, deberíais ver realmente cualquier tipo de qualia: pasadas, futuras o presentes, objetivas o subjetivas, gruesas o finas, inferiores o superiores, lejos o cerca: toda qualia con episteme: «Esto no es mío, esto no soy yo, sobre esto no tengo control».

Verdaderamente deberíais ver cualquier tipo de reacción emocional… percepción… situación condicional… cognición en absoluto: pasada, futura o presente, objetiva o subjetiva, gruesa o fina, inferior o superior, lejos o cerca, toda cognición, con episteme: «Esto no es mío, esto no soy yo, sobre esto no tengo control».

Al ver esto, un discípulo de los nobles instruido se desilusiona con las qualia, con la reacción emocional, con la percepción, con la situación condicional y con la cognición.

Al estar desilusionado, el ansia se desvanece. Cuando el ansia se desvanece, se libera. Cuando se libera, sabe que está liberado.

Entiende: «El renacimiento se terminó, la vida de renuncia se completó, se hizo lo que tenía que hacer, no hay retorno a ningún estado de existencia».

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha. Y mientras se hablaba este discurso, las mentes de sesenta bhikkhus se liberaron de las tendencias subyacentes del aferramiento.

MN 108: Con Moggallāna, el guardián

Esto he oído.

En cierto momento, el venerable Ānanda se estaba quedando cerca de Rājagaha, en el bosque de Bambú, en el Comedero de las Ardillas. No pasó mucho tiempo después de que el Buddha se extinguió por completo. En ese momento, el rey Ajātasattu de Magadha fortificó Vedehiputta porque sospechaba que el rey Pajjota, estaba tramando algo.

Luego, el venerable Ānanda se vistió por la mañana y, tomando su cuenco y su túnica, entró en Rājagaha para pedir limosna.

Entonces se le ocurrió: «Es demasiado temprano para deambular por limosnas en Rājagaha. ¿Por qué no voy a ver al brahmán Moggallāna el guardián en su lugar de trabajo?».

Entonces eso es lo que hizo. Moggallāna el guardián vio a Ānanda que se acercaba a lo lejos y le dijo:

—¡Ven, maestro Ānanda! ¡Bienvenido, maestro Ānanda! Ha pasado mucho tiempo desde que aprovechaste la oportunidad para venir aquí. Por favor, señor, siéntate. Este asiento está listo.

Ānanda se sentó en el asiento extendido, mientras que Moggallāna tomó un asiento bajo y se sentó a un lado. Luego le dijo a Ānanda:

—Maestro Ānanda, ¿hay un solo bhikkhu que tenga las mismas cualidades en todos y cada uno de los aspectos que posee el Maestro Gotama, el Digno, el Buddha plenamente despierto?

—No, brahmán, no lo hay. Porque el Bendito dio lugar al camino no surgido, dio a luz al camino no nacido, explicó el camino inexplicable. Él era el conocedor del camino, el descubridor del camino, el experto en el camino. Y ahora los discípulos viven siguiendo ese camino.

Pero esta conversación entre Ānanda y Moggallāna el guardián quedó inconclusa, pues en ese momento, el brahmán Vassakāra, un ministro principal de Magadha, mientras supervisaba el trabajo en Rājagaha, se acercó a Ānanda en el lugar de trabajo de Moggallāna e intercambió saludos con él. Cuando terminaron los saludos y la conversación cortés, se sentó a un lado y le dijo a Ānanda:

—Maestro Ānanda, ¿de qué estaba hablando sentado hace un momento? ¿Qué conversación quedó inconclusa?

Entonces Ānanda le contó sobre la conversación que estaban teniendo cuando llegó Vassakāra.

Vassakāra dijo:

—Maestro Ānanda, ¿hay un solo bhikkhu que fue designado por el maestro Gotama, diciendo: «Este será vuestro refugio cuando yo fallezca»? ¿Quién os dirige ahora?

—No, nadie.

—¿Pero no hay ni un solo bhikkhu que haya sido elegido para tal cargo por el Saṅgha y designado por varios bhikkhus de alto rango?

—No, no lo hay.

—Pero, ya que carecen de refugio, maestro Ānanda, ¿cuál es la razón de su armonía?

—No nos falta un refugio, brahmán, tenemos un refugio. La Enseñanza es nuestro refugio.

—Pero al maestro Ānanda, cuando se le preguntó si había un solo bhikkhu, ya sea designado por el Buddha o elegido por el Saṅgha y designado por varios bhikkhus de alto rango, que le sirva de refugio después de la muerte del Buddha, a quien ahora se dirige, respondiste: «No, no lo hay». Pero dices que la razón de tu armonía es que tienes la Enseñanza como refugio. ¿Cómo debo entender el significado de esta declaración?

—El Bendito, que sabe y ve, el Digno, el Buddha completamente despierto estableció reglas de disciplina y recitó el código monástico para los bhikkhus. Los días de fiesta, todos los que vivimos en dependencia de un distrito de aldea nos reunimos como uno solo. Invitamos a alguien que haya ensayado recientemente el código a recitarlo. Si alguien recuerda una ofensa o transgresión mientras está recitando, procesamos el caso de acuerdo con la Enseñanza y de acuerdo con las instrucciones. Por lo tanto, no es un solo venerable quien decide el caso, son las reglas de disciplina las que deciden el caso.

—Maestro Ānanda, ¿hay un solo bhikkhu a quien honre, respete, venerable, venere y confíe?

—Lo hay, brahmán.

—Pero al maestro Ānanda, cuando se le preguntó si había un solo bhikkhu, ya sea designado por el Buddha o elegido por el Saṅgha y designado por varios bhikkhus de alto rango, que le sirva de refugio después de la muerte del Buddha, a quien ahora se dirige, respondiste: «No, no lo hay». Pero cuando se le preguntó si hay un solo bhikkhu a quien honre, respete, venerable, venere y en el que confíe, respondió: «Lo hay». ¿Cómo debo entender el significado de esta declaración?

—Hay diez cosas inspiradoras explicadas por el Bendito, que conoce y ve, el Digno, el Buddha plenamente despierto. Honramos a cualquiera en quien se encuentren estas cosas.

—¿Qué diez?

—Es cuando un bhikkhu es ético, comedido en el código monástico, se porta bien y busca limosna en lugares adecuados. Al ver el peligro en la más mínima falta, mantiene las reglas a las que se ha comprometido. Es muy estudioso, recuerda y guarda lo que ha aprendido. Estas Enseñanzas son buenas al principio, buenas en el medio y buenas al final, significativas y bien redactadas, y describen una práctica espiritual que es completamente plena y pura. Es muy docto en tales enseñanzas, recordándolas, reforzándolas, recitándolas, escudriñándolas mentalmente y comprendiéndolas teóricamente.

Está satisfecho con las túnicas, limosnas, comida, alojamiento, medicinas y suministros para los enfermos.

Logra las cuatro jhānas cuando lo desea, sin problemas ni dificultades.

Ejerce los diferentes tipos de habilidades paranormales: multiplicarse y volver a ser uno, aparecer y desaparecer, atravesar sin obstáculos un muro, una muralla o una montaña como si atravesara el espacio, zambullirse dentro y fuera de la tierra como si fuera agua, caminar sobre el agua como si fuera tierra, volando con las piernas cruzadas por el cielo como un pájaro, tocando y acariciando con la mano el sol y la luna, tan fuertes y poderosos. Controla el cuerpo hasta el reino de Brahmā.

Con una clariaudiencia purificada y sobrehumana, escucha ambos tipos de sonidos, humanos y divinos, cercanos o lejanos.

Entiende las conciencias de otros seres e individuos, habiéndolas comprendido con su propia mente. Entiende la conciencia con ansia como «conciencia con ansia» y la conciencia sin ansia como «conciencia sin ansia». Entienden la conciencia con aversión… conciencia sin aversión… conciencia con engaño… conciencia sin engaño… conciencia constreñida… conciencia dispersa… conciencia expansiva… conciencia no expansiva… conciencia que no es suprema… conciencia que es suprema… conciencia inmersa en absorción completa… conciencia no inmersa en absorción completa… conciencia libre… Él entiende la conciencia no liberada como «conciencia no liberada».

Recuerda muchos tipos de vidas pasadas. Es decir: uno, dos, tres, cuatro, cinco, diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, cien, mil, cien mil renacimientos, muchos eones del mundo contrayéndose, muchos eones del mundo expandiéndose, muchos eones del mundo contrayéndose y expandiéndose. Recuerda: «allí, me llamaron así, mi clan era aquel, me veía así, y esa era mi comida. Así fue como sentí placer y dolor, y así fue como terminó mi vida. Cuando fallecí en ese lugar, renací en otro lugar. Allí también me llamaron así, mi clan era aquel, me veía así y esa era mi comida. Así fue como sentí placer y dolor, y así fue como terminó mi vida. Cuando fallecí en ese lugar, renací aquí». Y así recuerda sus diferentes tipos de vidas pasadas, con sus características y detalles.

Con una clarividencia purificada y sobrehumana, ve a los seres vivos morir y renacer, inferiores y superiores, hermosos y feos, en un buen o mal lugar. Entiende cómo los seres vivos renacen de acuerdo con sus acciones.

