Esto he oído.
Hubo un tiempo en que el Buddha se alojaba en la tierra de los sumbhas, cerca de la ciudad de los Sumbhas llamada Sedaka. Allí, el Buddha se dirigió a los bhikkhus:.
—¡Bhikkhus!
—Venerable señor —respondieron.
El Buddha dijo esto:.
—Bhikkhus, suponed que al escuchar, «¡La mejor dama de la tierra! ¡La mejor dama del país!», se reuniría una gran multitud. Y la mejor dama de la tierra bailara y cantara de la manera más emocionante. Al escuchar, «¡La mejor dama del país está bailando y cantando! ¡La mejor dama del país está bailando y cantando!», se reuniría una multitud aún mayor.
Entonces vendría una persona que quiere vivir y no quiere morir, que quiere ser feliz y retrocede ante el dolor y le dicen:.
—Señor, este es un cuenco lleno de aceite hasta el borde. Debes llevarlo entre esta gran multitud a la mejor dama de la tierra. Y un hombre con una espada desenvainada te seguirá. Dondequiera que lo derrames, aunque sea una gota, te cortará la cabeza allí mismo.
—¿Qué os parece, bhikkhus? ¿Esa persona perdería la concentración en ese cuenco y se distraería por alguna negligencia externa?
—No, Maestro.
—He inventado este símil para hacer una explicación. Y esto es lo que significa. «Un cuenco de aceite lleno hasta el borde» es un término para la práctica aplicado a las instrucciones de la práctica.
Así que debéis entrenar así: «Desarrollaremos la práctica aplicado a las instrucciones de la práctica. La cultivaremos, la convertiremos en nuestro vehículo y nuestra base, la mantendremos, la consolidaremos y la implementaremos adecuadamente»..
Así es como debéis entrenar.