—Bhikkhus, no os involucréis en cualquier tipo de charlas indignas, como hablar de reyes, bandidos y ministros, hablar de ejércitos, amenazas y guerras, hablar sobre comida, bebida, ropa y camas, hablar de guirnaldas y fragancias, hablar sobre la familia, los vehículos, las aldeas, los pueblos, las ciudades y los países, hablar de mujeres y héroes, charla callejera y charla junto al pozo, hablar de los difuntos, charla variopinta, cuentos de tierra y mar, y hablar de renacer en tal o cual estado de existencia.
—¿Por qué es eso?
—Porque esas discusiones no son beneficiosas ni relevantes para la vida de renuncia. No conducen a la desilusión, al desapasionamiento, a la cesación, a la paz, a la comprensión, a la iluminación y a Nibbāna.
Cuando discutáis, debéis discutir: «Esto es sufrimiento…». «Este es el origen del sufrimiento…». «Este es el cese del sufrimiento…». «Esta es la práctica que lleva al cese del sufrimiento».
Por eso debéis practicar la contemplación.