Logra la liberación de la conciencia a través de la episteme en esta misma vida. Y vive habiéndolo conseguido con su propia episteme debido a la erradicación de las tendencias subyacentes.

Estas son las diez cosas inspiradoras explicadas por el Bendito, que conoce y ve, el Digno, el Buddha plenamente despierto. Honramos a cualquiera en quien se encuentra estas cosas y confiamos en ellas.

Cuando hubo hablado, Vassakāra se dirigió al general Upananda:

—¿Qué piensas, general? ¿Estos venerables honran, respetan, reverencian y veneran a los que son Dignos?

—De hecho lo hacen. Porque si estos venerables no honraran, respetaran, reverencian y veneraran a una persona así, ¿a quién honrarían entonces?

Entonces Vassakāra le dijo a Ānanda:

—¿Dónde te quedas ahora?

—En el bosque de bambú, brahmán.

—Espero que el bosque de Bambú sea encantador, tranquilo y silencioso, lejos del mundanal ruido, alejado de los asentamientos humanos y apto para un retiro.

—De hecho lo es, brahmán. Y es así gracias a protectores y guardianes como tú.

—Seguramente, maestro Ānanda, se debe a los venerables que entrenan, que han convertido en un hábito la contemplación. Porque los venerables de hecho contemplan y tienen el hábito de entrenar.

Una vez, maestro Ānanda, el Maestro Gotama estaba cerca de Vesālī, en el Gran Bosque, en el salón con el techo puntiagudo. Entonces fui a verlo. Y allí habló sobre la contemplación de muchas maneras. Entrenó y adquirió el hábito de entrenar. Y elogió todo tipo de contemplación.

—No, brahmán, el Buddha no elogió todo tipo de meditación, ni despreció todo tipo de meditación.

—¿Y qué tipo de meditación no elogió?

—Es cuando la mente de alguien se ve abrumada y sumida en un deseo sensorial, y no comprende realmente la forma de acabar con el deseo sensorial que ha surgido. Albergando un deseo sensorial en su interior, entrena, se concentra, medita y rumia. Su mente está abrumada y sumida en la malevolencia… el embotamiento y la somnolencia… la inquietud y el remordimiento… y la duda, y realmente no conoce ni ve la forma de acabar con la duda que ha surgido. Albergando dudas en su interior, entrena, se concentra, medita y rumia. El Buddha no elogió este tipo de meditación.

—¿Y qué tipo de meditación elogió?

—Es cuando un bhikkhu, totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entra y se sumerge en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirige la mente y la mantiene concentrada. A medida que desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entra y se sumerge en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen de la concentración, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento.

Y con el desvanecimiento del placer, entra y se sumerge en la tercera jhāna, donde contempla con impasibilidad, diligente y decidido y siente el bienestar corporal del que los nobles declaran: «impasible y decidido, uno permanece en la felicidad».

Abandonando el placer y el dolor, y poniendo fin a la felicidad y la tristeza anteriores, entra y se sumerge en la cuarta jhāna, sin placer ni dolor, con pura impasibilidad y gnosis.

El Buddha elogió este tipo de meditación.

—Bueno, maestro Ānanda, parece que el Maestro Gotama criticó el tipo de meditación que merece ser criticada y elogió la que merece ser alabada. Bueno, ahora, maestro Ānanda, debo irme. Tengo muchos deberes y mucho que hacer.

—Por favor, brahmán, retírate cuando te plazca.

Entonces Vassakāra el brahmán, habiendo aprobado y aceptado lo que dijo el venerable Ānanda, se levantó de su asiento y se fue.

Poco después de su partida, Moggallāna el Guardián le dijo a Ānanda:

—Maestro Ānanda, todavía no has respondido a mi pregunta.

—Pero brahmán, ¿no dije ya: «No hay un solo bhikkhu que tenga las mismas cualidades en todos y cada uno de los aspectos que posee el Maestro Gotama, el Digno, el Buddha plenamente despierto?». Porque el Bendito dio lugar al camino no surgido, dio a luz al camino no nacido, explicó el camino inexplicable. Él era el conocedor del camino, el descubridor del camino, el experto en el camino. Y ahora los discípulos viven siguiendo ese camino.

MN 107: Con Moggallāna, el contable

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Sāvatthī en el Monasterio Oriental, en la casa comunal sobre pilotes de la madre de Migāra. Luego, el brahmán Moggallāna, el contable, se acercó al Buddha e intercambió saludos con él. Cuando terminaron los saludos y la conversación cortés, se sentó a un lado y le dijo al Buddha:

—Maestro Gotama, en esta casa comunal sobre pilotes podemos ver un progreso gradual hasta el último escalón de la escalera. Entre los brahmanes podemos ver un progreso gradual en el aprendizaje de los cantos. Entre los arqueros podemos ver un progreso gradual en el tiro con arco. Entre nosotros, los contables, que nos ganamos la vida contando, podemos ver un progreso gradual en las matemáticas. Porque cuando tenemos un aprendiz, primero lo hacemos contar: «un uno, dos doses, tres treses, cuatro cuatros, cinco cincos, seis seises, siete sietes, ocho ochos, nueve nueves, diez dieces». Incluso le hacemos contar hasta cien. ¿Es posible describir de manera similar un entrenamiento gradual, un progreso gradual y una práctica gradual en esta enseñanza y en este código de disciplina?

—Es posible, brahmán. Supongamos que un hábil domador de caballos consiguiera un excelente purasangre. En primer lugar, haría que se acostumbrara a llevar el brocal. De la misma manera, cuando el Tathāgata consigue una persona para adiestrarse, primero la orienta así: «Bhikkhu, sé ético y comedido en el código monástico, comportándote bien y buscando limosna en lugares adecuados. Al ver el peligro en la más mínima falta, respeta las reglas que has asumido».

Cuando tiene una conducta ética, el Tathāgata le guía más allá: «Bhikkhu, guarda las puertas de tus sentidos. Cuando veas una imagen con tus ojos, no te dejes atrapar por las características y los detalles. Si la facultad de la vista se deja sin restricciones, los malos y perjudiciales defectos del ansia y la aversión se vuelven abrumadores. Por esta razón, practica la moderación, protege la facultad de la vista y consigue moderación sobre ella. Cuando escuches un sonido con tus oídos… cuando huelas un olor con tu nariz… cuando pruebes un sabor con tu lengua… cuando sientas un tacto con tu cuerpo… cuando conozcas un pensamiento con tu mente, no te dejes atrapar en las características y los detalles. Si la facultad de la mente se deja sin restricciones, los malos y perjudiciales defectos del ansia y la aversión se vuelven abrumadores». Por esta razón, practica la moderación, protege la facultad de la mente.

Cuando guarda las puertas de sus sentidos, el Tathāgata le guía más lejos: «Bhikkhu, come con moderación. Reflexiona adecuadamente sobre los alimentos que comes: no por diversión, complacencia, adorno o decoración, sino solo para sostener este cuerpo, evitar daños y apoyar el entrenamiento. De esta manera, acabaré con las viejas molestias y no daré lugar a otras nuevas, y viviré sin culpa y a gusto».

Cuando come con moderación, el Tathāgata le guía más allá: «Bhikkhu, comprométete con la diligencia. Practica el entrenamiento caminando y sentado durante el día, purificando tu mente de los obstáculos. Por la noche, continúa practicando el entrenamiento caminando y sentado. En medio de la noche, acuéstate en la postura del león, del lado derecho, colocando un pie encima del otro, consciente y lúcido, y concentrado en el momento de levantarte. En la última parte de la noche, levántate y continúa practicando el entrenamiento caminando y sentado, purificando tu mente de los obstáculos».

Cuando está comprometido con la diligencia, el Tathāgata le guía más allá: «Bhikkhu, ten impasibilidad y conciencia de la situación. Actúa con conciencia de la situación al salir y al volver, al mirar hacia adelante y hacia un lado, al doblar y extender las extremidades, al llevar la túnica exterior, el cuenco y la túnica, al comer, beber, masticar y probar, al orinar y defecar, al caminar, levantarse, sentarse, dormir, despertarse, hablar y guardar silencio».

Cuando tienes impasibilidad y conciencia de la situación, el Tathāgata le guía más lejos: «Bhikkhu, frecuenta un alojamiento apartado: un bosque, la raíz de un árbol, una colina, un barranco, una cueva de montaña, un osario, un bosque, al aire libre, un montón de paja». Y lo hace.

Después de la comida, regresa de la ronda de limosnas, se sienta con las piernas cruzadas con el cuerpo erguido y establece la impasibilidad allí mismo. Renunciando al ansia por el mundo, contempla con una mente libre de ansia, limpiando la mente de ansia. Abandonando el odio y la malevolencia, contempla con una mente libre de malevolencia, llena de misericordia por todos los seres vivos, limpiando la mente de la malevolencia. Abandonando el embotamiento y la somnolencia, contempla con una mente libre de embotamiento y somnolencia, percibiendo la luz, reflexivos y conscientes, limpiando la mente de embotamiento y somnolencia. Abandonando la inquietud y el remordimiento, contempla sin inquietud, su mente en paz interior, limpiando la mente de inquietud y remordimiento. Abandonando la duda, contempla habiendo ido más allá de la duda, no indecisos sobre las buenas cualidades, limpiando la mente de dudas.

Abandona estos cinco obstáculos, las tendencias subyacentes de la conciencia que debilitan la sabiduría. Luego, totalmente apartado de los placeres sensoriales, apartado de los vicios, entra y se sumerge en la primera jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen del recogimiento, mientras dirige la mente y la mantiene concentrada. A medida que desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento, entra y se sumerge en la segunda jhāna, que tiene el placer, la felicidad y la alegría que surgen de la concentración, con claridad y confianza internas, y con la mente concentrada, desaparece el direccionamiento de la mente sobre las formas en movimiento.

Y con el desvanecimiento del placer, entra y se sumerge en la tercera jhāna, donde contempla con impasibilidad, diligente y decidido y siente el bienestar corporal del que los nobles declaran: «impasible y decidido, uno permanece en la felicidad».

Así instruyo a los bhikkhus que son aprendices, que no han logrado la meta, pero que viven aspirando al santuario supremo. Pero para aquellos bhikkhus que han sido Dignos, que han terminado con las tendencias subyacentes, completado la vida de renuncia, hicieron lo que tenía que hacerse, dejaron la carga, lograron su propia meta, terminaron por completo la adicción al renacimiento y son justamente liberados a través de la episteme.

Cuando hubo hablado, Moggallāna, el contable le dijo al Buddha:

—Cuando sus discípulos son instruidos y aconsejados así por el Maestro Gotama, ¿logran todos el objetivo final, el Nibbāna, o algunos fracasan?

—Algunos tienen éxito, mientras que otros fracasan.

—¿Cuál es la causa, Maestro Gotama, cuál es la razón por la cual, aunque el Nibbāna está presente, el camino que conduce al Nibbāna está presente, y el Maestro Gotama está presente para animarlos, todavía algunos tienen éxito y otros fracasan?

—Bien, entonces, brahmán, te preguntaré sobre esto y, a cambio, puedes responder como quieras. ¿Qué opinas, brahmán? ¿Eres hábil en el camino a Rājagaha?

—Sí lo soy.

—¿Qué piensas, brahmán? Supongamos que llega una persona que quiere ir a Rājagaha. Se acerca a ti y te dice: «Señor, deseo ir a Rājagaha. Por favor, señálame el camino a Rājagaha». Entonces le dices: «aquí, señor, este es el camino que va a Rājagaha. Sigue por un rato y verás un determinado pueblo. Avanza un poco más y verás una ciudad determinada. Sigue un poco más y verás Rājagaha con sus encantadores parques, bosques, prados y estanques de lotos». Instruido así por ti, es posible que todavía tome el camino equivocado, hacia el oeste. Pero una segunda persona puede venir con la misma pregunta y recibir las mismas instrucciones. Instruido así por ti, podría llegar a salvo a Rājagaha. ¿Cuál es la causa, brahmán, cuál es la razón por la cual, aunque Rājagaha está presente, el camino que conduce a Rājagaha está presente?

—¿Qué puedo hacer al respecto, maestro Gotama? Yo soy el que muestra el camino.

—De la misma manera, aunque el Nibbāna está presente, el camino que conduce al Nibbāna está presente, y yo estoy presente para animarlos, algunos de mis discípulos, instruidos y aconsejados así, logran la meta última, el Nibbāna, mientras que algunos de ellos fallan. ¿Qué puedo hacer al respecto, brahmán? El Tathāgata es el que muestra el camino.

Cuando hubo hablado, Moggallāna, el contable, le dijo al Buddha:

—Maestro Gotama, hay personas infieles que pasaron de la vida hogareña a la vida sin hogar no por fe, sino para ganarse la vida. Son taimados, engañosos e inteligentes. Son inquietos, insolentes, inconstantes, chismosos y de lengua suelta. No vigilan las puertas de sus sentidos ni comen con moderación, y no están comprometidos con la diligencia. No les importa la vida de renuncia y no respetan para nada el entrenamiento. Son indulgentes y holgazanes, son los primeros en reincidir, descuidando el recogimiento, perezosos y sin energía. Son inconscientes, carecen de conciencia de la situación y de contemplación, con mentes extraviadas, tontas y estúpidas. El Maestro Gotama no vive con ellos.

Pero están aquellos señores que pasaron de la vida hogareña a la vida sin hogar por convicción. No son taimados, engañosos e inteligentes. No son inquietos, insolentes, volubles, chismosos y charlatanes. Cuidan las puertas de sus sentidos y comen con moderación, y están comprometidos con la diligencia. Se preocupan por la vida de renuncia y respetan profundamente la Disciplina. No son indulgentes ni holgazanes, ni son los primeros en reincidir, ni en descuidar el recogimiento. Son enérgicos y decididos. Son conscientes, con conciencia de la situación, con contemplación y concentración, son sabios, no estúpidos. El Maestro Gotama vive junto a ellos.

De todos los tipos de raíz fragante, se dice que el nardo es el mejor. De todos los tipos de duramen fragante, se dice que el sándalo rojo es el mejor. De todos los tipos de flores fragantes, se dice que el jazmín es el mejor. De la misma manera, el consejo del Maestro Gotama es la mejor de las enseñanzas contemporáneas.

¡Excelente, Maestro Gotama! ¡Excelente! Como si estuviera enderezando lo volcado, o revelando lo oculto, o señalando el camino a los perdidos, o encendiendo una lámpara en la oscuridad para que las personas con buenos ojos puedan ver lo que hay, el Maestro Gotama ha dejado clara la Enseñanza de muchas maneras. Me refugio en el Maestro Gotama, en la Enseñanza y en el Saṅgha de los bhikkhus. A partir de este día, que el Maestro Gotama me recuerde como un seguidor laico que se ha refugiado de por vida.

MN 106: Propicio para lo imperturbable

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba en la tierra de los Kurus, cerca de la ciudad kuru llamada Kammāsadamma. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Bhikkhus, los placeres sensoriales son efímeros, huecos, falsos, engañosos; son sólo una farsa, bhikkhus, la diversión de los tontos. El placer sensorial en esta vida y el placer sensorial en vidas futuras, la percepción sensorial en esta vida, y la percepción sensorial en vidas futuras, todas son igualmente el territorio del Māra, el reino del Māra, el cebo del Māra y el terreno de caza del Māra. Conducen a cualidades malas y perjudiciales como el ansia, la malevolencia y la agresión. Y crean un obstáculo para la formación de un discípulo de los nobles en la práctica.

Allí, bhikkhus, un noble discípulo reflexiona: «El placer sensorial en esta vida y el placer sensorial en vidas futuras, la percepción sensorial en esta vida, y la percepción sensorial en vidas futuras, todas son igualmente el territorio del Māra, el reino del Māra, el cebo del Māra y el terreno de caza del Māra. Conducen a cualidades malas y perjudiciales como el ansia, la malevolencia y la agresión. Y crean un obstáculo para la formación de un discípulo de los nobles en la práctica. ¿Por qué no contemplo con una mente abundante y expansiva, habiendo dominado el mundo y estabilizado la mente? Entonces no tendré ya más cualidades malas y perjudiciales como el ansia, la malevolencia y la agresión». Y al renunciar a ellas, mi mente, que ya no estará limitada, se volverá ilimitada y bien desarrollada.

Practicando de esta manera y entrenando en ello, a menudo su mente se vuelve confiada en esta dimensión. Al tener confianza, o alcanza lo imperturbable ahora, o está liberado por la sabiduría. Cuando su cuerpo se desintegre, después de la muerte, es posible que su conciencia que se dirige hacia allí renazca en lo imperturbable. Se dice que esta es la primera forma de práctica adecuada para alcanzar lo imperturbable.

Además, un discípulo de los nobles reflexiona: «Los placeres sensoriales en esta vida y en las vidas venideras, las percepciones sensoriales en esta vida y en las vidas venideras, cualesquiera que sean las qualia, toda qualia son los cuatro elementos primarios, o son qualia derivadas de los cuatro elementos primarios». Practicando de esta manera y entrenando en ello, a menudo su mente se vuelve confiada en esta dimensión. Al tener confianza, o alcanza lo imperturbable ahora, o bien está liberado por la sabiduría. Al romperse su cuerpo, después de la muerte, es posible que su conciencia que se dirige hacia allí renazca en lo imperturbable. Se dice que esta es la segunda forma de práctica adecuada para alcanzar lo imperturbable.

Además, un discípulo de los nobles reflexiona: «Los placeres sensoriales en esta vida y en las vidas venideras, las percepciones sensoriales en esta vida y en las vidas venideras, las imágenes en esta vida y en las vidas venideras, las percepciones de las imágenes en esta vida y en vidas venideras, todas estas son perecederas. Y lo que es perecedero no vale la pena aprobarlo, recibirlo ni aferrarse a ello». Practicando de esta manera y entrenando en ello, a menudo su mente se vuelve confiada en esta dimensión. Al tener confianza, o alcanza lo imperturbable ahora, o está liberado por la sabiduría. Al romperse su cuerpo, después de la muerte, es posible que su conciencia que se dirige hacia allí renazca en lo imperturbable. Se dice que esta es la tercera forma de práctica adecuada para alcanzar lo imperturbable.

Además, un discípulo de los nobles reflexiona: «Los placeres sensoriales en esta vida y en las vidas venideras, las percepciones sensoriales en esta vida y en las vidas venideras, las imágenes en esta vida y en las vidas venideras, las percepciones de las imágenes en esta vida y en vidas venideras, y las percepciones de lo imperturbable, todas son percepciones. Donde cesan sin dejar rastro, es pacífico, es sublime, es decir, la dimensión de Ningún Lugar». Practicando de esta manera y entrenando en ello, a menudo su mente se vuelve confiada en esta dimensión. Al tener confianza, o bien alcanza la dimensión de Ningún Lugar ahora, o está liberado por la sabiduría. Cuando su cuerpo se desintegre, después de la muerte, es posible que la conciencia que se dirige hacia allí renazca en la dimensión de Ningún Lugar. Se dice que esta es la primera forma de práctica adecuada para alcanzar la dimensión de Ningún Lugar.

Además, un discípulo de los nobles se ha ido a un bosque, o a la raíz de un árbol, o a una choza vacía, y reflexiona así: «Esto está desprovisto de un alguien o de lo que pertenece a un alguien». Practicando de esta manera y entrenando en ello, a menudo su mente se vuelve confiada en esta dimensión. Al tener confianza, o alcanza la dimensión de Ningún Lugar ahora, o está liberado por la sabiduría. Cuando su cuerpo se desintegre, después de la muerte, es posible que la conciencia que se dirige hacia allí renazca en la dimensión de Ningún Lugar. Se dice que esta es la segunda forma de práctica adecuada para alcanzar la dimensión de Ningún Lugar.

Además, un discípulo de los nobles reflexiona: «¡No pertenezco a la dimensión de Ningún Lugar! ¡Y nada me pertenece en la dimensión de Ningún Lugar!». Practicando de esta manera y entrenando en ello, a menudo su mente se vuelve confiada en esta dimensión. Al tener confianza, o alcanza la dimensión de Ningún Lugar ahora, o está liberado por la sabiduría. Cuando su cuerpo se desintegre, después de la muerte, es posible que la conciencia que se dirige hacia allí renazca en la dimensión de Ningún Lugar. Se dice que esta es la tercera forma de práctica adecuada para alcanzar la dimensión de Ningún Lugar.

Además, un discípulo de los nobles reflexiona: «Los placeres sensoriales en esta vida y en las vidas venideras, las percepciones sensoriales en esta vida y en las vidas venideras, las imágenes en esta vida y en las vidas venideras, las percepciones de las imágenes en esta vida y en vidas venideras, las percepciones de lo imperturbable y las percepciones de Ningún Lugar, todas son percepciones. Donde cesan sin dejar rastro, es pacífico, es sublime, es decir, la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia». Practicando de esta manera y entrenando en ello, a menudo su mente se vuelve confiada en esta dimensión. Al tener confianza, o alcanza la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia ahora, o está liberado por la sabiduría. Cuando su cuerpo se desintegre, después de la muerte, es posible que la conciencia que se dirige en esa dirección renazca en la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia. Se dice que esta es la forma de práctica adecuada para alcanzar la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia.

Cuando dijo esto, el venerable Ānanda le dijo al Buddha:

—Señor, tomemos el caso de un bhikkhu que practica así: «Esto no existe y no me pertenece. No va a existir, así que no me pertenecerá. De lo que pudo haber existido ya, me libero». De esta forma logra la impasibilidad. ¿Se extinguiría ese bhikkhu, o no?

—Podría extinguirse, Ānanda, o podría ser que no.

—¿Cuál es la causa, señor, cuál es la razón de esto?

—Ānanda, tomemos el caso de un bhikkhu que practica así: «Esto no existe y no me pertenece. No va a existir, así que no me pertenecerá. De lo que pudo haber existido ya, me libero». De esta forma logra la impasibilidad. Aprueba, da la bienvenida y se aferra a esa impasibilidad. Su conciencia se basa en eso y la adopta. Pero un bhikkhu con aferramiento no se extingue.

—Pero señor, ¿a qué se aferra ese bhikkhu?

 —A la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia.

—¡Señor, parece que ese bhikkhu está adoptando lo mejor que puede adoptar!

—De hecho, Ānanda. Porque lo mejor para comprender es la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia.

Tomemos el caso de un bhikkhu que practica así: «Esto no existe y no me pertenece. No va a existir, así que no me pertenecerá. De lo que pudo haber existido ya, me libero». De esta forma logra la impasibilidad. No aprueba, ni da la bienvenida ni se aferra a esa impasibilidad. Entonces su conciencia no se basa en eso y no lo adopta. Un bhikkhu libre de aferramiento se extingue.

—¡Es increíble, señor, es asombroso! El Buddha nos ha explicado cómo cruzar la inundación apoyándose en un soporte u otro. Pero señor, ¿qué es la noble liberación?

—Ānanda, es cuando un bhikkhu reflexiona así: «Los placeres sensoriales en esta vida y en las vidas venideras, las percepciones sensoriales en esta vida y en las vidas venideras, las imágenes en esta vida y en las vidas venideras, las percepciones de las imágenes en esta vida y en vidas venideras, percepciones de lo imperturbable, percepciones de Ningún Lugar, percepciones de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia, eso es personificación hasta donde se extiende la personificación. Esto es lo inmortal, es decir, la liberación de la conciencia del aferramiento».

Entonces, Ānanda, he enseñado las formas de práctica adecuadas para alcanzar lo imperturbable, la dimensión de Ningún Lugar y la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia. He enseñado cómo cruzar la corriente apoyándome en un apoyo u otro, y he enseñado la liberación noble.

Por misericordia, hice lo que debería hacer un maestro que quiere lo mejor para sus discípulos. Aquí están estas raíces de árboles y estas cabañas vacías. ¡Practica la contemplación, Ānanda! ¡No seas negligente! ¡No te arrepientas más tarde! Esta es mi instrucción para ti.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfecho, el venerable Ānanda estaba feliz con lo que dijo el Buddha.

MN 105: Con Sunakkhatta

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Vesālī, en el Gran Bosque, en la casa con el techo puntiagudo.

En ese momento, varios bhikkhus habían declarado su iluminación en presencia del Buddha:

—Entendemos: «El renacimiento ha terminado, la vida de renuncia se ha completado, se ha hecho lo que había que hacer, no hay retorno a ningún estado de existencia».

Sunakkhatta, el licchavi, se enteró de esto.

Se acercó al Buddha, se inclinó, se sentó a un lado y le dijo:

—Señor, he oído que varios bhikkhus han declarado su iluminación en presencia del Buddha. Confío en que lo hicieron correctamente, ¿o hubo alguno que declaró la iluminación sobreestimándose a sí mismo?

—Algunos de ellos lo hicieron correctamente, Sunakkhatta, mientras que otros lo hicieron sobreestimándose a sí mismos. Ahora bien, cuando los bhikkhus declaran la iluminación correctamente, así es para ellos. Pero cuando los bhikkhus declaran la iluminación por sobreestimarse a sí mismos, el Tathāgata piensa: «debería impartirles la Enseñanza». Si el Tathāgata piensa que debería impartirles la Enseñanza. Por tanto, pretendo enseñarles.

También hay algunas personas estúpidas que me hacen preguntas. En cuanto a estos, también creo que puedo impartirles la Enseñanza.

—¡Ahora es el momento, Bendito! ¡Ahora es el momento de que el Buddha imparta la Enseñanza. Escucharé y recordaré las enseñanzas que me des!

—Entonces, Sunakkhatta, escucha y presta mucha atención, hablaré.

—Sí, señor —respondió Sunakkhatta.

El Buddha dijo esto:

—Sunakkhatta, existen estos cinco tipos de estimulación sensorial.

—¿Qué cinco?

—Imágenes conocidas por el ojo que son atractivas, deseables, agradables, placenteras, sensuales y excitantes. Sonidos conocidos por el oído… Olores conocidos por la nariz… Gustos conocidos por la lengua… Tactos conocidos por el cuerpo que son atractivos, deseables, agradables, placenteros, sensuales y excitantes. Estos son los cinco tipos de estimulación sensorial.

Entonces puede ser que una persona se esfuerce por los bienes mundanos, Sunakkhatta. Entonces solo le interesa estar con otros que piensan en bienes mundanos y hablan de bienes mundanos. Pero cuando la conversación toca lo imperturbable, no le escuchará. No escuchará ni entenderá, y no le interesará estar con él.

Supongamos que una persona ha dejado su propia aldea o pueblo hace mucho tiempo y ve a otra persona que acababa de salir de allí. Le pregunta si su aldea es segura, con mucha comida y pocas enfermedades, y la otra persona le cuenta las novedades. ¿Qué opinas, Sunakkhatta? ¿Esa persona querría escuchar a esa otra persona? ¿Prestaría oído y aplicaría su mente para comprender? ¿Se relacionaría con esa persona y lo encontraría satisfactorio?

—Sí, señor.

—De la misma manera, puede ser que una persona se esfuerce por los bienes mundanos, Sunakkhatta. Entonces solo le interesa estar con otros que piensan en bienes mundanos y hablan de bienes mundanos. Pero cuando la conversación toca lo imperturbable, no le escuchará. No escuchará ni entenderá, y no le interesa estar con él. Debe ser percibido como alguien que no está interesado en lo imperturbable, sino solo en los bienes mundanos.

Pero entonces una persona puede esforzarse por lo imperturbable, Sunakkhatta. Entonces solo le interesa estar con otras personas que piensan en lo imperturbable y hablan sobre ella. Si escucha a alguien hablar sobre bienes mundanos, no le escuchará. No escuchará ni entenderá, y no le interesará estar con él.

Supongamos que hay una hoja seca y caída. Es incapaz de volverse fresca de nuevo. De la misma manera, un individuo que se concentra en la dimensión de «un Lugar Sin Límites Conocidos» ha abandonado la conexión con los placeres materiales. Debe ser percibido como alguien que no está interesado en los bienes mundanos, sino solo en lo imperturbable.

Pero entonces puede ser que una persona esté muy interesada en la dimensión de «Ningún Lugar», Sunakkhatta. Entonces solo le interesa estar con otros que piensan en la dimensión de «Ningún Lugar» y hablan de ello. Pero cuando la conversación toca lo imperturbable, no le escuchará. No escuchará ni entenderá, y no le interesará estar con él.

Supongamos que hay una roca ancha que se ha partido por la mitad, de modo que no se puede volver a unir. Del mismo modo, un individuo concentrado en la dimensión de «Ningún Lugar» ha roto la conexión con la dimensión de «un Lugar Sin Límites Conocidos». Deberías saber de ellos: «Ese individuo está concentrado en Ningún Lugar, porque está desapegado de las cosas relacionadas con la dimensión de «un Lugar Sin Límites Conocidos».

Pero entonces puede ser que una persona se esfuerce por la dimensión de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia», Sunakkhatta. Entonces solo le interesa estar con otros que piensan en la dimensión de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia», y hablan de ello. Si escucha a alguien hablar sobre la dimensión de «Ningún Lugar», no le escuchará. No escuchará ni entenderá, y no le interesará estar con él.

Supongamos que alguien hubiera comido algo delicioso y lo hubiera vomitado. ¿Qué opinas, Sunakkhatta? ¿Esa persona querría volver a comer esa comida?

—No, señor.

—¿Por qué es eso?

—Porque esa comida se considera repulsiva.

—De la misma manera, un individuo interesado en la dimensión de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia» ha vomitado la conexión con la dimensión de «Ningún Lugar». Debe ser percibido como alguien que no está interesado en estados meditativos hasta la dimensión de «Ningún Lugar», sino solo en la dimensión de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia».

Pero entonces una persona puede estar muy interesada en la dimensión de «el cese de los factores de aferramiento a la existencia», Sunakkhatta. Entonces solo le interesa estar con otras personas que piensan en «el cese de los factores de aferramiento a la existencia» y hablan de ello. Si escucha a alguien hablar sobre la dimensión de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia», no lo escuchará. No escuchará ni entenderá, y no le interesa estar con él.

Es como cuando la copa es cortada por una palmera, Sunakkhatta. Entonces ya no puede crecer. Lo mismo ocurre con el que abandona la dimensión de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia» y solo está interesado en «el cese de los factores de aferramiento a la existencia». Debe ser percibido como alguien que no está interesado en la dimensión de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia», sino solo en «el cese de los factores de aferramiento a la existencia».

Pero entonces un bhikkhu puede pensar así, Sunakkhatta:

«El asceta ha dicho que el ansia es como una flecha envenenada. La ignorancia y la aversión son un veneno que destruye a una persona mediante el ansia, la pasión y la maldad. He sacado esta flecha y eliminado el veneno de la ignorancia y la aversión, por ahora solo le interesa la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia».

Aunque está orgulloso de esto, está equivocado porque puede hacer cosas que no son adecuadas para alguien que esté interesado en alcanzar el Nibbāna. Puede mirar cosas que no son apropiadas para mirar, escuchar cosas que no son apropiadas para escuchar, probar cosas que no son apropiadas para saborear, oler cosas que no son apropiadas para oler, tocar cosas que no son adecuadas para tocar, y pensar como no cabe pensar. Cuando mira cosas que no son apropiadas para mirar, escucha cosas que no son apropiadas para escuchar, prueba cosas que no son apropiadas para saborear, huele cosas que no son apropiadas para oler, toca cosas que no son apropiadas para tocar y piensa cosas que no son apropiadas para pensar, la mente puede ser corrompida por el ansia. Y con la mente corrompida por el ansia, puede morir o sufrir dolor, por lo que se siente cerca de la muerte.

Es como si un hombre fuera alcanzado por una flecha envenenada y sus amigos, colegas, parientes y familiares le proporcionaran un médico con conocimientos en cirugía. El cirujano abre la herida con un cuchillo y busca la punta de flecha con una sonda. Cuando encuentra la punta de la flecha, la quita y saca la mayor parte del veneno.

Pero es consciente de que todavía hay veneno en la herida, por eso dice: «Ahora saqué la flecha y eliminé la mayor parte del veneno, pero todavía queda un poco. Sin embargo, no debería ser peligroso para ti si sigues una dieta saludable. No consumas una dieta insana, ya que esto puede provocar la inflamación en la herida. Lava la herida de vez en cuando y aplíquela ungüento. Si no la lava y tampoco aplicas el ungüento, puede haber una acumulación de sangre y pus en la herida. No dejes la herida abierta a la intemperie y al viento, ya que puede estar contaminada con polvo y suciedad. Si te ocupas de tu herida como te digo, la herida sanará de modo que estarás completamente curado de nuevo».

Entonces el hombre pensaría: «La flecha ha sido extraída y todo el veneno se ha ido, así que ahora estoy completamente fuera de peligro».

Por lo tanto, come una dieta poco saludable, por lo que la herida se inflama. No le importa lavarla y aplicarle ungüento, por lo que se produce una acumulación de sangre y pus en la herida. Deja la herida abierta a la intemperie y al viento, por lo que se contamina con polvo y suciedad. Como no cura su herida, no sana y no se recupera. Por el contrario, las impurezas y lo que queda del veneno solo agrandan la herida. Y cuando la herida se agranda, puede morir o sufrir dolor, por lo que se siente cerca de la muerte.

Pero entonces un bhikkhu puede pensar así, Sunakkhatta:

«El asceta ha dicho que el ansia es como una flecha envenenada. La ignorancia y la aversión son un veneno que destruye a una persona mediante el ansia, la pasión y la maldad. He sacado esta flecha y eliminado el veneno de la ignorancia y la aversión, por ahora solo me interesa la dimensión de la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia».

Dado que está interesado en la dimensión de «la Ausencia de los Factores de Aferramiento a la Existencia», no hace nada que no sea adecuado para alguien que esté interesado en alcanzar el Nibbāna. No mira cosas que no son apropiadas para mirar, no escucha cosas que no son apropiadas para escuchar, no prueba cosas que no son apropiadas para saborear, no huele cosas que no son apropiadas para oler, no toca tales cosas que no es apropiado tocar, y no piensa como no es apropiado pensar. Cuando no mira cosas que no son apropiadas para mirar, no escucha cosas que no son apropiadas para escuchar, no prueba cosas que no son apropiadas para saborear, no huele cosas que no son apropiadas para oler, no toca cosas que no son apropiadas para tocar y no piensa cosas que no son aptas para pensar, la mente no se corrompe con el ansia. Y cuando la mente no está corrompida por el ansia, no puede morir ni sufrir dolor por lo que no se siente cerca de la muerte.

Es como si un hombre fuera alcanzado por una flecha envenenada y sus amigos, colegas, parientes y familiares le proporcionaran un médico con conocimientos en cirugía. El cirujano abre la herida con un cuchillo y busca la punta de flecha con una sonda. Cuando encuentra la punta de la flecha, la quita y saca todo el veneno. Sabe que no hay más veneno en la herida, por eso dice:

—Ahora he sacado la flecha y eliminado todo el veneno, así que ahora estás completamente fuera de peligro. Ahora asegúrate de llevar una dieta saludable. No consumas una dieta insana, ya que esto puede provocar que la herida se inflame. Lava la herida de vez en cuando y aplíquela ungüento. Si no la lavas y le aplicas ungüento, puede haber una acumulación de sangre y pus en la herida. No dejes la herida abierta a la intemperie y al viento, ya que puede estar contaminada con polvo y suciedad. Si te ocupas de tu herida como te digo, la herida sanará de modo que estarás completamente curado de nuevo.

Entonces el hombre piensa: «La flecha ha sido extraída y todo el veneno se ha ido, así que ahora estoy completamente fuera de peligro».

Por lo tanto, se asegura de comer una dieta saludable, para que no haya inflamación en la herida. La lava de vez en cuando y le aplica ungüento, porque hay algo de acumulación de sangre y pus en la herida. Protege la herida de la intemperie y el viento, para que no se contamine con polvo y suciedad. Como todo el veneno se ha ido y no hay impurezas en la herida, se cura y vuelve a estar completamente sano. Y como la herida está curada y está completamente sano, no muere ni sufre dolor, por lo que no se siente cerca de la muerte.

He contado este símil para facilitar la comprensión de lo que estoy hablando. Y esta es la explicación:

«Herida» es un término para los seis campos de los sentidos subjetivos.

«Veneno» es un término para la ignorancia.

«Flecha» es un término para el ansia.

«Sonda» es un término para la impasibilidad.

«Cuchillo» es un término para la noble sabiduría.

«Cirujano» es un término para el Tathāgata, el Digno, el Buddha completamente despierto.

Verdaderamente, Sunakkhatta, ese bhikkhu practica la moderación con respecto a los seis campos de los sentidos. Al comprender que el ansia es la raíz del sufrimiento, se libera con la erradicación del ansia. No es posible que implique a su cuerpo o interese a su mente en algún tipo de ansia.

Supón que hay una taza de bebida de bronce que tiene un color, aroma y sabor agradables. Pero está mezclada con veneno. Entonces vendría una persona que quiere vivir y no quiere morir, que quiere ser feliz y evitar el dolor. ¿Qué opinas, Sunakkhatta? ¿Esa persona bebería esa bebida sabiendo que resultaría en muerte o sufrimiento mortal?

—No, señor.

—De la misma manera, Sunakkhatta, ese bhikkhu practica la moderación con respecto a los seis campos de los sentidos. Al comprender que el aferramiento es la raíz del sufrimiento, se libera con la erradicación del ansia. No es posible que implique a su cuerpo o interese a su mente en algún tipo de ansia.

Supongamos que hubiera una víbora letal. Entonces vendría una persona que quiere vivir y no quiere morir, que quiere ser feliz y evitar el dolor. ¿Qué opinas, Sunakkhatta? ¿Esa persona le daría la mano o el dedo a esa víbora letal sabiendo que resultaría en muerte o sufrimiento mortal?

—No, señor.

—De la misma manera, Sunakkhatta, ese bhikkhu practica la moderación con respecto a los seis campos de los sentidos. Al comprender que el ansia es la raíz del sufrimiento, se libera con la erradicación del ansia. No es posible que implique a su cuerpo o interese a su mente en algún tipo de ansia.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfecho, Sunakkhatta del clan Licchavi estaba feliz con lo que dijo el Buddha.

MN 104: En Sāmagāma

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba entre los sākkas cerca de la aldea de Sāma.

En ese momento, Nigaṇṭha Nātaputta había fallecido recientemente en Pāvā. Con su fallecimiento, los ascetas jainistas se dividieron, partiéndose en dos facciones, discutiendo, litigando y peleando, hiriéndose continuamente unos a otros con palabras ásperas: «No entiendes esta enseñanza y este código de disciplina». «Entiendo esta enseñanza y este código de disciplina». «¿Entiendes esta enseñanza y este código de disciplina?». «Estás practicando mal». «Estoy practicando bien». «Me atengo al caso, tú no». «Dijiste al final lo que debiste haber dicho primero». «Primero dijiste lo que deberías haber dicho al final». «Lo que tanto has pensado ha sido refutado». «Tu doctrina es refutada». «¡Adelante, salva tu doctrina!». «Estás atrapado, sal de esto, ¡si puedes!». Uno pensaría que no había nada más que una matanza entre los ascetas jainistas.

Y los discípulos que visten las ropas blancas de un cabeza de familia de Nigaṇṭha Nātaputta estaban desilusionados, consternados y decepcionados de los ascetas jainistas. Estaban igualmente decepcionados con una enseñanza y una formación tan mal explicada y tan mal planteada, que no emancipaba, que no conducía a la paz, proclamada por alguien que no es un Buddha completamente despierto. Y ahora ya no tenían ninguna autoridad en la que confiar. Después de completar la residencia de la temporada de lluvias cerca de Pāvā, el novicio Cunda fue a ver al venerable Ānanda en la aldea de Sāma. Se inclinó, se sentó al lado y le contó lo sucedido.

Ānanda le dijo:

—Venerable Cunda, deberíamos ver al Buddha para este asunto. Vamos, vayamos al Buddha e infórmale de esto.

—Sí, señor —respondió Cunda.

Entonces Ānanda y Cunda se acercaron al Buddha, se inclinaron, se sentaron a un lado.

Ānanda le informó de lo que Cunda había dicho. Continuó diciendo:

—Señor, se me ocurre: «cuando el Buddha haya fallecido, no dejes que surja ninguna disputa en el Saṅgha. Porque tal disputa causaría dolor e infelicidad en la gente, y daño, dolor y sufrimiento de devas y humanos».

—¿Qué piensas, Ānanda? ¿Ves dos bhikkhus que no estén de acuerdo con las cosas que he enseñado de mi propia episteme, es decir, las cuatro instrucciones de la práctica, los cuatro esfuerzos correctos, las cuatro bases de las habilidades paranormales, las cinco facultades, los cinco poderes, el siete factores de la iluminación y el noble camino óctuple?

—No, señor, no lo creo. Sin embargo, hay algunas personas que parecen vivir en obediencia al Buddha, pero cuando el Buddha fallezca, podrán crear una disputa en el Saṅgha relacionada con medios de vida o el código monástico. Tal disputa causaría dolor e infelicidad en la gente, y daño, dolor y sufrimiento de devas y humanos.

—Ānanda, las disputa sobre los medios de vida o el código monástico es un asunto menor. Pero si surgiera una disputa en el Saṅgha sobre el camino o la práctica, causaría dolor e infelicidad en la gente, y daño, dolor y sufrimiento de devas y humanos.

Ānanda, existen estas seis raíces de disputas.

—¿Qué seis?

—En primer lugar, un bhikkhu es irritable y hostil. Tal bhikkhu carece de respeto y reverencia por el Maestro, la Enseñanza y el Saṅgha, y no cumple con la Disciplina. Crea disputas en el Saṅgha, que causan dolor e infelicidad en la gente, y daño, dolor y sufrimiento de devas y humanos. Si veis tal raíz de disputas en vosotros mismos o en otros, deberíais intentar abandonarla. Si no lo veis, deberíais practicar para que no vuelva a aparecer en el futuro. Así es como se deja esta mala raíz de disputas, para que no surja en el futuro.

Además, un bhikkhu es ofensivo y despectivo… Es celoso y tacaño… Es tortuoso y engañoso… Tiene malos deseos y creencias erróneas… Está aferrado a sus propias creencias, abrazándolas con fuerza y ​​negándose a abandonarlas. Tal bhikkhu carece de respeto y reverencia por el Maestro, la Enseñanza y el Saṅgha, y no cumple con la Disciplina. Crea disputas en el Saṅgha, que causan dolor e infelicidad en la gente, y daño, dolor y sufrimiento de devas y humanos. Si veis tal raíz de disputas en vosotros mismos o en otros, deberíais intentar abandonarla. Si no lo veis, deberíais practicar para que no vuelva a aparecer en el futuro. Así es como se deja esta mala raíz de disputas, para que no surja en el futuro.

Estas son las seis raíces de las disputas.

Hay cuatro procedimientos disciplinarios, Ānanda.

—¿Qué cuatro?

—Existe un procedimiento basado en una disputa, un procedimiento basado en una acusación, un procedimiento basado en una infracción y un procedimiento basado en un incumplimiento del deber. Estos son los cuatro procedimientos disciplinarios. Además, existen siete métodos para llegar a una absolución en tales procedimientos disciplinarios que pueden surgir de vez en cuando. Una absolución basada en la presentación de pruebas claras, una absolución basada en una declaración que no se recuerda, una absolución basada en la locura en el momento del hecho, una absolución basada en una confesión, una sentencia basada en una decisión mayoritaria, un dictamen por falta de carácter, o se puede dejar que el caso se cubra de hierba.

—¿En qué se basa el fallo en la presentación de pruebas claras?

—Supongamos que algunos bhikkhus discuten sobre qué es la doctrina y qué no es la doctrina, qué es la Disciplina de entrenamiento y qué no es la Disciplina de entrenamiento. Luego, todos los bhikkhus deben reunirse y presentar las pautas de la doctrina. Una vez hecho esto, el caso puede decidirse en base a lo acordado. Esta es una decisión basada en la presentación de pruebas claras, Ānanda, y de esa manera se llega a una decisión basada en la presentación de pruebas claras.

—¿En qué se basa el fallo en una decisión mayoritaria?

—Si los bhikkhus no pueden llegar a un dictamen sobre el lugar donde viven, deben ir a un lugar donde vivan varios bhikkhus. Allí todos los bhikkhus deben reunirse y presentar las pautas de la doctrina. Una vez hecho esto, el caso puede decidirse en base a lo acordado. Este es un fallo basado en una decisión mayoritaria, Ānanda, y de esa manera se llega a un fallo basado en una decisión mayoritaria.

—¿En qué se basa la absolución en una declaración que uno no recuerda?

—Supongamos que algunos bhikkhus acusan a un bhikkhu de una transgresión tan grave que puede ser expulsado de la comunidad monástica, o que raya en esto. Luego le preguntan si recuerda haber cometido una infracción tan grave. Entonces puede responder que no recuerda haber cometido una transgresión tan grave. Esta es una absolución basada en una declaración que uno no recuerda, Ānanda, y de esa manera se llega a una absolución basada en que uno no recuerda.

—¿En qué se basa la absolución por locura en el momento de la transgresión?

—Supongamos que algunos bhikkhus acusan a un bhikkhu de una transgresión tan grave que puede ser expulsado de la comunidad monástica, o que raya en esto. Luego le preguntan si recuerda haber cometido una transgresión tan grave, y puede que diga que no recuerda haber cometido una transgresión tan grave. Si los demás le presionan y le dicen que debe recordar que cometió la grave transgresión que lo lleva a ser expulsado de la comunidad monástica, o que raya en esto, puede responder:

—Estaba loco y confundido en ese momento, así que pronuncié y expresé muchas cosas que no son apropiadas para un bhikkhu. Pero no me acuerdo. Debo haber estado loco cuando sucedió.

Esta es una absolución basada en la locura en el momento del acto, Ānanda, y de esa manera se llega a una absolución basada en la locura en el momento del acto.

—¿En qué se basa la absolución por una confesión?

—Es cuando un bhikkhu recuerda una transgresión y la declara y confiesa, sea acusado o no. Luego se dirige a un bhikkhu mayor, se pone la capa sobre un hombro, se inclina sobre los pies del anciano y se sienta frente a él, levanta las manos con las palmas de las manos hacia el otro y dice:

—He cometido tal o cual violación. ¡Por favor perdóname!

—El otro dice: ¿Te das cuenta de esto?

—Sí, me doy cuenta de eso.

—Así que cuídate mejor más adelante.

—Sí, necesito cuidarme mejor.

Esta es una absolución basada en una confesión, Ānanda, y de esa manera se llega a una absolución basada en una confesión.

—¿Cómo es el veredicto sobre la falta de carácter?

—Supongamos que algunos bhikkhus acusan a un bhikkhu de una transgresión tan grave que puede ser expulsado de la comunidad monástica, o que raya en esto. Luego le preguntan si recuerda haber cometido una transgresión tan grave, y puede que diga que no recuerda haber cometido una transgresión tan grave. Si los demás lo presionan y le dicen que debe recordar que cometió la grave transgresión que lo lleva a ser expulsado de la comunidad monástica, o que raya en esto, puede responder:

—No recuerdo haber cometido una transgresión tan grave que me pueda expulsar de la comunidad, o que raya en esto. Pero recuerdo haber cometido una transgresión menor.

Le presionan más diciéndole:

—¡Debes recordar que cometiste la grave transgresión que lleva a tu expulsión de la comunidad monástica, o que raya en esto!

Luego responde:

—Ahora he confesado haber cometido una transgresión insignificante, aunque no me preguntaron al respecto. Entonces, ¿por qué no podría confesar una transgresión que es tan grave que podría ser expulsado de la comunidad monástica, o que raya en esto, cuando me preguntan por ella?

—Pero no hiciste ninguna confesión de esta insignificante transgresión hasta que comenzamos a interrogarte. Entonces, ¿por qué admitirías haber cometido la grave transgresión que te lleva a ser expulsado de la comunidad monástica, o que raya en esto ahora que te preguntamos? ¡Entonces debes recordar que cometiste la grave transgresión que te lleva a ser expulsado de la comunidad monástica, o que raya en esto!

Luego responde:

—Sí, recuerdo haber cometido una transgresión tan grave que puedo ser expulsado de la comunidad, o que raya en esto. Solo estaba bromeando, solo me estaba burlando cuando dije que no lo recordaba.

Esto es una falta de carácter, Ānanda, y luego se puede emitir un fallo sobre la falta de carácter.

—¿Cómo dejas que el caso se cubra de hierba?

—Supongamos que algunos bhikkhus comienzan a discutir y a discutir de modo que dicen y hacen muchas cosas que no son apropiadas para los bhikkhus. Entonces todos los bhikkhus se reunirán, y un bhikkhu experimentado de uno de los grupos se pondrá de pie, se pondrá la capa sobre un hombro, pondrá las palmas de las manos entre sí y hablará a la congregación:

—¡Escuchadme, bhikkhus! Ahora hemos discutido y peleado, por lo que hemos hecho y dicho muchas cosas que no son apropiadas para los bhikkhus. Si no os importa, confesaré que tanto yo como los bhikkhus de mi grupo hemos cometido transgresiones. Pero ahora sugiero que dejemos que el caso se cubra con hierba, tanto por mi bien como por el de los demás, siempre que no se trate de violaciones muy graves o de algo que haya afectado a los laicos.

Luego, un bhikkhu experimentado de la otra parte se pondrá de pie, se pondrá la capa sobre un hombro, juntará las palmas de las manos y hablará a la congregación:

—¡Escuchadme, bhikkhus! Ahora hemos discutido y peleado, por lo que hemos hecho y dicho muchas cosas que no son apropiadas para los bhikkhus. Si no os importa, confesaré que tanto yo como los bhikkhus de mi grupo hemos cometido transgresiones. Pero ahora sugiero que dejemos que el caso se cubra con hierba, tanto por mi bien como por el de los demás, siempre que no se trate de violaciones muy graves o de algo que haya afectado a los laicos.

Así es como se cubre el caso con hierba, Ānanda, y luego se puede emitir un fallo que indica que el caso está cubierto con hierba.

Hay seis cosas que debes tener en cuenta, porque contribuyen a la amistad, el respeto, el acuerdo y que no hay disputa.

—¿Cuáles son esas seis?

—Un bhikkhu debe ser amable con sus compañeros bhikkhus, tanto en privado como en público. Esto es algo que debes tener en cuenta, porque contribuye a la amistad, el respeto, el acuerdo y que no haya disputas.

Un bhikkhu debe hablar amablemente con sus compañeros bhikkhus, tanto en privado como en público. Esto también es algo que debes tener en cuenta, porque contribuye a la amistad, el respeto, el acuerdo y que no haya disputas.

Un bhikkhu debe pensar con bondad en sus compañeros bhikkhus, tanto en privado como en público. Esto también es algo que debes tener en cuenta, porque contribuye a la amistad, el respeto, el acuerdo y que no haya disputas.

Cuando un bhikkhu recibe obsequios legítimos, si eso es todo lo que obtiene en su plato de comida, no debe guardárselos para sí mismo, sino compartirlos con sus buenos compañeros bhikkhus. Esto también es algo que debes tener en cuenta, porque contribuye a la amistad, el respeto, el acuerdo y que no haya disputas.

Además, un bhikkhu debe vivir según los preceptos compartidos con sus compañeros renunciantes, tanto en público como en privado. Esos preceptos son intachables, intactos, impecables y sin mancha, liberadores, elogiados por los sabios, no equivocados y conducen a la contemplación. Esta también es una característica de buen corazón. Debes seguir estas pautas éticas con otros bhikkhus, tanto en privado como en público. Esto también es algo que debes tener en cuenta, porque contribuye a la amistad, el respeto, el acuerdo y que no haya disputas.

Además, un bhikkhu debe adherirse a la creencia noble y liberadora que lleva al practicante a la libertad y a la completa aniquilación del sufrimiento. Debería adherirse a esta creencia con otros bhikkhus, tanto en privado como en público. Esto también es algo que debes tener en cuenta, porque contribuye a la amistad, el respeto, el acuerdo y que no haya disputas.

Estas seis cualidades afectuosas crean cariño y respeto, conducen a la inclusión, a la armonía y a la unidad, sin peleas.

Si recuerdas estas seis cosas y las practicas, ¿puedes imaginar que tendrás algún problema para soportar lo que otros dicen, ya sea grosero o sutil, Ānanda?

—No, Maestro.

—Por lo tanto, debes ceñirte a estas seis cosas y practicarlas, porque te serán de utilidad y gozo durante mucho tiempo, Ānanda.

Esto es lo que dijo el Buddha. Satisfecho, el venerable Ānanda estaba feliz con lo que dijo el Buddha.

MN 103: ¿Es esto lo que piensas de mí?

Esto he oído.

En cierto momento, el Buddha se encontraba cerca de Kusināra, en el Bosque de las Ofrendas. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:

—¡Bhikkhus!

—Venerable señor —respondieron.

El Buddha dijo esto:

—Bhikkhus, ¿es esto lo que pensáis de mí: «El asceta Gotama imparte la Enseñanza por el beneficio de las túnicas, la limosna, la comida, el alojamiento o el renacimiento en este o aquel estado»?

—No señor, no pensamos en ti de esa manera.

—Si no pensáis en mí de esa manera, ¿qué pensáis exactamente de mí?

—Pensamos en ti de esta manera: «El Buddha es compasivo y quiere lo mejor para nosotros. Él enseña por misericordia».

—Así que parece que pensáis que enseño por misericordia.

En ese caso, todos y cada uno de vosotros debe entrenarse en las cosas que he enseñado desde mi propia episteme, es decir: las cuatro instrucciones de la práctica, los cuatro esfuerzos correctos, las cuatro bases de las habilidades paranormales, las cinco facultades, los cinco poderes, los siete factores de la iluminación y el Noble Óctuple Camino. Debéis entrenar en estas cosas en armonía, apreciándoos mutuamente, sin peleas.

Si veis que algunos bhikkhus no están de acuerdo tanto sobre el contenido de la Enseñanza como sobre cómo debe formularse, debéis dirigiros a la parte con la que penséis que es más fácil hablar y le decís: «venerables, no estáis de acuerdo en el significado ni sobre cómo se debe formular. Deberíais saber que así es como surgen los desacuerdos sobre el significado y la formulación. Por favor, no os metáis en una pelea por esto».

Luego, debéis acercaros al bhikkhu que creáis que sea más dócil entre los que están del lado de la otra parte y le decís: «los venerables no están de acuerdo en el significado y en la formulación. Deberíais saber que así es como surgen los desacuerdos sobre el significado y la formulación. Por favor, no os metáis en una pelea por esto. Por lo tanto, debéis recordar lo que se ha memorizado incorrectamente como memorizado incorrectamente y lo que se ha memorizado correctamente como memorizado correctamente». Recordando esto, debéis hablar sobre la Enseñanza y la Disciplina.

Si veis que algunos bhikkhus no están de acuerdo en el significado pero están de acuerdo en la formulación, debéis dirigiros a la parte con la que penséis que es más fácil hablar y le decís: «venerables, no estáis de acuerdo con el significado, pero están de acuerdo con la formulación. Deberíais saber que así es como surgen los desacuerdos sobre el significado y los acuerdos sobre la formulación. Por favor, no os metáis en una pelea por esto».

Luego, debéis acercaros al bhikkhu que creáis que sea más dócil entre los que están del lado de la otra parte y le decís: «los venerables no están de acuerdo en el significado pero están de acuerdo en la formulación. Deberíais saber que así es como surgen los desacuerdos sobre el significado y los acuerdos sobre la formulación. Por favor, no os metáis en una pelea por esto. Por lo tanto, debéis recordar lo que se ha memorizado incorrectamente como memorizado incorrectamente y lo que se ha memorizado correctamente como memorizado correctamente». Recordando esto, debéis hablar sobre la Enseñanza y la Disciplina.

Si veis que algunos bhikkhus están de acuerdo en el significado pero no en la formulación, debéis dirigiros a la parte con la que penséis que es más fácil hablar y le decís: «venerables, estáis de acuerdo en el significado pero no en la formulación. Los venerables deberían saber que así es como surge tal acuerdo sobre el significado y desacuerdo sobre la formulación. Pero la formulación es un asunto menor. Por favor, no os metáis en una pelea por algo tan insignificante».

Luego, debéis acercaros al bhikkhu que creáis que sea más dócil entre los que están del lado de la otra parte y le decís: «los venerables están de acuerdo en el significado pero no en la formulación. Pero los venerables deben saber que así es como surge tal acuerdo sobre el significado y desacuerdo sobre la formulación. Pero la formulación es un asunto menor. Por favor, no os metáis en una pelea por esto». Por lo tanto, debéis recordar lo que se ha memorizado incorrectamente como memorizado incorrectamente y lo que se ha memorizado correctamente como memorizado correctamente». Recordando esto, debéis hablar sobre la Enseñanza y la Disciplina.

Si veis que algunos bhikkhus están de acuerdo tanto en el significado como en la formulación, debéis dirigiros a la parte con la que penséis que es más fácil hablar y le decís: «venerables, estáis de acuerdo tanto en el significado como en la formulación. Los venerables deberían saber que así es como se llegan a poner de acuerdo sobre el significado y la formulación. ¡Así que no permitáis que haya ninguna disputa entre vosotros!».

Luego, debéis acercaros al bhikkhu que creáis que sea más dócil entre los que están del lado de la otra parte y le decís: «Los venerables están de acuerdo tanto en el significado como en la formulación. Pero los venerables deben saber que así es como se llegan a poner de acuerdo sobre el significado y la formulación. ¡Así que no permitáis que haya ninguna disputa entre vosotros!». Por lo tanto, debéis recordar lo que se ha memorizado incorrectamente como memorizado incorrectamente y lo que se ha memorizado correctamente como memorizado correctamente». Recordando esto, debéis hablar sobre la Enseñanza y la Disciplina.

Mientras entrenáis en armonía, apreciándoos unos a otros, sin pelear, uno de los bhikkhus puede cometer una ofensa o transgresión. En tal caso, no debe tener prisa por acusarle. El individuo debe ser examinado así: «No me molestaré y el otro individuo no se sentirá lastimado, porque no está irritable ni hostil. No se aferra a sus creencias, y las abandona fácilmente. Puedo apartarle de las malas acciones y establecerle en las buenas acciones». Si eso es lo que pensáis, entonces es apropiado hablar con él.

Pero supongamos que piensa esto: «Me sentiré preocupado y el otro individuo se sentirá lastimado, porque es irritable y hostil. Sin embargo, no se aferra a sus creencias, sino que las abandona. Puedo alejarle de las malas acciones y establecerle en las buenas acciones. Pero que el otro individuo resulte herido es un asunto menor. Es más importante que pueda alejarle de las malas acciones y establecerle en las buenas acciones». Si eso es lo que pensáis, entonces es apropiado hablar con él.

Pero supongamos que pensáis esto: «Me molestaré, pero el otro individuo no se sentirá lastimado, porque no está irritable ni hostil. Sin embargo, se aferra a sus creencias y se niega a abandonarlas. Sin embargo, puedo alejarle de las malas acciones y establecerle en las buenas acciones. Pero para mí tener problemas es un asunto menor. Es más importante que pueda alejarle de las malas acciones y establecerle en las buenas acciones». Si eso es lo que pensáis, entonces es apropiado hablar con él.

Pero supongamos que pensáis esto: «Me sentiré preocupado y el otro individuo se sentirá lastimado, porque es irritable y hostil. Y se aferra a sus creencias, negándose a abandonarlas. Sin embargo, puedo alejarle de las malas acciones y establecerle en las buenas acciones. Pero para mí estar en problemas y que el otro individuo salga herido son asuntos menores. Es más importante que pueda alejarlos de las malas acciones y establecerlos en las buenas acciones». Si eso es lo que pensáis, entonces es apropiado hablar con él.

Pero supongamos que pensáis esto: «Me sentiré preocupado y el otro individuo se sentirá lastimado, porque es irritable y hostil. Y se aferra a sus creencias, negándose a abandonarlas. No puedo apartarle de las malas acciones y establecerle en las buenas acciones». En tal caso, no está mal no hacer algo.

A medida que entrenáis en armonía, apreciándoos mutuamente, sin peleas, pueden decirse palabras insultantes, palabras que ofenden la mente y crean ira e insatisfacción. En este caso, debéis acercaros al bhikkhu que creáis que es más amable entre los que están del lado de una de las partes y le decís:

—Venerable, mientras estábamos entrenando, surgieron palabras insultantes, palabras que ofenden la mente y crean ira e insatisfacción entre nosotros. Si el venerable supiera esto, ¿nos reprenderías?

Respondiendo correctamente, el bhikkhu debería decir:

—Sí, venerable, lo haría.

—Pero sin renunciar a eso, ¿se puede realizar el Nibbāna?

Respondiendo correctamente, el bhikkhu debería decir:

—No, venerable, no se puede.

Luego debéis acercaros al bhikkhu que crean que es más dócil entre los que están del lado de la otra parte y le decís:

—Venerable, mientras estábamos entrenando, surgieron palabras insultantes, palabras que ofenden la mente y crean ira e insatisfacción entre nosotros. Si el venerable supiera esto, ¿nos reprenderías?

Respondiendo correctamente, el bhikkhu debería decir:

—Sí, venerable, lo haría.

—Pero sin renunciar a eso, ¿se puede realizar el Nibbāna?

Respondiendo correctamente, el bhikkhu debería decir:

—No, venerable, no se puede.

Si otros le preguntaran a ese bhikkhu:

—¿Fuiste tú el venerable que apartó a esos bhikkhus de las malas acciones y los estableció en las buenas acciones?

Respondiendo correctamente, el bhikkhu debería decir:

—Bueno, venerables, me acerqué al Buddha. Me impartió la Enseñanza. Después de escuchar esa enseñanza se la expliqué a esos bhikkhus. Cuando esos bhikkhus oyeron esa enseñanza, se alejaron de las malas acciones y se establecieron en las buenas acciones. Respondiendo de esta manera, ese bhikkhu no se glorifica a sí mismo ni menosprecia a los demás. Responde de acuerdo con la enseñanza, sin motivos fundados para reproches y críticas.

Eso es lo que dijo el Buddha. Satisfechos, los bhikkhus se alegraron con lo que dijo el Buddha.

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